A la hora de hablar de futbol, se ha puesto de moda nombrar a la Premier League como la principal referencia e incluso compararla con la NBA. No es que no se lo merezcan, pero los verdaderos fanáticos del deporte saben que hay un mundo más que interesante fuera de Inglaterra. En Sudamerica se puede encontrar un país lleno de cultura como Brasil. Pero, en lo que al futbolero respecta, lo único importante allí es la Serie A brasileña, su tremendamente competitiva liga. Se definió el campeonato y lo que parecía que iba a ser una temporada histórica para bien, terminó siéndolo para mal. Es poco convencional que al finalizar un torneo se haga foco en quien terminó en la quinta posición, pero este Botafogo sin dudas lo amerita. Hoy, en Var Deportivo: Botafogo, su triste Brasileirao y una de las pecheadas más grandes de la historia del fútbol. 

Como toda buena historia de terror, al comienzo parecía que las cosas marchaban bien. Botafogo venía de un año bastante mediocre en el que finalizó décimo primero. Al comienzo de este, Fluminense se posicionó puntero pero para la fecha tres el albinegro ya había tomado la punta. A partir de ese momento, todo parecía que iba sobre ruedas. Treinta fechas seguidas liderando y la mejor primera mitad de campaña de la historia junto a la de Corinthians en 2015. Logró mantener un invicto de doce partidos y, en cierto punto, estuvo a trece puntos de distancia del escolta. Nunca un equipo había perdido un Brasileirao luego de conseguir semejante ventaja. Lo más grave habían sido once puntos de San Pablo en 2008 y Flamengo en 2009. Nunca se había desperdiciado tal brecha… hasta ahora. 

El 8 de agosto, el Botafogo quedó eliminado de la Copa Sudamericana al caer ante Defensa y Justicia. En ese preciso instante comenzó la debacle. Tres derrotas y un empate que luego con dos victorias parecían quedar en el pasado, pero fue justo después de ese par de partidos ganados que arrancó la pesadilla: once encuentros sin victorias (seis empates y cinco derrotas). Ya en el séptimo partido de esa racha entregaron el primer puesto a Palmeiras, quien terminó siendo campeón, y pusieron fin a sus treinta jornadas como líderes. 

Hubo algunos partidos puntuales que no solo disminuyeron la ventaja, sino también la moral del equipo. El 1 de noviembre, frente a Palmeiras; el 6 contra Vasco da Gama y el 9 ante Gremio. Tres fechas consecutivas. En el encuentro contra el flamante campeón iban ganando 3 a 2 hasta el minuto 84, en el que apareció la joven estrella Endrick para empatarlo. Y en el 96 se quedaron definitivamente con las manos vacías por culpa del defensor Murilo. Cinco días después cayeron 1 a 0 frente a un muy pobre Vasco que se salvó de casualidad del descenso. El mazazo final lo dio Gremio, pero específicamente Luis Suárez. Los de Río de Janeiro ganaban 3-1 hasta el ingreso del pistolero. Luego, el uruguayo anotó a los 50, 53 y 69. Fin de la historia. El fútbol es un estado de ánimo y esta seguidilla sin dudas liquidó a Botafogo. 

Tal vez los jugadores nunca estuvieron a la altura, pero eso se sabrá con el tiempo. El otro factor que influyó en el conjunto de la estrella solitaria fue el cambio de entrenadores. El enorme comienzo vino de la mano del portugués Luis Castro, quien no pudo rechazar una millonaria oferta y la posibilidad de dirigir a Cristiano Ronaldo en el Al-Nassr. Luego de ese 30 de junio el Fogao perdió el rumbo. El interinato de Claudio Caciapa (cuatro victorias) la llegada de Bruno Lage (cuatro triunfos, siete empates, cuatro derrotas), otro interinato, en este caso con Lucio Flavio (dos ganados, dos empatados, cuatro perdidos) y la llegada final del ex Sporting Cristal Tiago Nunes (cuatro igualdades y una derrota). A nadie se le escapa que la falta de dirección impactó negativamente en el grupo.

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Aquel equipo que por 33 fechas fue admirado por toda Sudamérica quedó en el olvido y solo le queda el lugar de los cobardes. Será tiempo de barajar y dar de nuevo para su dirigencia. ¿El dominio de Botafogo en el Brasileirao fue casual o en algún momento dieron en la tecla? Solo queda esperar hasta 2024 para descubrirlo.