Este martes se enfrentan los dos más recientes campeones olímpicos, Brasil y México, por un boleto a la Final de futbol varonil en Tokio 2021
Brasil y México tienen una historia totalmente opuesta en el futbol mundial. El “Scratch” es el máximo ganador de Mundiales a nivel mayor, pero sobre todo es un histórico, un referente, un modelo a seguir, en mayor o menor medida, para el futbol latinoamericano. Sus jugadores, técnicos y estructura, han sido observados y admirados por países como México.
En contraparte, México ha tenido un desarrollo mucho más lento y complicado, ya sea por su menor población en comparación con Brasil, por encontrarse en una de las regiones más pobres futbolísticamente hablando y porque tardó casi un siglo en encontrar un estilo propio.
A lo largo del siglo pasado, Brasil ha sido el más que el hermano mayor, sino el “padre” del futbol mexicano. Al grado que en el Mundial de México 70, el equipo amazónico fue recibido como local por la afición mexicana, tanto en Guadalajara como en la Ciudad de México.
La evidencia era obvia, en sus primeros encuentros en Mundiales que datan de 1950, los resultados fueron abiertamente para Brasil. En la edición de medio siglo México apenas llegaba a su segundo Mundial, mientras los anfitriones eran favoritos al título. El resultado de aquel partido inaugural de la Copa fue un 4-0 en favor de la “canarinha”. Cuatro años después Brasil aumentó la goleada a 5-0 en Suiza ’54 y luego siguió un 0-2 en Chile ’62.
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De hecho en Mundiales la estadística es de cinco partidos disputados, con cuatro victorias cariocas (incluyendo el 2-0 de Rusia 2018 en el único partido de eliminación directa entre ambos) y solo un empate, rescatado dramáticamente en Brasil 2014. Con una diferencia de goles de +13. Es más, México nunca le ha podido marcar a Brasil en Mundiales.
En el historial global, el registro es similar: 41 partidos jugados con 24 victorias brasileñas, siete empates y 10 triunfos mexicanos.
¿Sansón a las patadas?
A partir de 1996, México comenzó a obtener algunos triunfos que, si bien no eran de gran relevancia internacional para Brasil, sí sirvieron para llevar algunos trofeos a las vitrinas del Tri, con el enorme asterisco de la ventaja de local para México.
En esta fecha el tricolor se proclamó campeón de la Copa Oro en EEUU por 2-0 en el Memorial Coliseum de Los Ángeles, con goles de Luis García y Cuauhtémoc Blanco. El triunfo evidentemente revistió a México, pero para Brasil fue un juego más, ya que llegó al torneo como invitado.
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Tres años después, México nuevamente como local, consiguió su título más importante a nivel mayor contra Brasil. Se trató de la Copa Confederaciones de 1999, donde El Tri se mantuvo, pese a que el “Scratch” había igualado a dos el partido. Al final, con un bello gol de Cuauhtémoc Blanco, la victoria fue de 4-3.
En ese Brasil, sí había figuras mundiales, encabezadas por Ronaldinho, así como: Dida, Zé Roberto y Flavio Conceiçao,
Pero en esta categoría también hay dolorosas derrotas para México, en fases de eliminación de Copa América: un 2-0 en la semifinal de 1999 y un contundente 4-0 en la edición de 2004.
En la Copa Confederaciones de 2005, con la que por muchos ha sido la mejor Selección Mexicana de la historia, el Tri derrotó a Brasil en fase de grupos por la mínima, con un gol de Jared Borgetti. A la postre, esa derrota no importó porque los amazónicos se coronaron y México se quedó en el cuarto lugar.
El manotazo en la mesa
En realidad los resultados más importantes de México ante Brasil se han dado en selecciones menores. El primero de ellos en el Mundial Sub-17 del 2005, cuando México sorprendió y se coronó con un contundente 3-0, en lo que se consideró como el inicio de la “generación dorada” tricolor, que nunca acabó de cuajar.
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De aquel equipo brasileño logró consolidarse Marcelo, mientras que Anderson ganó el Balón de Oro del torneo y después fracasó rotundamente. También estaba Denilson, quien tuvo un paso pobre por Europa y Sidnei, quien jugó para Benfica y La Coruña.
Este partido se convirtió en el primer gran batacazo para México, pues Brasil venía como campeón defensor y había ganado tres de las últimas cuatro ediciones (1997, 1999 y 2003) y había estado en cinco de seis finales en ese periodo. Después de la victoria mexicana, Brasil devolvió la cortesía en 2019, derrotando precisamente a México en la Final con un 2-1, dando la vuelta en los últimos cinco minutos.
El Tri Sub-17, por su parte, se convirtió en contendiente de esta categoría, acumulando títulos en 2005 y 2011 y perdiendo las finales 2013 y 2019.
La derrota que sí dolió en Brasil
Finalmente en el recuento de enfrentamientos olímpicos, México sí logró propinarle una derrota dolorosa a Brasil al despojarlo del único torneo internacional importante que faltaba en las vitrinas del “Scratch du ouro”: el oro olímpico.
Además, el contexto fue ideal. Desde 1984, cuando inició el futbol olímpico con la participación de juveniles profesionales Sub-23, Brasil tenía dos platas (1984 y 1988) y dos bronces (1996 y 2008). Mientras México solo tenía un cuarto lugar en 1968, como su mayor logro olímpico.
El partido se celebró en el estadio de Wembley y además Brasil contaba con cuatro grandes figuras: Neymar y Hulk, además de Marcelo, Thiago Silva y Oscar. México, alcanzó a llevar a Giovani dos Santos, como el único sobreviviente del campeonato de 2005. En la cancha, México anotó pronto y logró controlar el trámite. Sufrió en los últimos minutos porque Hulk marcó en el descuento, pero al final, el doblete de Oribe Peralta le dio a México el oro por 2-1.
Brasil logró el ansiado título olímpico, cuatro años después como anfitrión, derrotando a Alemania en penaltis. Así, la cosecha de la “canarinha” va en un oro, tres platas y dos bronces.
Este martes, se enfrentan los dos últimos campeones olímpicos por un boleto a la Final y que para el ganador, valdrá por lo menos una medalla de plata. Sin embargo, México se encuentra en una posición de competir con Brasil, aunque el gran pendiente del Tri es superar aquel histórico 0-0 de 2014.