No se esperaba mucho del Chivas vs América, pero el Clásico Nacional resultó infumable en medio de un ambiente de fraternidad en la tribuna
En lo que intentó ser una edición del Clásico Nacional, terminó siendo un partido entre el último de la tabla, visitando al décimo de la tabla en un campo que parecía de futbol llanero, América jugó un partido que atentó contra toda su historia, más allá que lograron arrancar un empate con 10 ante Chivas, en un 0-0 lamentable para el tipo de partido que se disputó.
El interinato de Fernando Ortiz ha involucionado el funcionamiento que mostraba el equipo bajo el mando de Santiago Solari y, esta noche en Guadalajara jugaron como “equipo chico”, que salió a no perder y, sin ofender gran cosa, “metieron el camión” atrás con muchos minutos por jugar todavía.
Mientras Chivas, lució más intenso y ligeramente más ofensivo. Sin embargo, el equipo sigue con problemas para generar futbol ofensivo, aunque esta noche tuvieron mala fortuna, pues estrellaron dos disparos en los postes, primero, con un tiro de media distancia de Alexis Vega y después con un cabezazo de Hiram Mier que se estrelló en el larguero.
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América intentó hacer un revulsivo desde su 11 inicial, con varios cambios de inicio, como Jonathan dos Santos y Roger Martínez, pero el equipo luce carente de trabajo en la cancha y era continuamente superado en el medio campo, mientras que adelante era completamente chato y se mostró medroso en el campo, priorizando no perder.
La historia del partido fue el portero tapatío, Miguel Jiménez, quien debutó como titular en un Clásico y tuvo una actuación destacada, con 31 años y 11 años en el equipo. Su presentación fue brillante, con dos atajadas muy buenas, una de ellas a disparo de Roger, que buscaba colarse en la escuadra.
Jimenez jugó el partido, luego que el titular habitual, Raúl Gudiño, habría cometido una indisciplina en el seno del equipo y esto le costó comer banca.
En el lado oscuro del partido, Jonathan dos Santos tuvo una actuación lamentable, pues salió expulsado al minuto 50, tras dos jugadas imprudentes que le costaron tarjeta. Jonathan, por lo que desperdició una de sus últimas oportunidades en Coapa.
Pero cuando parecía caer la noche sobre el equipo capitalino, con más de 35 minutos en inferioridad, acumularon suficiente gente atrás para desactivar el poco peligro que generó el inoperante equipo local. El partido nunca terminó de cuajar.
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La fiesta en las tribunas
Lo más destacado del partido fue la calma de las tribunas. No hubo pasiones desbordadas, pero sí muchos niños y camisetas blancas, celebrando el ambiente familiar que cada vez es mas extraño en los estadios mexicanos.
Al inicio del partido, saltaron al campo varios niños de la Fundación Jorge Vergara, invitados a ocupar la barra. Su presencia demostró que no es necesaria su presencia en el estadio. Al minuto 62, el árbitro Antonio Pérez Durán detuvo el encuentro mientras los jugadores se abrazaban en el circulo central. Mientras los jugadores enviaban su mensaje a la no volencia, mientras la tribuna encendía la luz de sus celulares.
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Sin embargo, el escaso espectáculo en la cancha terminó por apagar a la afición.
Por ello aparecieron imágenes de personas durmiendo plácidamente en pleno encuentro, o abandonando la tribuna, con varios minutos por disputar todavía. El mensaje timorato del América, contagió a sus aficionados: “que termine cuanto antes”. Con los locales, era más común el rostro de frustración de tener a merced al máximo rival, sin poder ofenderlo.
Al final del encuentro América subió momentáneamente al puesto 17, con siete puntos, pero mejor diferencia de goles que el Mazatlán. Mientras Chivas escala al noveno puesto con 12 puntos. Muy poco para la afición, que despidió a la afición con un sonoro abucheo al final del partido.
