En esta etapa de la pretemporada de la NFL aumenta el riesgo para los jugadores de desarrollar golpe de calor, por el tipo de entrenamiento y el calor excesivo del verano
Para la temporada baja de la campaña 2021 de la NFL, equipos como los campeones Buccaneers Tampa Bay, los Broncos de Denver y los Seahawks de Seattle cancelaron los campamentos para las actividades voluntarias de pretemporada (OTA, por sus siglas en inglés), para prevenir contagios de Covid-19, que terminaron este fin de semana en el resto de los equipos.
Argumentaron que el año pasado se hizo una pretemporada virtual que resultó exitosa y que por eso no era necesario presentarse.
“Tuvimos una temporada baja completamente virtual el año pasado, nos responsabilizamos mutuamente por hacer el trabajo necesario para ganar y tenemos la intención de hacerlo nuevamente”, expresaron en un comunicado a través del Sindicato de futbolistas (NFLPA, por sus siglas en inglés).
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Los OTA están organizados por equipos de la NFL entre abril y julio, cuando comienzan a prepararse para el inicio de la temporada a principios de septiembre.
Pero el Covid, no es el factor de riesgo más peligroso que enfrentan los jugadores de la NFL, en busca de ganarse un lugar en los equipos para participar en la temporada regular. Hace unos años, la necesidad enfermiza por dar el 100% en el campo para ganar un lugar, provocó la muerte de un jugador a causa de un “golpe de calor”, un fenómeno en el que el cuerpo humano se “sobrecalienta” y provoca una falla generalizada, que si no es normalizado pronto, puede ser letal.
Los golpes de calor fatales en la NFL
El ejemplo más recordado es el de Korey Stringer, liniero de los Vikings de Minnesota en agosto de 2001, en pleno campo de entrenamiento. Tenía 27 años, pesaba 152 kilos y era uno de los bloqueadores más efectivos de la Liga a inicios del siglo pasado.
El equipo informó que el jugador se reportó con sobrepeso y su cuerpo no soportó la intensidad del entrenamiento, en un clima de 43°C. Durante la sesión vomitó en tres ocasiones, pero no abandonó el entrenamiento. Posteriormente, sintió debilidad y respiración agitada, pero tanto él como sus entrenadores supusieron que su malestar se debió a la intensidad del entrenamiento.
Al terminar el entrenamiento, el cuerpo médico del equipo lo revisó y encontró que su temperatura corporal era de 42.2°C. De inmediato fue llevado a un hospital local en la ciudad de Mankato, Minnesota. Allí falleció a las 03:00 horas del día siguiente. El primer jugador de la NFL en morir por esta causa.
Un año antes, había jugado su primer Pro Bowl. Y aunque este fenómeno es inusualmente peligroso para los jugadores de la Liga, no ha sido el único caso: Dos días después, Fred Robbins, dejó la práctica de los Vikings por el clima inclemente en el que entrenaba. No tuvo consecuencias.
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A nivel colegial, Eraste Autin, de la Universidad de Florida falleció justo a finales de julio de 2001, también por un golpe de calor.
En septiembre de 2018, Jordan McNair de la Universidad de Maryland también murió a causa de un golpe de calor, por participar en un entrenamiento con una temperatura de 40°C. Tenía 19 años. Las investigaciones forenses, reportaron que este deceso ocurrió por la incompetencia de los servicios médicos del equipo universitario para atenderlo. Pasaron más de 2 horas entre que el jugador fue sacado del campo y recibió atención en un hospital.
El fatal golpe de calor
De acuerdo con el Gatorade Sports Institute, el golpe de calor también amenaza a otros deportistas, por ejemplo los runners, donde ha había dado casos: en el maratón de Chicago de 2001, un hombre joven que corría su primer maratón sufrió un golpe de calor en el kilómetro 41 y murió poco después.
Este organismo señaló que el golpe de calor ocurre cuando hay una fatídica combinación de calor extremo, ejercicio extenuante, una ventilación corporal inadecuada por el uso de equipo deportivo, insuficiente adaptación al calor, demasiada grasa corporal o mala forma física.
Los signos iniciales son: irritabilidad, confusión, apatía, beligerancia, inestabilidad emocional, conducta irracional, fatiga no provocada, escalofríos, piel de gallina y vómitos. Cuando ocurre, se considera como una emergencia médica.
Además de estos factores, hay otras situaciones que podrían provocar un golpe de calor en un deportista, entre ellos:
La motivación excesiva. Extralimitar el cuerpo en un esfuerzo superior a su capacidad demasiado deprisa o tratar de resistir un periodo prolongado a este esfuerzo, puede ser peligroso para el cuerpo no preparado. Este tipo de esfuerzo incluso puede afectar en un tiempo breve, como el kilómetro 7 de una carrera. Esto ocurre cuando el atleta tiene una mala condición física.
Otros estudios agregan que el estrés provocado por un posible golpe de calor puede dejar sensible al organismo para un segundo evento, conocido como “doble golpe”. Es decir, el recuerdo traumático de un posible golpe de calor favorece la posibilidad de desarrollar un nuevo golpe de calor. Por lo que los expertos aseguran que el momento más peligroso para un golpe de calor es el día siguiente a un entrenamiento extenuante, con alta deshidratación, en un clima cálido-húmedo.
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Una mala aclimatación al calor. sobre todo cuando se compite en un lugar diferente al que se entrena o se habita. El cuerpo tarda hasta dos semanas para aclimatarse y este proceso implica una mayor ingesta de líquido, una mayor retención de agua y sales, un incremento en el volumen sanguíneo, que provoca que el corazón bombee más sangre a una menor frecuencia cardiaca.
Deshidratación. Los deportistas podrían sudar hasta 2 litros por hora y su rehidratación normalmente es menor. Una hidratación inadecuada provoca una disminución en el rendimiento físico y en fases más avanzadas, aumenta la frecuencia cardiaca. Mientras, la percepción del esfuerzo para una carga de trabajo aumenta. Disminuye la agudeza mental, la fuerza de voluntad, y la potencia y resistencia muscular.
El uniforme o equipo de entrenamiento. El equipo que se utiliza en el futbol americano funciona como aislante térmico, es decir, provoca que la temperatura de los jugadores se eleve rápidamente y sus sistemas de enfriamiento, pierdan efectividad.
¿Cómo prevenir el golpe de calor?
El Centro de Investigación señala que tener una buena forma física, específicamente con una buena capacidad aeróbica, permite una mejor aclimatación al calor, porque las adecuaciones al entrenamiento resultan menos exigentes y esto permite reducir el riesgo de sufrir un golpe de calor.
En caso que los síntomas se presenten, los expertos aseguran que si el cuerpo se enfría a tiempo, es factible que el atleta pueda regresar a sus actividades poco tiempo después. Para evitar un peligro mayor, este proceso debe identificarse lo más rápidamente posible y atenderse, con la prioridad de enfriar el cuerpo y después transportar al paciente.
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Cuando se entrene en climas muy calurosos, se recomienda hacer paradas frecuentes para enfriar el cuerpo. De preferencia, en lugares con sombra, agua helada y ventiladores que lancen brisa. Así como reducir la intensidad y duración del entrenamiento e incrementar los descansos. Después del entrenamiento, se recomienda sumergirse en tinas con agua fría y espaciar los entrenamientos para permitir al cuerpo recupere su temperatura.
Mientras que para los corredores, la recomendación es tener mucho cuidado con la hidratación durante la competencia. Así como identificar los volúmenes de agua que se deben tomar de acuerdo al nivel de sudoración del atleta, correr a un ritmo cómodo para el cuerpo, evitar sprints largos y “escuchar” al cuerpo en caso que se presente alguno de los síntomas.
Finalmente se recomienda hacer entrenamiento de aclimatación previo a una competencia que esté programada en estas condiciones, una o dos semanas antes. No recomiendan pasar de una vida sedentaria en ambiente de aire acondicionado a un entrenamiento en el verano, con ejercicio intenso.