Grandes escritores de terror y misterio que han utilizado diferentes aspectos del deporte como contexto para contar sus tétricas historias
Parecen dos áreas que coinciden muy poco, pero en realidad se encuentran en el gusto de gran parte de la humanidad: por una parte, el terror, el misterio, lo desconocido, lo oscuro y el deporte, la competencia, llegar más lejos que ninguno antes.
Un ejemplo superficial es el de H.P. Lovecraft (considerado uno de los grandes impulsores de los cuentos de terror y Chtulhu, una de sus creaciones más escalofriantes), quienes aparecen en una línea de artículos, entre ellos una bolsa deportiva de la marca PZAndrews. El diseño incluye la firma del escritor estadounidense y un boceto dibujado por él de Chtulhu, una magnífica bestia proveniente de la mitología anglosajona. Cada pieza, con un costo de 52.25 dólares.
Pero la relación entre terror y deporte va más allá de la mercadotecnia, en realidad otros grandes escritores del género, también tuvieron interesantes acercamientos con la competencia física. Estos son algunos ejemplos interesantes:
Alfred Hitchcock, amante del suspenso y del cuadrilátero
El “maestro del suspenso” y uno de los grandes cineastas de este género en Hollywood, Alfred Hitchcock, era gran aficionado del boxeo. Su sexta película, que escribió y dirigió completamente, versa sobre el deporte de los “catorrazos”. Su nombre es “The Ring” y es de las últimas producciones realizadas en formato mudo, en 1927.
La trama narra un triángulo amoroso, alrededor de Jack “One Round” Sander, un boxeador de circo que entrena duramente para llegar al profesionalismo, mientras Mabel, su prometida y luego esposa, coquetea abiertamente con un boxeador australiano Bob Corby.
Es la única película de Hitchcock en la que escribió el guión y decidió poner el pugilismo como tema central. El motivo: el realizador asistía asiduamente a funciones de boxeo realizadas en los suburbios de la ciudad de Londres. También aparece un púgil profesional: Albert Hall, admirado por Hitchcock, quien en varias ocasiones asistió a sus peleas.
La película no es de suspenso, pero incluye elementos característicos al cine de este autor: el humor negro, el voyerismo y el juego de palabras del título, “The ring” que alude al cuadrilátero, pero también al anillo de matrimonio, a la carpa de circo y a un brazalete que juegan un papel crucial en la cinta. Tiene un inesperado final feliz.
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The Ring, Alfred Hitchcock
Dos décadas después, en 1951, el realizador quedó prendado con la novela de misterio: “Extraños en un tren” de la estadounidense Patricia Highsmith y decidió llevarla al cine. Inicialmente tuvo grandes problemas para que un guionista aceptara hacer la adaptación. Pero aprovechó para cambiar la profesión del protagonista, Guy Haynes, de arquitecto a tenista, otra de las grandes aficiones del cineasta.
Pero para la filmación, en 1950 Hitchcock asistió a un torneo en el Los Angeles Tennis Club para empaparse del escenario. Colocó una cámara para grabar diferentes aspectos. También contrató a un profesor de tenis para que le asesorara en los movimientos de Farley Granger con la raqueta. Meses después acudió a la final de la Copa Davis en el West Side Tennis Club de Forest Hills. Allí encontró los detalles que buscaba.
Agatha Christie, apasionada del tenis y surfer
Otra de las grandes novelistas británicas inicio del siglo pasado es Agatha Christie. Aunque su obra se dirigió más a lo policíaco y el misterio. “La Gran Dama del Misterio” también era aficionada al tenis, junto con los rompecabezas y el bridge. Practicó el deporte blanco desde los 11 años.
De hecho, era habitual verla practicando “deporte blanco” y también otros deportes típicos británicos: tenis, golf, croquet (a caballo y patinando). Por eso es que el tenis aparece, aunque sea solo en mención, en muchas de sus novelas.
En 1926, Agatha Mary Clarissa Miller (su verdadero nombre) tomó un espacio en las Islas Canarias, para alejare de la crisis personal que le provocó su divorcio. En Tenerife, la escritora pasó muchas horas jugando tenis y croquet en las canchas del Grand Hotel Taoro. Cuatro años después, Agatha Christie publicó “Muerte en la Vicaría”, su primer gran acercamiento literario al tenis.
Años después, en Towards Zero, uno de los protagonistas es Nevile Strange, un guapo jugador de tenis de 33 años, acusado de asesinato. En la portada aparecen raquetas y otras alusiones al deporte blanco y en 2007, la novela se convirtió en película, con el nombre de “Miss Marple: Toward Cero”.
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Durante su visita a las Canarias, Agatha también se ejercitó en el mar. Incluso existe una foto suya posando junto a una tabla de surf. Posteriormente mencionó en su novela “Miss Marple y 13 problemas” lo buenas que eran las playas de Las Palmas para este deporte. Con este guiño, varios investigadores de la carrera de la escritora profundizaron su verdadera pasión por el surf. Incluso se dice que la señora Christie fue pionera de este deporte en Inglaterra.
El investigador Pete Robinson, fundador del Museo del Surf Británico explicó que: “hacia los años 20, solo había registros del Príncipe Eduardo practicando surf antes que Agatha Christie, quien llevó una tabla con ella luego de visitar Ciudad del Cabo, Australia, Nueva Zelanda y Hawaii”.
“Aprendí que el momento cumbre del día era cuando iba a la playa. En ese momento (1927) conseguía mantener el equilibrio de pie sobre la tabla y ¡dirigirme así hasta la orilla!”
Agatha Christie
Stephen King, ¿hincha del Independiente?
Stephen King, amante de las historias del terror y de las tradiciones de la cultura estadounidense, también tiene debilidad por el deporte. Un primer guiño, aparece en el remake de su película “It”, donde King aparece con un vaso de mate en la mano, con el escudo del Independiente de Avellaneda, del futbol argentino.
El director de la película, el argentino Andrés Muschietti, aclaró cómo llegó el vaso a manos del escritor estadounidense, durante una conferencia de prensa en Buenos Aires, para la presentación de la secuela:
“Lo tuve en la cocina dos años y me dije que lo iba a meter en la película en honor a todos los fans de Independiente. Dije ‘lo voy a poner al costado del cuadro para que alguien lo descubra’ y a medida que transcurría y las escenas se iban filmando, el mate se iba acercando cada vez. Si ven la escena, el escudo de Independiente está donde está la cámara. No importa si es plano o contraplano, el escudo está girado hacia la cámara y se va acercando misteriosamente a Stephen King”, detalló.
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Pero también en su novela “Blockade Billy”, publicada en 2010, King establece su historia alrededor del béisbol y fue lanzada para coincidir con el comienzo de la temporada de Grandes Ligas:
“Me encanta el béisbol de la vieja escuela, y también la manera como la gente que ha pasado una vida en el juego habla sobre él. Trate de combinar esas cosas en una historia de suspenso”
Stephen King
King es amante del beisbol y situó su novela en los años 50. Narra la historia de William “Blockade Billy” Blakely, un cátcher de color que jugó breve tiempo para los Titans de Nueva Jersey durante la temporada de 1957 y tiene una carrera en declive, en un equipo que tiende a desaparecer.
La trágica historia de futbol de Horacio Quiroga
En Latinoamérica, Horacio Quiroga es considerado como uno de los más grandes cuentistas de terror, del siglo pasado. Su obra estuvo fuertemente influida por escritores como Edgar Allan Poe, Rubén Dario o Guy Maupassant y su vida, marcada por la tragedia, los accidentes y los suicidios, incluso el suyo propio, ocurrido en 58 años, tras consumir cianuro.
Además de “El almohadón de plumas” o “La gallina degollada”, Quiroga logró el que es considerado su primer gran cuento sobre futbol: “Juan Polti, half-back”, en 1918, que cuenta la vida de Abdón Porte, “El Indio”, un futbolista uruguayo multicampeón con el Nacional de Montevideo, quien brilló en la época de la Primera Guerra Mundial y que lo llevó a jugar con la selección uruguaya.
Pese a su grandeza como deportista, en marzo de 1918, después de ganar 3-1 al Hurley, se suicidó con apenas 27 años de edad.
Edgar Allan Poe y su hazaña ficticia
Finalmente, hablaremos de otro de los grandes creadores de historias oscuras y fantásticas: el estadounidense Edgar Allan Poe, quien era capaz de realizar textos llenos de locura, muerte, pasiones desbordadas y también historias fantásticas.
Un ejemplo, fue una crónica de prensa publicada en 1844 en el periódico The New York Sun que detallaba cuidadosamente una supuesta hazaña realizada por Mr. Monck Mason quien cruzó el Océano Atlántico en un globo aerostático, desde la costa de Inglaterra hasta la isla Sullivan en Carolina del Sur, en la costa este de EEUU. El supuesto viaje en el “Victoria” lo realizó en solo 75 horas, acompañado con siete pasajeros.
Para dar credibilidad a su historia, Poe incluyó una gran cantidad de detalles técnicos: los insumos que contenía el globo y hasta declaraciones de los pasajeros. Cuando los editores del periódico supieron que la historia era falsa, tuvieron que publicar una disculpa pública reconociendo: “nos gusta pensar que la inteligencia es errónea”.