Mark Calaway es un padre amoroso de cuatro hijos y vive feliz con su esposa, la reconocida luchadora Michelle McCool, con quien mantiene una relación desde 2010
Fue el 22 de noviembre de 1990 que The Undertaker debutó en WWE en el PPV de Survivor Series. 30 años después, debemos quitarnos el sombrero ante una leyenda de toda la historia del wrestling.
Mark Calaway fue un compañero sorpresa en una clásica lucha de eliminación en equipos. Afortunadamente era una época distinta, el hermetismo de una aparición así se mantenía hasta que ocurría. The Undertaker apareció y logró eliminar a dos luchadores rivales antes de ser descalificado por conteo fuera.
No se sabía qué tan lejos llegaría el personaje, el primer vistazo fue de un luchador con un físico impresionante, 2.10 metros de estatura además de buena agilidad si tomamos en cuenta su tamaño.
The Undertaker era un luchador distinto, dentro del mundo y la magia de los cuadriláteros, posee poderes sobrenaturales. A lo largo de su carrera ‘resucitó’, apareció de la nada detrás de sus rivales y siempre infundió un miedo incontrolable a todos los que se enfrentó.
Ícono dentro y fuera del ring
¿Cómo alguien así pudo ganarse el corazón de la gente? La respuesta no es difícil de decir, pero definitivamente sí tiene su mérito. Mark siempre fue alguien completamente diferente tras bambalinas y fuera de los escenarios.
Calaway es un padre amoroso de cuatro hijos y vive feliz con su esposa, la reconocida luchadora Michelle McCool, con quien mantiene una relación desde 2010.
“La gente tiene la imagen de esta bestia que viste la chamarra y destruye a todos, pero también es un tipo muy romántico y muy dulce”, comentó su esposa para el documental The Last Ride.
En su momento, Mark también habló sobre lo mucho que le ayudó conocer a su pareja, ya que lo hizo sacar lo mejor de él:
“Michelle es una mujer muy fuerte y fue la que me puso en el lugar correcto para enderezar nuevamente mi vida y regresar a lo que realmente importa, y por supuesto que estoy en deuda por siempre con ella, ella es una asombrosa mamá y es maravillosa, saca lo mejor de mí”, confesó el luchador en el programa Out of Character.
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Su vida personal va más allá de cuidar de los suyos, también es una persona preocupada por un sector necesitado. Junto a su exesposa Sara, creó una fundación en la Universidad de Texas A & M en la Facultad de Medicina Veterinaria y Ciencias Biomédicas cuyo nombre es Zeus Compton Calaway Save the Animals. El principal objetivo de dicha organización es financiar costosos tratamientos para los perros de razas grandes.
El legado de The Undertaker
Su trabajo en el ring es sabido, siempre fue profesional, mantuvo el mayor invicto en la historia de Wrestlemania, mismo que ningún luchador se atrevió a quitarle, excepto uno. Llevó su físico a la máxima exigencia, incluso subiendo a luchar sin estar en óptimas condiciones, pero Mark dejó huella más allá en la compañía de la gran W.
Si bien siempre existe un respeto entre Vince McMahon y sus empleados en WWE, su relación con The Undertaker se convirtió en algo más arraigado. Basta ver la reacción del director ejecutivo de la compañía cuando le preguntaron qué significa Mark para WWE.
El luchador tampoco ha tenido problema en confesar lo importante que Vince ha sido no solo en su carrera, también en su vida:
“No puedo pensar en nadie más influyente, aparte de mi padre, que Vince. Él sería siempre el primero en darte palmaditas en la espalda, pero también el primero en patearte el trasero cuando lo necesitaras. Amo a Vince hasta la muerte”, dijo el enterrador.
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30 años de carrera -en WWE- en donde tuvo más de 2300 luchas y tuvo que pasar por el quirófano cerca de 20 ocasiones. El deporte entretenimiento siempre será criticado pero nadie podrá negar la importancia de The Undertaker, incluso cuando no suena su enigmático tema de entrada y camina lentamente hacia el ring.