La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) propuso una serie de privilegios que al final establecen categorías de hinchas basadas en su capacidad adquisitiva llamada AFA iD. Esto convertirá a los hinchas en meros clientes y convierte, penosamente, al estadio en un espacio privatizado y lejos del alcance del aficionado promedio.
En primer lugar la propuesta de AFA ID, la cual establece un mecanismo para gestionar la venta de entradas y otros beneficios. Se dividen a los hinchas en tres categorías, cada una con sus respectivos costos y beneficios asociados.
En la categoría bronce, los hinchas deben desembolsar 24.000 pesos argentinos anuales y obtienen prioridad para la compra de entradas.
En la categoría plata, que tiene un valor de 1.900.000 pesos argentinos válidos hasta 2026, se les otorga el privilegio de disponer de una platea en las eliminatorias, así como la prioridad para comprar entradas en otras competencias.
Por último, en la categoría oro, la cual tiene un costo de 4.900.000 pesos argentinos válidos hasta 2026, se garantiza la disponibilidad de una platea en las eliminatorias, así como el derecho de tener un cupo asegurado para comprar entradas de la Copa América y el Mundial. La principal diferencia con la división intermedia es, sin dudas, el precio, el equivalente a 6621 dólares.
Esta propuesta, si bien puede parecer atractiva para aquellos que están dispuestos a invertir una suma considerable, deja en evidencia la creación de una brecha socioeconómica en los hinchas y perpetúa una lógica que jerarquiza a las personas según su poder adquisitivo.
Existen dos grandes problemáticas con esto.
- Los costos: El hecho de tener que abonar $4.900.000 o $1.900.000 en un solo pago resulta imposible para la mayoría de la población latinoamericana, no sólo la argentina. Al día de hoy el salario mínimo legal en la Argentina es de 88.000 (118 dólares).
Estos precios, por demás excluyentes, hacen que solo una muy pequeña élite pueda acceder a ellos.
- La participación democrática: El ingreso a estas categorías no implica una participación directa en la política de AFA, sino que simplemente otorgan privilegios. Es importante destacar que aquellos que se consideran socios tienen la posibilidad de participar activamente en las decisiones institucionales, promoviendo políticas como la inclusión, mientras que aquellos que solo son usuarios o clientes se limitan a consumir un producto sin disponer de derechos que vayan más allá de los comerciales.
Ser hincha de fútbol en Argentina y alentar a la selección es parte de la cultura popular y masiva. Los festejos de diciembre, tras ganar la Copa del Mundo, solo refuerzan que la selección moviliza multitudes como nada en el país.
A la selección siempre se la consideró un “producto premium” pero para cobrar caché internacional, para los amistosos en el Sudeste asiático, etc, no para el pueblo argentino.
Es premium para los sponsors, para el ranking FIFA, pero que no la alejen de su pueblo.
Pablo Aro Geraldes, periodista argentino.
Es lógico que la venta de entradas sea un mecanismo de recaudación para la AFA. No obstante, si esto implica la elitización y la exclusión de la gran mayoría de la afición en los partidos de la selección, se compromete cualquier idea de inclusión.
Es necesario considerar sistemas que permitan una rotación y un porcentaje de entradas para la mayoría de los aficionados que añoran ver a los Campeones del Mundo. De esta manera, no será un sueño imposible y animar a la selección no será un privilegio exclusivo, sino una celebración popular.