Tuvo que llegar una importante crisis para que Óscar Tabárez dejara su puesto vacante en Uruguay. Los malos resultados en la eliminatoria de Conmebol sentenciaron al experimentado técnico que llegó al cargo en 2006.
Óscar Tabárez tomó al combinado de Uruguay tras una gran trayectoria donde había dirigido a equipos como Boca Juniors o Milan. Su trabajo hizo que los charrúas regresaran a la Copa del Mundo tras ausentarse en 2006 al perder en repechaje.
Aunado a esto, el equipo obtuvo la Copa América del 2011 y, previo a esto, terminó en cuarto lugar del Mundial en Sudáfrica 2010. Por si fuera poco, tiene la racha invicta más grande en la historia de la selección, desde junio del 2011 hasta agosto del 2012, acumulando 18 partidos sin perder: nueve victorias y nueve empates.
La historia ahora es muy distinta, pues si la eliminatoria terminara ahora, Uruguay estaría fuera del próximo mundial a celebrarse en Qatar. Antes de su despido, acumuló cinco partidos sin ganar, cuatro derrotas consecutivas y con las esperanzas por los suelos.
“No (voy a renunciar), porque yo soy un profesional de esto, tengo contrato y ahí dice todo lo que tengo que hacer. Ese tipio de decisiones se toman a otro nivel y se respetarán como se hace siempre, porque no sé quién me puede exigir eso a mí, sobre todo después del tiempo de trabajo que yo estuve acá, no considero irme tirando la toalla”, fueron sus últimas palabras en conferencia de prensa.