Considerado el mejor deportista de Nicaragua, Alexis Argüello fue ídolo, uno de los mejores boxeadores del mundo y un político fallido
Este jueves se cumplen 12 años de la extraña muerte de Andrés Alexis Argüello Bohórquez una de las máximas figuras del boxeo mundial, mejor deportista en la historia de Nicaragua y efímero político. De hecho, esta fue la última etapa de su vida, cuando murió trágicamente en condiciones extrañas que señalan a un supuesto asesinato con tintes políticos, que aún deja dudas.
Su carrera resultó excepcional: 90 peleas, 82 victorias (65 nocauts) y ocho derrotas. Fue triple campeón mundial en pesos: pluma (1974-1976), súper pluma (1978-1980) y ligero (1981-1982). Solo perdió sus títulos por renunciar a ellos para cambiar de categoría. Entre sus logros, es el primer nicaragüense en ingresar al Salón de la Fama del Boxeo Internacional, desfiló como abanderado de los Juegos de Beijing en 2008 e impulsó jóvenes pugilistas en su país.
Como político, se le señalaba como posible candidato a la presidencia. Tuvo cinco esposas y ocho hijos, debió internarse para tratar su adicción a las drogas, cayó en fuertes depresiones, fracasó como empresario y muchas veces habló sobre el suicidio. Argüello se retiró como una leyenda y pasó de ser una figura mediática para la dictadura somocista y luego apoyó al Frente Sandinista de Liberación Nacional, el mismo régimen que confiscó sus bienes luego de la derrota de Somoza.
En 2005 se convirtió en vicealcalde de Managua y tres años se convirtió en alcalde. Pero lo que parecía una promisoria carrera política, terminó abruptamente, al quitarse la vida, de acuerdo con el informe oficial, la madrugada del 1 de julio de 2009. Tenía 57 años de edad.
Una carrera brillante
Nació en Managua, en un barrio pobre y una familia numerosa. No pensaba convertirse en boxeador, soñaba con ser abogado. Le gustaba el béisbol, el billar y hacer carreras en una motocicleta. Le gustaban las cosas buenas y quería salir de la pobreza. En su adolescencia viajó con un tío para trabajar en Canadá, donde ganó musculatura. Mientras su hermana Marina se casó con un boxeador, quien fue su influencia final para optar por esta profesión.
Por sus grandes condiciones, no hizo una carrera amateur, sino que debutó directamente como profesional. Sin embargo, perdió su primera pelea contra Omar Amaya.
Conforme comenzó a ganar, el gobierno de Somoza lo vio como un ídolo que podría humanizar un régimen violento, por lo que lo patrocinó para ayudarlo a llegar más lejos. Con el manager mexicano Pepe Morales, aprendió a trasladarse a los lados, avanzar y retroceder de manera sistemática, Además, de hacer boxeo dirigido. Le consiguió rivales de estatura y de condiciones similares a las de Arguello.
En febrero de 1974 tuvo su primera oportunidad por el título pluma de la AMB contra el panameño Ernesto Marcel, quien ganó de manera apretada. La pelea provocó la movilización de unos 5 mil aficionados nicaragüenses a Panamá.
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Entonces, Eduardo Román, apoderado de Argüello y allegado al régimen de Somoza, le contrató al panameño Ramón “Curro” Dossman, quien terminó de pulir a su diamante: con la misma agresividad pero más versátil y mucho más técnico.
Edgar Tijerino, en su libro “El Ídolo no muere” explica que a partir de ese momento Argüello empezó a “resolver sus combates con autoridad. Sus desplazamientos, lentos pero seguros, le permitían siempre conseguir la ubicación adecuada; aprendió a utilizar con la prontitud deseada, su poderoso jab zurdo; ya no permitía que el rival se le escapara por los costados, y sus descargas eran tan veloces como fulminantes. Impresionaba su velocidad de manos”.
El 23 de noviembre de ese año, en Inglewood, California, noqueó a Rubén “Púas” Olivares y le despojó del título pluma AMB, para convertirse en el primer campeón mundial nicaragüense.
A partir de ese momento, Argüello se volvió un joven ídolo en su país y su nombre se popularizó en el mundo cuando la revista The Ring lo incluyó en una lista de “Los cinco hombres de oro” junto a Muhammad Ali, Carlos Monzón, Roberto Duran y Antonio Cervantes “Kid Pambele”.
Argüello realizó cinco defensas exitosas y el 28 de enero de 1978 subió a súper pluma para vencer al monarca CMB, Alfredo Escalera en Puerto Rico. El 20 de junio de 1981, en Londres, Inglaterra, venció al campeón mundial ligero del CMB, Jim Watt. Así, se convirtió en el tercer latinoamericano en ganar tres títulos mundiales en diferentes categorías, el sexto en todo el mundo.
En 1982, intentó su cuarta corona, al contender por el título welter junior AMB, contra el estadounidense Aaron Pryor, pero en dos peleas sangrientas perdió e inició su declive.
El precio de la fama
A consecuencia de este fracaso, Argüello agudizó sus problemas de depresión, que se combinaron con sus excesos fuera del ring. Mientras que en Nicaragua el régimen de Somoza terminaba después de 45 años, para dar paso a la Revolución Sandinista.
Desde 1973, Eduardo Román trazó un plan para asegurar el desarrollo de su figura mediática. Primero le asignó un sueldo de mil 500 córdobas, no le cobró por manejarlo, le contrato un entrenador de cierto nivel y le eligió rivales adecuados. A cambio, Argüello hacía propaganda somocista y era obligado a tomar partido. Le dedicó sus victorias a su régimen y participó en diferentes actividades proselitistas.
Paradójicamente, el 8 de julio de 1979, cinco meses antes del triunfo de la revolución, Argüello enfrentó a Rafael “Bazooka” Limón en Nueva York con una bandera del Frente Sandinista, con la intención de protegerse ante el cambio de régimen. Sin embargo, el nuevo gobierno incautó sus bienes y su dinero. Argüello se tuvo que exiliar a EEUU porque fue perseguido por la Revolución.
Entonces, Argüello enfrentó la pérdida de sus bienes y las derrotas ante Aaron Pryor, la segunda de ellas, por nocaut. Su carrera empezó a decaer y ya sin tener que disciplinarse, se refugió en la fiesta, las drogas y el alcohol para soportar la depresión.
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“Yo era un hombre muy disciplinado. Al retirarme, no tenía nada que hacer. Creo que busqué el alcohol y las drogas como un escape”, explicó en una entrevista a la prensa nica en 2008. Pese a ello, se mantuvo como una figura del boxeo e incursionó en el cine y la televisión.
En esa época compró un yate que costaba casi 5 mil dólares mensuales en mantenimiento, así como un departamento de lujo en Miami, pero el vacío que le provocó dejar el boxeo lo llevó a pensar varias veces en el suicidio. Por ello intentó regresar con dos peleas más, en 1985 y 1986.
La carrera política
A inicios de los años 90, el Frente Sandinista es derrotado en las elecciones y Argüello pudo regresar a Nicaragua en la ruina y perdido en las drogas. Pudo recuperar una de sus residencias, la cual vendió, pero perdió el dinero en un negocio fallido. Entonces pensó en promover jóvenes talentos. También volvió a EEUU y sostuvo dos peleas que pasaron sin pena ni gloria.
Posteriormente logró cierta estabilidad financiera e ingresó a la política en 1995, cuando el propio Daniel Ortega se disculpó por “el error” de 1979. Entonces ingresó al régimen sandinista. Participó como candidato a vicealcalde de Managua en 1996, por fin entró en un centro de rehabilitación, donde estuvo enfocado los siguientes cinco años.
En 2005, se convirtió en vicealcalde de Managua y en 2008, contendió por la alcaldía de Managua, pero llegó al cargo gracias al “fraude mejor documentado de América Latina”, de acuerdo con la prensa local. aunque solo fue utilizado por su imagen pública para beneficiar al régimen.
Meses después, la madrugada del 1 de julio de 2009, Alexis Argüello se disparó en el pecho. La versión oficial indica que él se disparó porque sus depresiones que nunca se fueron del todo. Pero surgieron serias dudas sobre un presunto crimen político, debido a que podría aspirar a la presidencia de su país.
Según el Nuevo Diario, esa noche su pareja Karla se levantó a atender a su pequeño hijo y cuando regresó encontró a Alexis recostado, con el revolver encima. Era la 01:30 de la madrugada.
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“Aun cuando tenía el arma en la mano, lo único que le miraba era una gran tristeza, no me respondía nada, yo en todo momento traté de evitarlo y le gritaba como loca y le decía: “Pone eso, pone eso, Alexis por favor, no hagas eso ponelo’, pero él no respondía”.
Logró quitarle el arma y fue a otra parte de la casa para pedir ayuda. Él recuperó la pistola y se disparó. Ella todavía lo encontró con vida, pero a consecuencia del disparo comenzó a ahogarse. Todavía llegó al hospital donde “el gobierno se hizo cargo de todo” y murió. Tenía 57 años.
La investigación forense confirmó la declaración de Karla, concluyendo que no eran necesarias más investigaciones sobre el caso, porque encontraron restos de pólvora en sus manos y otras evidencias. Sin embargo su hija, Dora Argüello aseguró que hubo graves omisiones en el informe forense,. Por ejemplo, moretones en la cara de su padre, en el labio, el hombro y una herida en la mano, donde portaba su anillo del Salón de la Fama.
Su hijo, Alexis Junior, confirmó estas dudas y aseguró que “alguien jaló del gatillo pero no fue Alexis Argüello. A él le estaban quitando el poder y cuando mi papa se dio cuenta de eso, iba a llamar a una conferencia de prensa para anunciar a todo el mundo que iba a renunciar”.
Guillermo, hermano de Alexis, señaló que el ex púgil vivía la mejor etapa de su vida, recibía homenajes y estaba recuperado de las adicciones. Aunque otra gente como su amigo Miguel Ángel Arcía sí escuchó en varias ocasiones ese deseo por matarse porque se sentía cansado y haber cumplido su misión en la vida.
“Él estaba haciendo planes. ¿Qué fue lo que pasó?, es todo un enigma. Tenía estabilidad económica, estabilidad emocional y tenía un hijo pequeño o sea tenía un estímulo para vivir. La única explicación que yo puedo adjudicar es que se distorsionó por algo extraño, tal vez repentino, y que nadie sabe decir qué fue”, reflexionó el periodista nica, Édgar Tijerino.
Al final, su leyenda está intacta, aunque su muerte resultó injusta por todo lo que sí logró en vida.