El domingo, aficionados del Manchester United irrumpieron en la cancha de Old Trafford para protestar la gestión de la familia Glazer con el equipo inglés
El domingo la Premier League sufrió una protesta que conmocionó al futbol mundial: un grupo de aficionados del Manchester United protestaron contra la gestión de la familia Glazer, dueña del equipo. Los fanáticos inconformes se apostaron fuera del hotel de concentración de los Red Devils y posteriormente invadieron el campo de Old Trafford, obligando a la suspensión del Clásico inglés ante el Liverpool, bajo la consigna: “Queremos la salida de los Glazer”.
El problema entre afición y directiva es tan añejo como la misma compra del club, terminada en el 2005 por la multimillonaria familia originaria de Florida y se agudizó hace unas semanas cuando el equipo inglés anunció su participación en la Superliga europea.
“Vamos a ser claros, nadie quiere que lo que pasó el domingo en Old Trafford se vuelva a reproducir. Lo que se produjo es el punto culminante de 16 años en los que bajo la dirección de su familia, el club ha caído en las deudas y el declive, y nosotros nunca hemos estado tan apartados e ignorados como ahora”, escribió el lunes el Manchester United Supporters Trust (MUST), uno de los principales grupos de animación del equipo, en una carta copresidente Joel Glazer.
Al parecer, los Glazer son los malos de la historia, son una familia con mucho dinero que busca hacer negocios en el deporte de alto rendimiento. Su ejemplo más exitoso de los últimos tiempos, haber ganado la edición más reciente del Super Bowl, con los Buccaneers de Tampa Bay.
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¿Quién es la familia Glazer?
La historia de la familia Glazer en la Premier League comenzó en 2003, con la inversión de 790 millones de libras esterlinas. El magnate era propietario de la corporación First Allied Corporation, una firma que reunía a varias marcas de centros comerciales históricos en EEUU. Falleció el 28 de mayo del 2014, a los 85 años de edad y heredó sus bienes a sus hijos y su esposa Linda, estimados en 4 mil millones de dólares.
Malcolm Glazer nació en Nueva York como el quinto de siete hijos de una pareja de inmigrantes judíos-lituanos. Comenzó a trabajar a los ocho años en la tienda de repuestos de relojes de sus padres. Cuando murió su padre vendía relojes de puerta en puerta. Posteriormente se casó con Linda y Linda tuvieron seis hijos: Avram, Kevin, Bryan, Joel, Edward y Darcie.
Adquirió paulatinamente las acciones del equipo con esta inversión inicial de 790 millones de libras esterlinas. Eventualmente continuaron con la compra de acciones, pero no fue con el dinero de la familia, sino que contrató deuda y dejó como garantía al propio club. El proceso ha supuesto más de mil 200 millones de dólares a las cuentas del club, que tiene un remanente de 600 millones de dólares que tienen endeudado al Manchester, según datos publicados en marzo, algo que nunca había ocurrido en su longeva historia.
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En el año 2006 Malcolm Glazer sufrió un derrame cerebral y dos de sus hijos se hicieron cargo del club, aconsejados por Ed Woodward, quien dejará su cargo como vicepresidente a final de temporada, a consecuencia de su inclusión en el proyecto fallido de la Superliga.
A su muerte, la familia Glazer poseía el 90% de las acciones del Manchester, divididas a parte iguales entre sus hijos.
Las inconformidades de la afición
Además del tema financiero, la afición decidió protestar la decisión de la directiva de participar en la Superliga europea, como la gota que derramó el vaso ante la forma en que la familia ha gestionado al equipo. Además, si continuaban su participación en la Superliga, venían graves sanciones por parte de la UEFA, como ser descalificados de sus propias ligas y el Mundial.
Tampoco están conformes porque el equipo vive una de sus épocas más pobres de su historia: sin un título desde 2017, sin la Premier League desde 2013 y varias temporadas sin clasificar a la Champions League.
La inconformidad fue tan grave en Manchester, que incluso los miembros del equipo FC United of Manchester, un club disidente surgido en la séptima división inglesa, a raíz de la compra de los Red Devils por los Glazer, participaron.
Para la protesta, los aficionados adoptaron los colores verde y oro, con la frase: “Green and gold until de team is sold” (Verde y oro hasta que el equipo sea vendido.
Disculpas y no disculpas
A raíz de las protestas surgidas por la Superliga, Joel Glazer uno de los responsables del equipo pidió “disculpas sin reservas” a la afición. Pero el domingo, los aficionados que protestaron en Old Trafford llevaron pancartas con la leyenda “Disculpas rechazadas“.
“Pueden comprar nuestro club, pero no pueden comprar nuestro corazón y nuestra alma”, decía otra pancarta.
Pues ahora algunos disidentes exigen que se aplique una regla como el ’50+1′ que existe en la Bundesliga, que impide a los propietarios de los equipos comprar más del 49% de las acciones.
Por su parte, Avram Glazer habló para la televisora Sky sobre el tema, pero guardó silencio. En un estacionamiento, cuando la reportera le pregunta si habrá alguna disculpa para los seguidores de los Red Devils, Glazer simplemente se subió a su automóvil.
En tanto, este jueves 6 de mayo los Red Devils jugarán la vuelta de la Europa League ante la Roma, que ahora será dirigida por José Mourinho.
Lo que viene para los Red Devils
Lo peor de todo fue la aparición de hooligans en Old Trafford, con el poder para convocar a más fanáticos descontentos. Por lo pronto, la primera consecuencia de estas protestas fue la suspensión del partido, debido a que necesitaban volver a sanitizar todo el inmueble, por lo que el partido tuvo que suspenderse.
Además hubo daños en el campo y en parte de las instalaciones del estadio. Además, aficiones como la del mismo Liverpool aplaudieron la protesta y anunciaron acciones similares antes de su partido de este fin de semana contra el Southampton, que afectaría gravemente el resto del calendario de la Premier League.
También existe el riesgo de que las protestas se generalicen y escalen en violencia y que incluso se extiendan al resto de Europa. Un ejemplo es un acontecimiento similar ocurrido en las instalaciones del Olympique de Marsella hace unas semanas. Así como las protestas que provocó la salida de un grupo de inversionistas que intentaba adquirir el Girondins de Burdeos.
En Alemania, los jugadores del recién descendido Schalke 04 también provocaron protestas en los alrededores del Veltins Arena en Gelsenkirchen para para intentar agredirles hace unas semanas.