En el siglo pasado surgieron grandes ídolos como el “Chango” Casanova, “Toluco” López y “Pajarito” Moreno, quienes lo tuvieron todo y murieron en la indigencia

El boxeo es uno de los deportes con más arraigo en México. Desde hace casi un siglo, ha permitido que una cantidad importante de peleadores, surgidos del pueblo,  se vuelvan grandes figuras locales, que sin embargo, no estaban listos para ganar ni mucho menos para manejar el éxito.

Durante la primera mitad del siglo pasado, una y otra vez surgieron estos púgiles natos: con gran corazón y determinación para arrasar al rival en México. Pero que al momento de trascender, su propia fama los abrumaba y salían derrotados a combatir, o bien se saboteaban las peleas y terminaban humillados.

Algunos psicólogos deportivos aseguran que el desempeño de un deportista es reflejo de la cultura del pueblo donde se forjó. Así, esta “tradición” ha permeado durante años en la forma en que los atletas mexicanos llegan a sus competencias importantes porque a la hora buena, se convertían en una sombra de lo que se esperaba de ellos.

Esta es la historia de tres grandes ídolos del boxeo mexicano que pese a su indisciplina y sus excesos también fueron grandes ídolos, porque a pesar de todo, eran parte de su pueblo.

Rodolfo “Chango” Casanova

Uno de los grandes peleadores de los años 30. Surgidos de la miseria, en el barrio de la Lagunilla y tuvo un talento nato para arrasar rivales a su paso. Nació en 1915 en León, Guanajuato. Perdió a su padre desde muy niño. Su madre huyó del drama de la Revolución con él y su hermano hacia la ciudad de México.

Trabajó como nevero y fue expulsado de la escuela por sus continuas peleas. Debutó en 1932 con apenas 17 años de edad y rápidamente se convirtió en ídolo de la afición por sus rasgos indígenas, comunes a los de muchos mexicanos, además de su poderosa pegada y su gallardía en el cuadrilátero.

A nivel nacional, despojó del título nacional pluma a Juan Zurita en 1934 y a Manuel Villa el nacional ligero en 1935. También derrotó al campeón nacional welter, Luis Villanueva, “Kid Azteca”, en una pelea de exhibición en la que Casanova tenía una desventaja de cinco kilos. Con su triunfo, recibió una jugosa bolsa de 12 mil pesos.

En ese 1934 su fama era tan grande que obtuvo una oportunidad por el cetro mundial gallo ante el puertorriqueño Sixto Escobar en Montreal, Canadá. “El Chango” era un gran favorito 8-5 en las apuestas por su poder demoledor. Los relatos de la época señalan que el retador hizo una preparación correcta, llegó a Canadá con tres semanas de anticipación para aclimatarse y continuó preparándose allá. Declaró a la prensa que su objetivo era noquear en máximo cinco rounds.

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Pero varios cronistas de la época como Antonio Andere aseguraron que la noche anterior, el “Chango” se escapó de su séquito y se puso una borrachera en un bar local. Su equipo hizo todo lo posible por reanimarlo de cara al pesaje, la mañana siguiente, pero estaba tembloroso, con un fuerte dolor de cabeza y deshidratado. No le pudieron dar agua para que cumpliera con el pesaje. Al final fue autorizado para pelear, pero su rendimiento estaba muy mermado. 

Chango Casanova y Mario Moreno Cantinflas
“Chango” Casanova y Cantinflas

Además, en un entorno extraño, solía se amilanarse. Por ello, días antes su equipo había solicitado que el referee hablara español. Pero al final le teme al entorno y al éxito. Ya en la pelea, sufre un corte en la boca en el primer round y, aunque resistió hasta el noveno round cayó noqueado y perdió su gran oportunidad.

En su viaje se dice que tuvo amoríos con la famosa actriz Mae West, pero al regresar a México, su prometida huyó con otro y Casanova no soportó más, por lo que se tiró al vicio, pese a que ganó

3 mil 500 dólares solo por esa pelea.  En 1937 perdió su  título ligero por nocaut en el primer round ante Joe Conde.

En los años siguientes, el “Chango” tiene una actividad irregular porque sus excesos le impiden cada vez más estar en forma para pelear. Dos años después, murió su manager, Luis Morales y el “Chango” Casanova, entró al final de su carrera. Peleaba en estado de ebriedad o prefería las farras en lugar de prepararse.

Dondequiera que llega, es aclamado. A cambio, despilfarraba todo su dinero en parrandas, no sabía qué hacer con el dinero: por su origen no le gustaba  ropa elegante, los autos o las comodidades. Solo le compró una casa a su mamá.

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Su último combate fue en 1944 contra Pedro Ortega “El Jaibo” donde cayó noqueado en tres rounds. Su record profesional fue de 75 peleas, con 57 victorias, 31 nocauts y 17 derrotas.  Tras su retiro, se vivió como teporocho, lo veían tirado en el suelo en Garibaldi o San Juan de Letrán.

Justo después de su retiro, Alejandro Galindo creó la famosa cinta “Campeón sin corona”, donde el actor David Silva retrata la carrera de Casanova. El púgil reclamó el plagio y exigía una indemnización, pero perdió ante los tribunales.

A cambio se conforma con invitaciones a algunas funciones de box, donde se presenta a saludar al público, a cambio de unos cuantos pesos.

El entonces Departamento del Distrito Federal intenta ayudarlo y le da dinero, pero siempre termina alcoholizado. Por ello, lo internaron en el manicomio de “La Castañeda” en Mixcoac. Casanova suplicaba que lo dejaran salir, que no estaba loco. Le dieron una vulcanizadora, un puesto de jugos y unas placas de taxi, pero los malbarató para embiragarse. En 1960, su hijo fue asesinado en su despedida de soltero.

Un periodista Tomás Kemp, lo fue a buscar a La Castañeda y cuando lo encontró, el ex púgil le dijo: “mi reportero… dame para mis faros”.

Así vivió sus últimos años hasta noviembre de 1980, vivía en un albergue para indigentes en la colonia Doctores. Se una noche cenó y conversó con sus compañeros, se fue a dormir y murió de un ataque al corazón, en medio de la miseria.

Ricardo “Pajarito” Moreno

Ricardo Pajarito Moreno

El “Pajarito” Moreno, en sus épocas de gloria,  diariamente vestía finos trajes de casimir inglés porque no le gustaba repetir. Conducía un Cadillac con tapones de oro. Le gustaba verse bien porque su debilidad eran las rubias de cabello largo. Pero terminó su vida en un pequeño cuarto de un gimnasio de Durango, llamado “El Refugio”, tendido sobre una cama de cartón.

Una pelea suya sirvió para estrenar la Arena México, el sábado 28 de abril de 1956 ante el cubano Oscar Suárez, a  quien noqueó en dos rounds.

Lo primero que hizo con su dinero fue comprar una casa para su mamá, Zenaida, en el Pedregal. Le costó 600 mil pesos. Pero después se la vendió al actor Manuel Capetillo en 400 mil. También tenía una lancha para sus farras y un restaurante en Acapulco. Cuentan que usaba billetes de 100 pesos para encender sus puros, pagaba las cuentas de todos sus amigos en las cantinas a las que asistía. Apostaba en el hipódromo y en las peleas de gallos e incluso tuvo dos caballos de carreras.

Por su fama, llegó al cine: “Policías y ladrones” con Adalberto Martínez Resortes o “La sombra del otro, con Viruta y Capulina, en 1957.Ganó 20 mil pesos por cada película. Fue amigo de Germán Valdés “Tin Tan” y se dice que lo enseñó a vestir. Pero justo en ese momento dejó de prepararse adecuadamente, para pelear por el campeonato mundial.

Solo pudo disputar una ocasión el título mundial pluma ante Hogan Basse y perdió en tres rounds ante el apoyo de 20 mil mexicanos. A cambio ganó 40 mil dólares pero no tuvo otra oportunidad.  Los grandes reflectores lo habían acercado al mundo del alcohol y a su perdición.

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Nació el 7 de febrero de 1937 en Chalchihuites, Zacatecas, se le conocía como el “Barretero”, por el poder de sus nudillos. Fue campesino y minero. No destacó por su técnica, sino por el gran poder de sus puños y por su gran corazón. Entrenado por el manager Lupe Sánchez llegó hasta el título nacional de peso pluma.

Un día, en un cabaret de mala muerte fue asaltado y perdió un costoso anillo de diamantes. Como castigo, le retiraron su licencia para pelear. Al poco tiempo, su esposa le pidió el divorcio y entonces dilapidó lo que le quedaba de dinero, lo prestó, hizo obras de caridad y también se lo tomó. Su record fue de 73 peleas, con 60 triunfos, 59 nocauts, 12 derrotas y un empate.

Perdió una fortuna de entre 7 y 8 millones de pesos. Pasó 14 meses en un hospital psiquiátrico en la carretera a Puebla, porque terminó en la miseria y creían que había perdido la razón.

"Pajarito" Moreno
Los últimos años del “Pajarito” Moreno

Después vivió en Salto del Agua, donde estaba el gimnasio Jordán, donde vivía de la caridad. Regresó a Zacatecas y terminó sus días en Durango, en un pequeño cuarto de unos baños públicos, donde finalmente murió el 24 de junio de 2008.Tenía 62 años.

José “Toluco” López

José Toluco López

Nació el 21 de junio de 1932 en Real del Oro, Estado de México. Muy niño se mudó con su familia a la ciudad de Toluca. Se le consideraba una persona noble, pero una fiera en el cuadrilátero. En el ring destacó por su resistencia, valor y gran pegada. El 7 de mayo de 1955, ganó el campeonato nacional supergallo a Fili Nava.

El 1 de agosto de 1958 perdió ante José Medel por decisión dividida y en la revancha, el 19 de noviembre de1960, lo noqueó en el séptimo round, ya afectado por los vicios y la indisciplina.

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En 13 años de carrera, “Toluco” tuvo un record de 99 victorias, 63 de ellas por nocaut, 20 derrotas, cuatro empates y una pelea sin decisión. Se dice que era amigo de Javier Solís, Pedro Infante y otras personalidades como Maria Victoria o Libertad Lamarque.

Era famoso por su habilidad para bailar la música tropical y por negarse a dejarse caer en una pelea en 1957, lo cual lo privó de disputar el título mundial de su división.

Falleció con apenas 40 años de edad, el 16 de diciembre de 1972. Su dinero se fue entre mujeres y excesos. Su familia quedó en la pobreza, pues los únicos bienes que les heredó fueron un reloj y una esclava de oro con su nombre que le regaló el entonces presidente Adolfo López Mateos, a quien le dedicó una victoria.