Recorre el antiguo camino por el que se llevaba pescado fresco de Veracruz a la mesa del emperador Moctezuma en esta bella carrera atlética
A la llegada de los españoles a la ciudad de México-Tenochtitlan en 1519 documentaron que el lujo que había en la corte del emperador Moctezuma Xocoyotzin no tenía límites. Los súbditos no tenían permitido mirarlo a los ojos o darle la espalda, calzaba sandalias con suelas de oro, usaba ropas de exquisito algodón, tenía un palacio con fieras, como un tipo de zoológico y comía los mejores manjares que había disponible en las fronteras de su imperio.
En su mesa, solo él podía comer lo que se le preparaba y, además de platillos exóticos como el chocolatl o el octli (octli), también era el único en su ciudad que podía comer pescado fresco proveniente de la costa de Veracruz el mismo día. Para complacer su paladar, el producto era conservado en nieve de las altas montañas que hay en la ruta y era llevado mediante relevos que corrían un tramo de la ruta, que abarca unos 400 kilómetros de distancia.
Te puede interesar: ¿Quieres correr como profesional?, Benjamín Paredes es una opción
Estos corredores eran conocidos como “painani” y eran un grupo de atletas de elite, que también transmitían la información de lo que ocurría en los dominios del emperador. Cumplían su encargo con un protocolo especial e iban ricamente vestidos. Además, no cualquier persona podía desempeñar este encargo, pues era considerado un honor y solo podía ser atendido por jóvenes de familias nobles.
Los painani (palabra que tiene diferentes acepciones en náhuatl como: correr rápido, corredor que corre, correr ligero o corredor liviano), estaban consagrados al dios Paynal, cuyo nombre significa “pequeño corredor veloz” y era el mensajero del dios Huitzilopochtil, dios principal de la cultura mexica.
Al rescate de la ruta de los painanis
Para honrar esta tradición, desde el 2019 se organiza la carrera “La ruta del pescado de Moctezuma”, que durante dos días recorre una ruta parecida desde la playa de Tecolutla en Veracruz y termina en la zona arqueológica de Teotihuacán, Estado de México, a lo largo de 280 kilómetros, por seis entidades federativas, 31 municipios, ocho Pueblos Mágicos, cinco Patrimonios de la Humanidad y cinco diferentes ecosistemas.
Además de ser una competencia deportiva, este evento tiene una gran importancia histórica y cultural en México al unir la ruta de los painanis con importantes ciudades de origen prehispánico, que en la actualidad son atractivos destinos turísticos al interior del país.
El evento además, contempla diferentes aspectos de turismo sostenible, comunitario, indígena y de naturaleza que permiten llevar ingresos a los pobladores de las localidades contempladas en la ruta, además de consumir sus recursos naturales de manera responsable, crear empleos temporales, entre otros aspectos.
Mientras que el 30% de la ruta se realiza por caminos de terracería que permiten admirar los paisajes cambiantes que hay a lo largo de la ruta. Por ello, a principio de este año, el evento recibió un reconocimiento a la “Excelencia Turística” en la categoría “Mención Verde” en la edición 41 de la Feria Internacional de Turismo (Fitur), que se desarrolló en Madrid y que fue recibido por el secretario de Turismo federal, Miguel Torruco.
El reto deportivo
Para este 2021 la carrera está programada los días 5 y 6 de noviembre, en relevos de seis o 12 corredores, quienes cubrirán diferentes segmentos controlados y abiertos de entre cinco y 15 kilómetros aproximadamente y en estos tramos el relevo se hace en cualquier momento.
Mientras el corredor cubre su tramo, el resto del equipo se traslada en camioneta a un punto de encuentro para tomar el relevo. En los segmentos controlados el corredor viaja solo y en los abiertos, la camioneta circula junto con el corredor.
Antes de participar, cada equipo debe rentar su propia camioneta y resolver donde se hospedará antes de la salida y en la noche del primer día de recorrido, así como su abastecimiento y alimentación.
En ambas rutas el camino sale de Tecolutla, Veracruz, hasta Cuetzalan, Puebla, una distancia de 138 kilómetros y con una altimetría de 2 mil 298 metros. Justo en este punto hay un traslado vía carretera a Tlaxco, en el estado de Tlaxcala, donde se hará una pausa para continuar al día siguiente hasta Teotihuacán, en el Estado de México. En esta segunda etapa la distancia es de 133 kilómetros y una altimetría positiva de 842 metros.
Lee también: Proyecto Pinole, cómo Germán Silva recorrerá México corriendo
También hay una rodada ciclista (la cual no es competencia) que cubre la misma ruta y puede ser recorrida de manera individual o en parejas, en tramos aproximados de 40 kilómetros, a través de cinco estados, cuarto sitios Patrimonios de la Humanidad, dos zonas arqueológicas, cinco regiones naturales y tres ex haciendas.
La etapa 1 se divide en tres partes: Tecolutla-Tajín (56 kilómetros y altimetría de 854 metros); Tajín Tecuantepec (55 kilómetros y altimetría de 422 metros). Finalmente una tercera etapa que pueden recorrer ambos ciclistas, juntos o complementándose, que va de Tecuantepec a Cuetzalan de 27 kilómetros y una altimetría de mil 92 kilómetros.
La etapa 2 sale de Tlaxco a la Hacienda Zotoluca (48 km y altimetría de 162 metros); Hacienda Zotoluca – Aztecameca (48 kilómetros y 444 metros de altimetría) y Aztecameca – Teotihuacán (32 kilómetros y 244 metros). Esta última etapa también es libre, mientras que las primeras dos las debe correr uno de los dos ciclistas.
Los costos, premios y otros requisitos para la inscripción los puedes checar en este enlace.
Un recorrido histórico
La ruta del Pescado de Moctezuma está diseñada para visitar lugares habitados desde la Época Prehispánica por las culturas mexica, totonaca y otomí. Estos son los destinos turísticos que recorrerá:
Tecolutla
Ubicada en la costa del Golfo de México, es la playa más cercana a la Ciudad de México, a 3 horas 40 minutos en auto. En este destino se puede practicar esquí, buceo, paseos en velero y hasta realizar pesca. También tienen zonas de manglares que abarcan al menos 54 km de costa.
Papantla
Conocida como la ciudad que perfuma el mundo, se ubica a 240 kilómetros al norte del puerto de Veracruz. Está conformado por tradicionales casas de teja y se encuentra en el corazón de la zona de cultivo de vainilla. Con ella se fabrican dulces y figuras con sus vainas. También tiene áreas textiles con vestimentas típicas de los danzantes, además de figuras de barro y cerámica vidriada.
Este es el lugar de origen de los voladores de Papantla, que, de acuerdo con la tradición totonaca cumplen una orden de sus dioses: “Bailen, nosotros observaremos”.
Tajín
Su nombre significa “ciudad del trueno” es una zona arqueológica que forma parte de la ciudad de Papantla y cuenta con la distinción como Patrimonio de la Humanidad, por la Unesco. Es uno de los sitios más visitados en el continente y destaca por la Pirámide de los Nichos, que tiene 365 oquedades que representan cada uno de los días del año.
Cuetzalan
Ubicado al norte del estado de Puebla, en lo alto de la sierra, es uno de los Pueblos Mágicos del estado. Se distingue por su “tianguis del día domingo”, un colorido mercado al aire libre donde se vende comida típica y artesanías indígenas. Su iglesia está construida con típicos jarritos de terracota y destacan las bellas torres de la parroquia. Así como una capilla de cantera rosa dedicada a la Virgen de Lourdes, así como espectaculares paisajes naturales, una gran laguna y haciendas. De la capilla del Santo Calvario y la Casa Goyri.
Hacienda Zotoluca y Hacienda Chimalpa
En el estado de Hidalgo se encuentran diferentes haciendas pulqueras, que prosperaron hacia fines del siglo XIX. Zotoluca significa en náhuatl, lugar donde abundan las palmas o zotoles. La Hacienda se edificó por orden del Virrey Don Luis de Velazco y Alarcón en 1570.
Por su parte, la Hacienda Chimalpa, se ubica en el municipio de Apan y es uno de los principales atractivos turísticos del estado. Fue construida de cantera hacia el siglo XVII, es un hermoso edificio rodeado de magueyes.
Teotihuacán
Se trata de la zona arqueológica más visitada del país, que floreció entre los años 300 y 900 de nuestra era. Dominó el norte del Valle de México y parte del estado de Hidalgo. Cuenta con dos museos especializados: el de la Cultura Teotihuacana y el Museo de Murales Teotihuacanos “Beatriz de la Fuente”. Así como una sala de exposiciones temporales ubicada en el edificio conocido como “Exmuseo”.
También es sede del Jardín botánico de la flora tradicional, un teatro al aire libre, un edificio sede del centro de Estudios Teotihuacanos, entre otros.
