El Tíbet es un lugar remoto donde hay interés por jugar futbol. Su gran problema es la altitud, porque ningún equipo quiere jugar allí
El Tíbet es un territorio enclavado en lo alto del Himalaya, bajo el control del gobierno chino. Se considera como un lugar apto para que puedas encontrarte a ti mismo, espiritualmente. También es un punto ideal para practicar deportes como el alpinismo, pero no es adecuado para el futbol. El motivo no es político, sino simplemente geográfico. Es imposible que alguien no habituado a una altitud superior a 3 mil metros soporte un partido completo, sin sentir mareos.
Esto provocó que el único equipo profesional que existía en el Tíbet, el Lhasa Chengtou, fuera disuelto el 10 junio del año pasado. El periódico South China Morning Post, detalló que ese día los jugadores y cuerpo técnico fueron informados de que la Asociación China de Futbol (CFA) rechazó por enésima vez su solicitud de afiliación.
El motivo: ningún equipo estaba dispuesto a jugar en Lhasa, capital tibetana, ubicado a 3 mil 650 metros sobre el nivel del mar. En esa altura, la presión con la que el oxígeno entra a los pulmones es al menos un tercio más baja que la que hay al nivel del mar. Como consecuencia, cuesta mucho más trabajo llevar este oxígeno a los pulmones con una respiración relajada.
Como consecuencia, entre 20 y 30% de las personas que no están aclimatadas, sufren mal de altura, un malestar físico que aparece horas después de este cambio de altitud, con síntomas como: dolor de cabeza, náuseas, dificultad para respirar y, como consecuencia, imposibilidad para realizar actividad física.
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Normalmente dura entre uno y tres días, pero hay algunos casos graves, donde la persona necesita oxigenación adicional, medicamento y hasta un traslado inmediato a una menor altitud. Aunque normalmente no requiere atención médica o medicamento y se cura en cuestión de días o semanas, se han documentado algunos casos que han tenido consecuencias mortales.
Pese a estas circunstancias adversas, el Partido Comunista Chino, que administra el territorio tibetano desde 1951 permitió la fundación del equipo de futbol para que los habitantes se sintieran mejor integrados a China. El problema es que Lhasa era la única ciudad disponible, pues todo el territorio tibetano se encuentra en altitudes mayores a los 3 mil metros.
El intento de llevar el futbol profesional al Tíbet
Lhasa Chengtou (literalmente significa “tierra pura” y se debe al nombre de su empresa patrocinadora), se fundó en 2017 como un club amateur. Pasó al profesionalismo un año después. En 2019, ascendió a la China League Two, (tercera división) y no podía tener partidos en su ciudad sede.
“Hay gente que piensa que puede ser peligroso jugar a esta altura, pero hemos roto barreras. Aquí jugamos desde niños al futbol, es un deporte muy popular”, aseguró el presidente del club Cidan Duoji, para presentar al equipo a la prensa en 2016.
El equipo originalmente estuvo compuesto por personas de las etnias tibetana (90%) y han (la etnia abrumadoramente mayoritaria en China), como un ejemplo de armonía en una región polarizada políticamente desde hace años, pues el Tíbet exige ser liberado y salir del dominio comunista chino.
Su plantilla original de 28 jugadores era originaria de la ciudad de Lhasa y se comunicaban en idioma mandarín.
El equipo era patrocinado por una empresa que elabora alimentos con productos naturales y ya tenía presencia en la liga profesional de basquetbol chino. También pretendía crear un equipo de futbol femenino. La mayoría de los jugadores inicialmente eran aficionados o semiprofesionales. Tenían un salario de 5 mil yuanes mensuales (unos 16 mil pesos).
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Pero desde su llegada al profesionalismo en 2019, la CFA les prohibió jugar en la ciudad de Lhasa por el tema de la altitud. El equipo tuvo que usar como sedes alternas las ciudades de Huizhou, ubicada a unos 2 mil 500 kilómetros de Lhasa en el este de China y posteriormente, Deyáng ubicado en el centro de China, a mil 300 kilómetros de Lhasa. En esta sede, el club terminó la temporada 2020 en el puesto 26 de 32 clubes de tercera división.
Por estas condiciones, el Lhasa Chengtou solo jugó dos partidos de exhibición en Lhasa y en ellos se tenían que hacer pausas cada 15 minutos para que los jugadores pudieran inhalar una botella de oxígeno.
También surgieron algunas versiones que señalaban el desvanecimiento de seis jugadores del Shenzhen Pengcheng, quienes salieron de un partido en Lhasa, víctimas del mal de altura. Sin embargo, la policía tibetana desmintió el rumor.
“Queríamos ser una ventana al mundo para el futbol tibetano, hicimos el máximo para poder recibir partidos en el Tíbet, pero en vano”,
Lhasa Chengtou
Todo el personal, los jugadores y los entrenadores fueron despedidos, solo luego de tres años de funcionamiento. En total, el equipo solo disputó cinco partidos en casa. Además, quedaron a la deriva 70 jóvenes canteranos de entre 13 y 16 años, que pese a todo siguieron entrenando en estas condiciones extremas, sin la garantía de que hayan encontrado lugar en otro equipo.
Las armas geográficas en el futbol
Debido a que las grandes altitudes suponen este tipo de problema para los equipos visitantes, la FIFA considera que es una forma de sacar ventaja para el equipo local, aunque son escasas como sedes para el futbol profesional.
Otro de estos ejemplos es Bolivia, cuya sede para partidos de la Selección Nacional es la ciudad de La Paz. En ella, el equipo se hace tan fuerte que ganó una Copa América en 1963, un subcampeonato en 1997 y calificar a su único mundial (Francia 98), aprovechando su condición de local.
Por ello en 2007, la FIFA prohibió la celebración de partidos internacionales en ciudades situadas a altitudes mayores a los 2 mil 500 metros de altitud (la Ciudad de México está a 2 mil 240 y Toluca está a 2 mil 660). Esta decisión provocó protestas de la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol), porque la medida prohibiría el futbol profesional en ciudades como La Paz, Bolivia (3.600 metros); Bogotá, Colombia (2 mil 600 metros) y Quito, Ecuador (2 mil 800 metros), además de algunas ciudades en Perú.
FIFA ajustó la restricción a 3 mil metros y finalmente la levantó en 2008. Como consecuencia, en 2009, la Selección de Argentina, con todo y Lionel Messi, cayó goleada en La Paz 6-1, en las eliminatorias para Sudáfrica 2010.
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El futbol fuera de la FIFA
Por las circunstancias geográficas en El Tíbet y por su sometimiento al gobierno de China, la Selección tibetana tampoco pudo registrarse ante la FIFA. El equipo está conformado por jugadores tibetanos que practican en el país o bien viven exiliados.
Lo más que han logrado en el futbol asociado es pertenecer a la Confederación de Asociaciones Independientes de Futbol (ConIFA), un organismo con sede en Suecia. Pero no puede ser miembro de la FIFA ni de la Confederación Asiática de Futbol (AFC, por sus siglas en inglés).
Entre sus participaciones internacionales, Tíbet ha jugado contra la colonia danesa en Groenlandia en 2001, a pesar de los esfuerzos de China por cancelar el partido. Posteriormente disputó en la FIFI Wild Cup 2006, donde perdieron sus dos partidos y participaron en la Copa ELF donde fueron últimos entre ocho equipos, con tres derrotas.
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Finalmente participó en la Copa Mundial de Fútbol de ConIFA de 2018, con sede en Londres, con la participación de 16 equipos y también perdieron sus tres partidos en fase de grupos, con dos goles a favor y nueve en contra.