El Hijo del Perro quedó inmóvil sobre la segunda cuerda, inconsciente, mientras sus rivales continuaron luchando, sin saber si detenerse. Abajo, Konnan comenzó a sacudirlo para reanimarlo

El viernes 20 de marzo del 2015, Pedro Aguayo Ramírez, el Hijo del Perro Aguayo, una de las grandes figuras actuales de la lucha libre cayó inconsciente sobre las cuerdas en una función nocturna realizada en el Auditorio Municipal de Tijuana. Recibió una patada voladora de Rey Mysterio Jr. en los hombros y nunca más se puso de pie.

La lucha continuó por 2:46 minutos. Rey Mysterio declaró haberse percatado de la gravedad de la lesión por la falta de respuesta de su rival y avisó al referee y a sus compañeros, pero añadió que todo ocurrió muy rápido desde que la lucha concluyó y Aguayo Ramírez comenzó a ser atendido.

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El Hijo del Perro Aguayo quedó inmóvil sobre la segunda cuerda, inconsciente, mientras sus rivales continuaron luchando, sin saber si detenerse o continuar. Abajo, Konnan, quien fungía como second, comenzó a sacudirlo para reanimarlo. La lucha apenas tenía seis minutos de arrancada.

El gladiador, de 35 años, fue llevado a un hospital cercano, pero murió a las 01:30 horas del sábado 21 de marzo.

Hijo del Perro Aguayo muerte

El entonces procurador de Baja California, Raúl Gutiérrez reveló que la causa de la muerte, después de la necropsia fue un traumatismo al cuello y fractura cervical, que generaron un paro respiratorio. El parte médico determinó que no hubo error en la atención de los paramédicos, sino un golpe desafortunado.

“Es difícil saber el momento exacto de la lesión, pero yo veo dos posibilidades: pudo haberse lesionado al golpearse con las cuerdas. Recordemos que están hechas de acero y en algunos rings la tensión puede ser mucha. Un golpe ahí puede dañarte severamente”, opinó en aquel momento el Hijo del Santo.

“Yo sabía que él ya tenía lesionadas las cervicales y seguía luchando así. Quizá en el momento que salió del ring se lesionó al caer y ya al subir no era el mismo, como todos pudimos ver”, agregó en referencia a que en una secuencia previa donde el Hijo del Can de Nochixtlán salió entre la primera cuerda y la ceja del ring y aparentemente se golpeó con esta parte del cuadrilátero en la nuca, aunque nunca se vio que fuera un golpe de gravedad.

Sobre el tiempo que tardó en ser atendido el luchador, La Comisión de Lucha de Tijuana aseguró que se dio la asistencia necesaria y que el doctor tardó en llegar porque estaba en el vestidor atendiendo a otros gladiadores lesionados en combates previos.

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“Por más rápido que hubiera sido atendido, iba a morir de todos modos”  declaró entonces Esteban Martos Núñez, jefe de los Servicios Médicos de la Comisión de Box del Distrito Federal. Además, ratificó la posible lesión previa en el cuello, ocurrida en la función o previo a ella.

Sin embargo, en los videos de la función hay alguna duda sobre si la atención médica en el cuadrilátero fue adecuada. Si bien el médico hizo todo lo posible por atender al luchador luego de su desvanecimiento, no se le colocó un collarín en el cuello para inmovilizarlo y evitar un daño mayor. Además, Konnan lo sacudió en varias ocasiones.

También se ve que no hay una camilla para sacarlo del ring y lo trasladan en un tablón de madera. Sin embargo, la promotora The Crash comprobó que tenía en orden los protocolos de seguridad para realizar la función.

¿Cómo fue la lesión?

De acuerdo con la Clínica Mayo de EEUU, un traumatismo cervical es una lesión en la parte alta de la columna vertebral, provocada por un movimiento brusco, ya sea flexión o extensión de la cabeza. Este movimiento brusco daña tejidos musculares y conjuntivos, pero si es más grave aunque puede incluir daño en articulaciones e incluso fracturas en las vértebras.

Este tipo de padecimiento se utiliza en casos de accidentes o golpes bruscos  como choques viales o lesiones deportivas y para ocurrir, requieren que las vértebras del cuello se flexionen y de inmediato se hiperextiendan en el mismo movimiento. Normalmente, esta lesión sana después de unos días o semanas, pero es importante volver a la actividad con cuidado y no realizar posturas forzadas.

traumatismo cervical

En el caso del Hijo del Perro Aguayo se especuló que pudo haberse lesionado  por dos vías:

Al golpearse con las cuerdas, ya que son de acero y muchas veces la tensión es excesiva, por lo que pueden provocar severas lesiones. Recordemos que están hechas de acero y en algunos rings la tensión puede ser mucha y un golpe ahí puede dañarte severamente o bien, que ya tuviera lesiones cervicales y seguía luchando así.

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El peritaje de la Procuraduría bajacaliforniana determinó que la causa de la muerte del luchador fue un traumatismo al cuello y fractura cervical. Por ello, cuando quedó recargado sobre la segunda cuerda, ya estaba inconsciente, no tenía coordinación, no respondía a estímulos verbales, no tenía los ojos abiertos y la garganta quedó apoyada contra las cuerdas. Estaba con vida, pero la lesión era demasiado grave, es decir, se había desnucado.

“Cuando cayó fuera del ring y se levanta, se nota que está lastimado. Viene otro golpe que lo pone en las cuerdas y se nota que quedó inconsciente. Era una especie de desnucamiento, un cúmulo de lesiones en la misma zona, que le causaron la muerte”, detalló el entonces subprocurador de Baja California, Gilberto Cota Alanís.  

¿Qué opina el gremio luchístico de esta tragedia?

Si bien Rey Mysterio Jr. fue la última persona que golpeó al Hijo del Perro Aguayo, él fue el menos responsable de la desgracia. En una entrevista con Carlos Loret de Mola, afirmó que esos mismos movimientos los practica varias veces al día y que con su rival lo había hecho como siempre.

Sin embargo, recibió insultos y amenazas en redes sociales. También dijo que al hablar con la familia de Pedro Aguayo Ramírez, su madre y hermanos, se sintió aliviado porque le dieron consuelo y no reprocharon la situación, pues entendían que era un riesgo de su profesión.

Perro Aguayo, HIjo del Perro Aguayo

Otro aspecto que salió a relucir es que muchas veces los luchadores no tienen servicios médicos suficientes para realizar su labor de manera segura. El Hijo del Santo denunció que la profesión no está bien pagada y que muy pocos gladiadores se dan el lujo de contar con un seguro médico suficiente para atender los riesgos de su trabajo.

“Es una pena que la lucha libre sea un espectáculo con muchos riesgos”, declaró el plateado a El Universal. “No hay autoridad dentro de la lucha libre. No hay comisiones. En Monterrey lucha cualquiera porque ya no piden licencias”, como ocurría en el pasado.

Y agregó: “Los luchadores no estamos unidos, nos hace falta ser más conscientes de que nuestro trabajo es muy peligroso. Las empresas fuertes que existen en México ven para sí mismas, se ven como enemigos, a veces el mismo luchador debe proteger a su compañero”.

“Hay quienes piensan que la lucha libre es un juego, un cotorreo o falsa pero han muerto muchos. Uno trata de cuidarse, de combatir, a veces tu cuerpo no está al 100%. Nadie mata a propósito. La lucha libre es un deporte de alto riesgo. Todos estamos conscientes de que subes y no sabes si vas a bajar”, comentó al respecto Jesús Reyes, Máscara Año 2000 al periódico El País.

Por su parte, Esteban Martos Núñez, entonces jefe de los servicios médicos de la Comisión de Box del Distrito Federal, dijo: “Desde hace un tiempo ya no nos mandan a los luchadores consagrados, sólo los novatos para obtener sus licencias. Se les hacían sus exámenes de laboratorio, pero ya no vienen.

En opinión de Daniel López, Satánico, uno de los grandes maestros e instructores de luchadores, consideró que para evitar tragedias como esta:

“Creo que tiene que ser más rápida la atención médica, también están los promotores y que limiten un poco el accionar arriba del cuadrilátero. Ahorita están arriesgando la vida con unos lances tremendos. El elemento de la nueva generación quiere puro lance, no sabe nada de lucha a ras de lona, llaveo contra llaveo, entonces lleva este riesgo”, comentó al periódico Reforma.

Hijo del Perro Aguayo

Sergio Trejo, director general del portal Furia de Titanes, consideró que el mayor riesgo está en las funciones organizadas por los pequeños promotores independientes.

“No tienen los recursos de empresas como AAA o el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) y para organizar sus espectáculos. No revisan que las licencias de los luchadores estén vigentes, ni las condiciones de seguridad  para que los luchadores tengan garantizados los servicios médicos”, detalló.

“Hay varios problemas: promotoras improvisadas y los mismos luchadores que pelean sólo por tener un poco de exposición. También están los que se entrenan dos o tres semanas, se toman fotos, debutan luego lastiman al compañero o se lastiman ellos”, finalizó.

El caso del Hijo del Perro Aguayo conmovió a todo el gremio luchístico en México, pero cuántos luchadores locales, algunos de ellos desconocidos, han sufrido graves lesiones, incluso fatales, por tener que subir al ring en estas condiciones. La mala noticia es que parece que esta situación sigue, casi cinco años después de la tragedia. ¿Cuántos casos más puede haber?