Además de los periódicos, la radio fue uno de los primeros acompañantes del futbol. Y sus voces también. Memorias auditivas que nos trasladaban a las batallas más épicas que jamás hubiéramos conocido si no fuera por las voces de Óscar El Rápido Esquivel, El Mago Septién o Don Fernando Marcos. 

Probablemente uno de los últimos momentos más épicos del futbol en la radio fue en 2001, cuando Cruz Azul viajaba de tanto en tanto a Sudamérica para disputar la Copa Libertadores. En aquel momento no todos tenían acceso -al menos no como ahora- a la televisión restringida ni a PSN, el canal que tenía los derechos de televisión del torneo en América Latina y que terminaría por desaparecer.

La realidad cambió. ¿La radio no se renovó?, ¿la industria fue por otro camino?, ¿dejó de ser atractivo para las ligas y los anunciantes?, ¿la imagen derrotó al sonido?

Aquellas noches entre semana de Copa Libertadores, cuando las personas regresaban a casa o los estudiantes tenían sus audífonos en sus clases de universidad para escuchar las andanzas de La Máquina, fue de los últimos momentos más poderosos de la radio deportiva.

Ya no es lo mismo. Enrique Beas, director de La Octava Sports, una estación de Grupo Radio Centro, reconoce que el “el futbol ahora lo quieren ver y no escuchar”. Irma Cuevas, periodista quien tiene 27 años de experiencia y trabaja en el Instituto Mexicano de la Radio (IMER), reconoce que la radio ya no tiene “el mismo impacto de antes y ni siquiera el mismo apoyo y preferencia de las fuentes”.

Los tiempos han cambiado y aunque hay al menos -según datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT)- más de 20 millones de hogares en el país con una aparato radiofónico, el imperio digital está comiendo el negocio. Pero la radio se aferra a su modo para continuar.

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De acuerdo con datos obtenidos por VAR Deportivo consultando directivos, especializas, hombres de la industria radiofónica, para los clubes de la Liga MX un contrato de ‘venta de derechos de radio’ apenas si representa (a lo mucho) el 2% de sus ingresos, pero en promedio es entre 0.4 y hasta 1%. 

No es un negocio para los clubes. No con las cifras estratosféricas que se manejan por patrocinios o derechos de televisión. Algunos lo hacen por posicionamiento, para trabajar su marca o formar alianzas, pero no es el gran recurso para los clubes”, dice Enrique Beas.

Actualmente en el país se pueden identificar cinco estaciones deportivas importantes:

– W Deportes (W Radio)

– La Octava Sports (Grupo Radio Centro)

– RG La Deportiva (Grupo Multimedios en Nuevo León)

– Frecuencia Deportiva (Radiorama en Guadalajara)

– ESPN (Radiorama en Cd. Juárez y Chihuahua)

La radio enfrenta diferentes competencias, y no nos referimos solo a las plataformas digitales o la televisión. También la ‘piratería’ en las transmisiones que se generan en YouTube. Periodistas jóvenes o aficionados que emiten en sus canales los partidos tomando la imagen de la televisión y ellos lo narran sin contar con los derechos. Hasta ahora -al menos en México- no está regulado.

El tema es complicado para esta industria (de la radio) porque ahora mismo solo el 8% de la inversión publicitaria es para este medio”, comenta Beas. Irma Cuevas dice que incluso ha notado que con el paso del tiempo los departamentos de relaciones públicas y los despachos de prensa, “le dan más oportunidad y facilidades a los medios digitales, hay que reinventarse constantemente para no perder terreno, pero no es fácil”.

Y tener una estación de radio con derechos de futbol no es barato. Enrique Beas nos comparte que todos los derechos que tiene de equipos de la Liga MX, Expansión y derechos de transmisiones internacionales pagan por tenerlos. “Se va más del 80% de nuestro presupuesto”.

¿Y es un buen negocio transmitir partidos de futbol en la radio?

Depende de cómo se mire el vaso. Las estaciones de radio pueden recibir (en total) cantidades entre los 15,000 hasta los 150,000 pesos. Esto depende si es un partido premium entre todas las marcas que se anuncian durante el juego. 

Pero si se compara con la TV las diferencias son muy amplias. Por ejemplo, lo que puede generar una transmisión de radio con alto nivel de ventas apenas representa una sexta parte de un partido premium en las cadenas de televisión nacional. Por ejemplo Televisa vende 30 segundos de un partido estelar entre 500,000 y 600,000 pesos según sus documentos comerciales. 

El futbol es lo que vende más espacios publicitarios y de audiencia, sobre todo cuando te enfocas a los cuatro grandes y entiendo que a veces los radioescuchas nos llaman para pedirnos futbol de otros equipos, pero los que más audiencia generan son Chivas, América, Pumas y Cruz Azul”, comenta Cuevas quien dirige el programa Impacto Deportivo en IMER.

Según la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales del IFT el 39% de los mexicanos escuchan la radio todavía, pero un dato que puede ser brutal y que documentó IAB México hace un par de años es que el consumo de la radio en términos de contenido bajó hasta 50%.

En promedio un partido de la Liga MX por radio tiene cifras de audiencia entre 50,000 y 80,000 personas. Este dato hay que leerlo de la siguiente manera: personas que escucharon al menos 5 minutos, no se refiere al juego completo. 

“Muchos escuchan los partidos mientras llegan al estadio, mientras van casa, en lo que llegan a la reunión con amigos para verlo o en algunas ocasiones no están satisfechos con los narradores y nos sintonizan, pero la prioridad es ver el juego”, dice el director de La Octava Sports que hace unas semanas tuvo un nuevo lanzamiento. Enrique Beas asegura que es fundamental que la radio no pierda su esencia, que los juegos los juegos que transmiten los narradores “no quieran imitar a los televisión que es lo que muchas veces pasa, la radio tiene su ritmo, sus tiempos y hay que recuperar ese lenguaje”.

Para la radio el contenido deportivo es relevante. Tiene 13% de las preferencias entre los radioescuchas mexicanos, superados solo por noticias y programas musicales. Quizás uno de los grandes problemas en la audiencia de los partidos son los horarios porque están lejos de estar en los tiempos ‘premium’ de la radio. Según data de IFT entre lunes a domingo el horario con más audiencia es el de las 6 AM a las 12 PM. Es imposible que los equipos jueguen a esas horas.

Solo así se explica que la final entre Liverpool y Tottenham de la Champions League llegó a tener una audiencia de 1.2 millones de personas. Al menos escucharon 5 minutos la transmisión ya fuera por W Radio o Grupo Radio Centro (ambas transmitieron el juego).

“Se conjuntó que era hora top para la radio en el país el fin de semana, pero también que muchos se trasladaban a reuniones”, dice Beas.

El mismo fenómeno ocurrió en el Mundial de Rusia 2018 ya que la mayoría de los partidos eran por la mañana y se emitían por la radio. Los juegos de la Selección Mexicana, de acuerdo con data de Nielsen, IAB y IFT, alcanzaron el millón de radioescuchas. Otros contenidos radiofónicos deportivos que se transmiten son el beisbol y futbol americano principalmente. 

La radio es uno de los medios tradicionales, tan solo en la CDMX hay 70 estaciones entre AM y FM. Han nacido algunas como La Octava o incluso Heraldo Radio en los últimos tres años. En la era digital, donde ‘una imagen vale más que mil palabras’, escuchar una narración de futbol camina a ser más un acto de culto, un culto que siendo sinceros puede ser maravilloso. Una cualidad que destacan los estudios académicos sobre la radio es que tiene la capacidad de “recrear” y hacer  “imaginar” a las personas lo que está sucediendo y eso, no es poca cosa…

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