El Médico Asesino es considerado el primer gran peso completo de la lucha libre mexicano y un iniciador de la lucha en el cine y la televisión

Un  nombre extravagante, un uniforme sencillo y una gran carrera como rudo en los inicios de la lucha libre mexicana, este fue el “Médico asesino”, Cesáreo González Manríquez, quien murió un día como hoy, hace 61 años.

Nació en la ciudad de Chihuahua el 27 de agosto de 1920, cinco años después se trasladó con su familia a la ciudad de Torreón, Coahuila. Estudió solo el primer grado de primaria y en su adolescencia trabajó como cronometrador en el antiguo local de Palacio de los Deportes de aquella ciudad.

Posteriormente laboró como referee en las funciones que se realizaban en dicho inmueble pero por su enorme tamaño de 1.90 metros en varias ocasiones era más grande que los luchadores que estaban con él en el cuadrilátero. Al ver esto, el empresario le ofreció convertirse en luchador porque además entrenaba normalmente con los luchadores de aquella empresa, bajo la tutela de luchadores como: Verdugo, Joe Marín y Polo Torres.

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Debutó como “Don Cesáreo”, aunque no hay registro de su primera lucha. Destacó por su talla imponente, pero no era un luchador espectacular, de acuerdo con las crónicas de la época. Pese a ello visitó varias plazas de todo el país hasta que llegó a Guadalajara para luchar con Elías Simón, un afamado promotor local que tenía buen ojo para formar personajes.

Este le cambió su nombre a “El Asesino”, que salía a luchar con un calzón, botas y mascara negra. Más tarde se convirtió en La Bestia, entre 1945 y 1950, cuando perdió la máscara ante el Rito Romero y su personaje se vino abajo, por lo que abandonó la lucha libre y trabajó como transportista.

La primera estrella de la lucha libre en la televisión

Debido a su amor por la lucha, Cesáreo buscó una nueva oportunidad y la consiguió por la puerta grande en la televisión con el personaje que lo haría pasar a la historia, el “Médico asesino”, portando un maletín y máscara negra. En aquel entonces, Televicentro tenía sus propias funciones que transmitía directamente.

Debutó el 9 de febrero 1952 en dupla con Wolf Ruvinskis para enfrentar a Enrique Llanes y Tonina Jackson. El personaje tuvo un éxito inmediato porque había desarrollado técnica luchística y talento histriónico para este nuevo personaje.

En esta nueva etapa combinó su enorme talla (125 kilos), con lucha a ras de lona. Sus llaves principales era bodyslams y una nelson completa donde cargaba a sus rivales y los hacía balancearse como si fueran muñecos, así como el castigo a las carótidas, un estrangulamiento en el que tomaba al rival por el cuello y aplicaba presión en los costados, para interrumpir el flujo de sangre a la cabeza.

 De allí saltó al cine como el “Enmascarado de Plata” en una película que originalmente fue escrita para El Santo, pero la rechazó. Posteriormente apareció en “El Luchador Fenómeno” y “La Bestia Magnifica”.

Así nació la primera estrella de televisión de lucha libre en México, quien aparecía habitualmente en funciones de Televicentro. Su evento estelar fue en la primavera de 1952 contra Gardenia Davis en la Plaza México, con un lleno en las tribunas, considerado  uno de los mayores multitudes en la historia de la lucha libre mexicana.

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Las funciones duraron poco tiempo porque en 1955, el Departamento del Distrito Federal (DDF) canceló los eventos televisados por considerarlo un mal ejemplo para los niños y de inmediato recibió una oferta para migrar a la Empresa Mexicana de Lucha Libre (EMLL).

En estos años cambió su vestimenta a una totalmente blanca y formó equipo con rudos de la época como El Carnicero, El Espectro y El Bulldog. Innovó como el primer luchador en subir al ring acompañado por una mujer bella, llamada “La Enfermera del Médico Asesino”, aunque la idea no fue bien recibida y tuvo que reemplazarla por “El Enfermero”, con quien hizo equipo, dentro y fuera de ring.

Uno de los combates más importante de carrera fue el 27 de abril de 1956, en la inauguración de  la Arena México, donde alternó con El Santo para derrotar a Rolando Vera y Blue Demon. Al final de la lucha continuó golpeando a sus rivales, sin que los referees pudieran detenerlo. En la lucha semifinal, “El Enfermero” combatió contra “El Gladiador”. Eventualmente “El Enfermero”, “El Santo” y el “Médico Asesino” conformar la tercia de la “Ola Blanca”.

Un inesperado final una leyenda de la lucha mexicana

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En esta etapa, la EMLL lo aprovechó para programar combates de peso completo, una división que tenía poco atractivo para la empresa desde los años 30.En esta división, ganó el campeonato nacional de peso completo, que ya no perdería hasta su repentina muerte. Posteriormente comenzó a luchar en Texas, donde ganó el título de peso completo NWA del estado, que ostentó durante dos años.

En esta plaza, tuvo cuatro grandes enfrentamientos ante Lou Thesz por su título de peso completo. La más importante, el 9 de agosto de 1957 en una función por el 41 aniversario de Morris Sigel, donde Thesz superó al mexicano en tres caídas. Al evento acudieron 11 mil fanáticos, además quedaron fuera otros 5 mil.

Empezó a tener problemas físicos desde 1958 y un año después se le diagnosticó un cáncer muy avanzado que su familia mantuvo en secreto. El 16 de junio de 1960 murió en la ciudad de Chihuahua, visiblemente deteriorado por la enfermedad.

Se dice que sus últimos días los pasó jugando dominó con sus amigos como: el Espanto II, Tonina Jackson y alguna vez El Santo. Tonina Jackson y Jesús Garza le habrían aconsejado comprar un seguro de vida para proteger a su esposa y sus cinco hijos, que tenían entre 1 y 12 años. Aunque el “Médico” originalmente pensaba que podría recuperarse y volver a luchar.

En su gremio, el “Médico Asesino” era un personaje muy querido por sus compañeros. Para ayudarlo, el sindicato de luchadores realizó un concierto en su beneficio en la ciudad de Guadalajara. El dinero ayudó para que sus hijos pudieran continuar sus estudios. La noticia de su muerte encabezó los titulares nacionales, como toda una personalidad.

Médico asesino
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Se dice que cuando “El Enfermero” se enteró, durante una función en la Arena Coliseo de Monterrey, se sentó en el suelo y empezó a llorar.

Por su trayectoria como uno de los grandes pesos completos de todos los tiempos de la lucha libre mexicana, en abril de 1989, ingresó en el Salón de la Fama de la Comisión de Box y Lucha de la Ciudad de México.

Mientras que el año pasado, el Salón de la Fama de Wrestling Observer reconoció su trayectoria al inducirlo en la generación 2020, por considerarlo la primera leyenda de peso completo de la lucha libre mexicana, antes del surgimiento de personajes como: Mil Máscaras, Canek, Dos Caras, Cien Caras, entre otros.