El sábado 4 de noviembre tendrá lugar en Río de Janeiro la final de la Copa Libertadores de América. Boca y Fluminense se enfrentarán en el mítico estadio Maracaná para definir quién es el nuevo campeón del continente. Sus historias no pueden ser más opuestas: el equipo argentino es el segundo máximo ganador y busca levantar su séptimo trofeo, mientras que los brasileños todavía no saben cuanto pesa la característica copa. Lamentablemente para los Xeneizes, el pasado no saldrá al campo de juego a tratar de ganar. Ambos tuvieron recorridos muy complicados y sin lugar a dudas son los justos finalistas. Es momento de repasar qué camino hicieron estos equipos para llegar a jugar en Río.
Boca Juniors integró el grupo F, en el cuál clasificó primero con 13 puntos. A pesar de que hoy se sabe que avanzó de fase holgadamente, el comienzo fue más que complicado. En su primer partido los argentinos visitaron a Monagas en Venezuela donde terminaron 0 a 0, un comienzo que no era ideal pero tampoco catastrófico. El punto máximo de tensión llegó en La Bombonera contra Deportivo Pereira, cuando el visitante marcó el 0 a 1 y la hinchada explotó con el canto argentino más característico en situaciones adversas: “Jugadores, la c*ncha de su madre. A ver si ponen huevo, que no juegan con nadie”.
La 12 (fanaticada de Boca) estalló y el equipo respondió. Dos goles en el 89’ y 99’ respectivamente le dieron la victoria que iniciaría la buena racha en la competencia. Victoria en Chile 2-0 versus Colo Colo, traspié en Colombia ante Deportivo Pereira (derrota 1 a 0), pero luego cerraron ganando los últimos dos en su casa 1-0 y 4-0 contra Colo Colo y Monagas. A octavos.
Fluminense, por su parte, fue de más a menos. Integró el grupo D y fue primero con 10 puntos. El comienzo fue arrollador, en todo el mundo se hablaba del buen juego del tricolor. 3 a 1 en la visita a Sporting Cristal en Perú y un suficiente 1-0 frente a The Strongest de local. El momento en el que todo el continente tembló fue cuando recibió a River Plate, casualmente clásico rival de Boca, y lo castigó con un 5 a 1 tan histórico como humillante.
El Flu lograba doblegar al mejor equipo argentino del momento (campeón de liga) y conseguía un puntaje perfecto. La buena diferencia de goles y el colchón de puntos fue lo que le terminó dando la clasificación, ya que en los siguientes tres partidos solo obtuvo un empate. Derrota 1 a 0 en la altura de Bolivia frente a The Strongest y derrota 2 a 0 en el siempre complicado Monumental. Un austero 1 a 1 de local ante Sporting Cristal fue suficiente. A octavos.
El sorteo de los octavos de final no tiene que ver estrictamente con el juego, pero vale la pena resaltar un par de situaciones que se podrían haber dado. Primero, el destino quiso que hubiera la posibilidad de un clásico carioca entre Fluminense y Flamengo: al quedar en el mismo lado del cuadro, de avanzar ambos se enfrentarían en cuartos de final. Finalmente Flamengo perdió con Olimpia y los fanáticos del fútbol se quedaron con las ganas. Y segundo, al momento de sacar las famosas bolas que contienen los nombres de los equipos que jugarían entre sí, Boca y River quedaron entre los últimos cuatro elegidos, por lo que hubo un 50% de posibilidad de Superclásico en octavos. Nuevamente el destino no quiso y Boca enfrentó a Nacional.
Aunque dejó de brillar como a principio de año, Fluminense fue más contundente que Boca en sus cruces eliminatorios. En primera instancia eliminó a Argentinos Juniors, club de los amores de Diego Armando Maradona, donde tuvo que aprender a luchar. En la Ida, en Argentina, empató el partido en el minuto 87 y en el partido definitorio ganó 2-0 pero convirtiendo en el 86’ y 97’. 3-1 en el global. Su mejor serie fue contra el Olimpia que venía de eliminar a su clásico. 5 a 1 entre los dos encuentros y un gran rendimiento incluso definiendo de visitante. Germán Cano hizo tres goles en total y se adjudicó definitivamente el título de figura del equipo. Las semifinales fueron una enorme demostración de carácter.
Internacional de Porto Alegre tenía el mote de candidato y el Flu se lo quitó del camino con un 4 a 3 en el global. De locales, en el primer partido, comenzaron ganando, pero tras una expulsión antes del entretiempo se quedaron con 10 jugadores y su rival se los dio vuelta. A diez minutos del final el enorme Cano empató la historia, pero todavía debían ir de visitantes a definir. En la vuelta comenzaron perdiendo, pero con dos tantos a menos de diez minutos de que termine el partido (nuevamente) obtuvieron su pase a la final.
Muchos conocerán el camino de Boca: empató absolutamente todos sus partidos y venció en penales. Se hizo eco de su poder en ese tipo de definición pero nunca fue abrumadoramente superado en el juego. Pero veamos a detalle cómo fueron sus cruces. Contra Nacional de Montevideo terminó 0 a 0 en Uruguay y empató 2 a 2 en La Bombonera. En ambos partidos el técnico Jorge Almirón tuvo decisiones cuestionables, pero en penales Sergio Romero paró dos y le dió la alegría a su gente. En cuartos de final tuvo un enfrentamiento siempre incómodo: otro equipo argentino. El conocimiento del rival se hizo presente ante Racing y como producto dieron muy poco espectáculo y dos 0-0. En la definición desde los doce pasos, Chiquito Romero se lució contra el equipo que lo vio nacer y atajó otros dos penales.
En semifinales enfrentó al Palmeiras de Abel Ferreira, que fue campeón en dos de las últimas tres ediciones. Con la dificultad de definir en Brasil, Boca sabía que debía hacer la diferencia de local aunque no pudo lograrlo. Tras el cero a cero viajó a Sao Paulo y pudo convertir de la mano de Edinson Cavani, pero con la expulsión del capitán Marcos Rojo Palmeiras empezó a atacar. La recompensa para los de verde llegó y el partido finalizó 1 a 1. En penales, cuando Cavani malogró el primero, parecía que se terminaba la racha, pero nuevamente Romero y dos atajadas le dieron vida y el pase a la final a Boca.
Fluminense tiene la localía. Muchos piensan que Boca tiene dos resultados posibles. Fluminense tiene al goleador de la Copa, Cano. Boca tiene al arquero más determinante del continente, Romero. Así llegaron, solo queda ver quien se impone.