Jesús “Murciélago” Velázquez aprovechó su cultura para crear un personaje temible en el ring y en el cine, donde escribió varios guiones
Este miércoles se cumplen 49 años de la muerte de Jesús Velázquez Quintero, “El Murciélago Enmascarado”, quien se convirtió en una leyenda de la lucha mexicana como el “Murciélago Velázquez”, uno de los grandes innovadores del pancracio en México, tanto en su teatralidad, como en técnica, como un luchador bien preparado y rudísimo.
Subía al ring usando un chaleco negro con capa, máscara negra y calzoncillo. Como parte de su show, soltaba pequeños murciélagos en el cuadrilátero para que pasaran sobre las cabezas de los aficionados, de acuerdo con las crónicas de la época.
Nació el 22 de febrero de 1910 en Dolores Hidalgo, Guanajuato y se convirtió en el cuarto luchador enmascarado que apareció en México, pero el segundo de origen nacional, después de “El Enmascarado” (Luis Núñez-México), “La Maravilla Enmascarada y El Enmascarado de Chicago.
Debutó el 3 de abril de 1938, desde siempre con su mote del “Murciélago Enmascarado” y su estilo rudísimo, contra Jack O’Brien, quien ganó aquella ocasión por descalificación. También creó diferentes llaves, como la patada “a la Filomena” y la “Suástica”.
Debido a que no había gimnasios de lucha en aquella época, se alistó en la policía capitalina para poder entrenar en el “Casino de la Policía”, uno de los pocos espacios donde se impartía este deporte.
Orígenes de un personaje oscuro de la Lucha
Con la combinación de estas características, su personaje tuvo un ascenso meteórico. Al poco tiempo de su debut, ya luchaba en estelares contra gente como “Dientes” Hernández o “Bobby” Bonales. Pero lo que en realidad le dio este aire temible como luchador fue su rivalidad con Merced Gómez, un exboxeador que tenía riesgo de perder un ojo por los golpes y se volvió luchador.
En la tercera caída de ese combate, Gómez golpeó al “Murciélago” y este le regresó una patada en la barbilla que puso a su rival de rodillas. Allí le dio una segunda patada “a la Filomena” y lo impactó directo en el ojo izquierdo, provocándole una severa lesión que provocó la pérdida del ojo. Pese a la gravedad de la lesión, “Velázquez” siguió castigando a su rival, aunque el referee quiso detener el combate.
Alrededor de esta lucha hay muchas historias, cuya veracidad se ha perdido con el tiempo. Entre ellas que Gómez sufrió la lesión en su ojo sano y que por ello quedó ciego y esto derivó en un daño mental severo que lo llevó a la muerte. Aunque en realidad Gómez luchó alrededor de un año más luego del evento.
Otra versión recogida en el libro “15 años de lucha libre”, publicado en 1948, decía que Merced ya había perdido el ojo en el boxeo y que por eso volvieron a enfrentarse un mes después de la primera lucha. El “Murciélago Enmascarado” volvió a ganar, pero Gómez le rompió siete costillas. La versión tampoco es muy creíble, pues el “Murciélago” volvió a luchar una semana después.
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Lo cierto es que el “Murciélago Enmascarado” ya era uno de los mejores rudos de su tiempo. En agosto de 1939 para encontrar al campeón nacional de peso medio. En luchas sucesivas, derrotó a Jack O’Brien, Ciclón Veloz y Caballero Lee, aunque perdió la contienda definitiva ante “Dientes” Hernández. Posteriormente se proclamó campeón de este mismo cinturón y lo mantuvo durante casi seis años.
Al año siguiente surgió una rivalidad ante Octavio Gaona, uno de los grandes luchadores de la época. Primero se enfrentaron en “súper libre”, donde el “Murciélago” ganó y posteriormente llegaron a la lucha de apuesta, donde Gaona se impuso y terminó así la historia del “Murciélago Enmascarado”, para que naciera el “Murciélago” Velázquez.
Pero antes de eso, en semanas consecutivas, rapó a Merced Gómez, Bobby Bonales, “Dientes” Hernández y “Ciclón” Veloz, en un formato que no se había visto hasta entonces en el país.
La leyenda del “Murciélago” Velázquez
Perder la cabellera no fue un problema para Jesús Velázquez, quien aprovechó su rostro adusto y la grandeza de su personaje para continuar su carrera las siguientes décadas, como el mismo gran rudo. El 12 de mayo de 1941 disputó el Título Nacional de Peso Medio y volvió a caer. Aunque lo obtuvo en diciembre de ese año.
En 1943 inició otra rivalidad con un tal “El Murciélago Enmascarado II” que obligó a Velázquez a quejarse con la Comisión de Box y Lucha del Distrito Federal por el plagio de su personaje. Este luchador debió cambiarlo y se convirtió en “El Santo”. La rivalidad los llevó a una lucha de máscara contra cabellera, que terminó en favor del técnico.
En 1946 contabilizó el record de ganar 21 luchas mano a mano seguidas, todas ellas sin perder una sola caída. La racha incluyó nombres como: “El Santo”, “Bobby” Bonales y “Tarzán” López. Lo que no queda claro es quién terminó con esta racha: Gory Guerrero o Pete Sherman. Siete años después, en 1953 es señalado como el luchador con más victorias en caídas seguidas con seis.
Con esta fama era contratado en el resto del país para enfrentar a novatos locales. Después formó una dupla temible a lado del luchador judío Samar Seleem. Eran tan rudos que el comisionado Manuel Muñoz, los excluyó de por vida de la Ciudad de México, rompiendo con un equipo que era muy popular entre la afición. Como consecuencia, Seleem se fue a Monterrey y el “Murciélago” se convirtió en actor y guionista de películas en el inicio del cine de luchadores.
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Debutó como actor en 1957 “La Momia Azteca” y escribió varios guiones como: Tlayucan (1961). En total participó en 18 cintas incluido “Ladrón de cadáveres (1957) y Blue Demon contra los cerebros infernales (1968).
También entrenó a luchadores durante un breve tiempo y a principios de los años 60 se convirtió en comisionado de lucha libre del Distrito Federal, también por un corto periodo. A finales de esa década, dejó la actuación para dedicarse de lleno a escribir guiones, con un total que supera los 30 y no solo son de luchadores, también hizo westerns y dramas. La última película que escribió como guionista fue “La mujer del diablo”, que se estrenó dos años después de su muerte.
Murió en la medianoche del 26 de mayo de 1972 a causa de una cirrosis.
El fascinante personaje fuera del cuadrilátero
Fuera del cuadrilátero, la gente que conoció a Jesús Velázquez lo definió como un hombre amigable y pacífico, amante de los libros de filosofía y poesía, con una mente educada y mayor conocimiento que sus colegas, pero también alguien humilde en su trato.
Tenía un interés extraño en la cultura, algo poco frecuente entre los deportistas de la época. En su juventud devoraba pasajes de la historia extraídos de libros que robaba su hermana y desarrolló una gran admiración por los personajes poderosos, al final se convirtió en uno de ellos.
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Estudió lucha durante tres años, en disciplinas como: lucha olímpica, sumo, judo y karate. Con este dominio, fue capaz de enfrentar a pesos completos y vencerlos, con su talla de welter.
Su conocimiento le permitió dotar su personaje con una teatralidad que no se había visto hasta entonces. Por ello desde su debut apostó por el espectáculo y llevó su personaje al extremo. Pero también al luchar era excesivamente violento con sus rivales y como colofón presumía las llaves de su creación para rendirlos. Todo un personaje.