En la historia del futbol nacional, hay una larga lista de equipos que han sido propiedad  o bien han recibido financiamiento de organismos  o instituciones públicas

Para el 2014 se contabilizaron 47 equipos con estas características, como uno de los momentos más álgidos. Sin embargo, poco a poco la Federación Mexicana de Futbol ha trabajado por impedir que las directivas de los equipos reciban este tipo de financiamiento, aunque por las razones incorrectas, pues su objetivo es propiciar la paridad y no impedir que estos recursos sean canalizados a otras acciones públicas que sean prioritarias.

Los diferentes niveles de gobierno  apoyan no solo con recursos, también facilitan instalaciones, usos de marca y derechos de explotación de sus equipos locales y en muchas ocasiones los directivos los emplean inadecuadamente, crean proyectos que fracasan en poco tiempo e incluso se apropian de estas propiedades intelectuales para seguirlas explotando.

Estos son algunos ejemplos de equipos que recibieron alguna especie de apoyo desde el sector público, ya sea dependencias de gobierno federal o estatales, sindicatos y universidades, principalmente.

Club Deportivo Marte

El primer antecedente de un equipo completamente financiado con recursos federales es el Club Deportivo Marte, que dependía de la entonces Secretaría de Guerra y Marina en 1921. Tres años después tomó el nombre de Marte.

En esos años, recibió recursos suficientes para contratar a la mitad de jugadores de la Selección Jalisco, uno de los equipos más poderosos de la época, para reforzarse, pero como fueron obligados a incorporarse al Ejército, se mudaron al Necaxa y el equipo comenzó a tener problemas. El equipo descendió en los años 50 y eventualmente, desapareció en 1998.

Marte, equipo financiado con recursos públicos

Atlante FC

Uno de los equipos más añejos del futbol nacional. Para fines de los años 70, su propietario, el empresario litográfico, Fernando González “Fernandón”  ya no pudo sostener el equipo y el 19 de octubre de 1978 anunció que lo “donaría al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)”.

De acuerdo con el titular del IMSS en aquella época, Arsenio Farrell Cubillas, el objetivo de la incorporación del equipo era regresarle su grandeza , convertirlo en un ejemplo de desarrollo profesional para sus jugadores y un ejemplo para los trabajadores de la dependencia.

Atlante-IMSS, equipo financiado con recursos públicos

Se le inyectaron 90 millones de pesos y se prometió a los jugadores que gozarían de atención médica y de capacitación a todos los niveles, para ellos y sus familias. También se les daría una dieta alimenticia determinada por especialistas, mientras que a los trabajadores del IMSS  recibirían descuentos del  50% en las entradas para ver al Atlante-IMSS en sus partidos de local.

El equipo se reforzó con jugadores de renombre, principalmente Evanivaldo Castro, “Cabinho”, máximo goleador del futbol mexicano. El proyecto no resultó sólido, pues para el equipo 1984 fue cedido al Departamento del Distrito Federal. En 1987 el equipo fue adquirido por el empresario José Antonio García y termina su etapa de franquicia financiada con recursos públicos.

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FC Oaxtepec

Este equipo nació con capital del IMSS en el año 1979, con el nombre de Club de Fútbol Oaxtepec-IMSS. Para 1981-82 logró su ascenso a Primera División. Para 1983-84, la franquicia fue vendida y se convirtió en el equipo Ángeles de Puebla. El equipo jugaba en el Estadio de la Unidad Deportiva del IMSS, al interior del complejo vacacional del IMSS, construido en Oaxtepec, Morelos.

Tampico Madero

Este equipo rescató al Club Deportivo Tampico A.C., que descendió a principios de los años 80. La franquicia fue rescatada por el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), liderado por Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, quien fue acusado por la autoridades de hacer manejos turbios con los recursos del gremio petrolero más poderoso del país.

El Tampico Madero nació en 1982, cuando el Sindicato adquirió la franquicia del Atletas Campesinos de Querétaro. De inmediato recibió una fuerte inyección de recursos para y convertirse en un equipo contendiente. Su escudo era precisamente el del Sindicato Petrolero.

Tampico Madero, equipo financiado con recursos públicos

Para el torneo PRODE 85 perdió su primera final y en el torneo México 86 volvió a perder, ahora ante el Monterrey. El equipo contrató como técnico a Carlos Reinoso, quien terminó una estancia exitosa con el América, además contrataron a jugadores de renombre provenientes de las Águilas, como: Eduardo Bacas, Vinicio Bravo o Agustín Manzo, así como Tomás Boy o Roberto Matosas.

 

Sin embargo, el 10 de enero de 1989 el presidente Carlos Salinas de Gortari ordenó la detención de “La Quina”, quien fue condenado a 35 años de prisión por posesión ilegal de armas y el equipo cayó en desgracia.

La franquicia fue vendida a José Antonio García y Javier Vázquez y fue trasladada a Querétaro para la 1990-91. Tres años después descendió y ha regresado a las divisiones de Ascenso pero con capitales privados, a partir de 2016, Grupo Orlegui lo compró parcialmente.

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Equipos de universidades

Otra modalidad de equipos que han recibido apoyo público son los representativos de universidades públicas del país. Algunos han logrado crear modelos que los han hecho financieramente solventes y que no usan recursos de las instituciones para sostener a sus equipos.

El ejemplo más representativo son los Pumas de la UNAM. El equipo, formalmente pertenece a la Máxima Casa de Estudios. Sin embargo,lo administra y financia el Patronato Universitario del Club Universidad. Se trata de una asociación civil conformada por universitarios notables y empresarios, en donde el Rector de la UNAM funge como Presidente Honorario.

El club genera sus recursos y los utiliza para el mantenimiento  del club y de sus estructuras de formación de jugadores e incluso hay cláusulas en las que parte de sus ganancias deben entregarse a la UNAM y, aunque eso no ocurre, la Universidad no invierte en el club, aunque sí renta el estadio al equipo y cede los derechos de explotación de la marca.

Tigres UANL

Otro caso exitoso son los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León. El equipo estuvo sostenido con recursos de la Universidad hasta 1996, cuando descendió por graves problemas financieros.

Entonces fue “cedido” a la empresa Sinergia Deportiva, S.A. de C.V., financiada por las empresas  Cemex y Femsa. Esta última, dejó la sociedad unos años después y Cemex permaneció con el control administrativo del grupo, mientras que la UANL opera como un caso similar a los Pumas.

Leones Negros UdeG

El Club Deportivo Leones Negros de la Universidad de Guadalajara es uno de los clubes más representativos de la ciudad de Guadalajara. Pertenece a esta institución académica e incluso aportó fondos para la construcción del Estadio Jalisco, donde juegan.

El equipo ha sido sostenido con recursos públicos, pero también entró en crisis en los años 90 y descendió. Aunque cuenta con un Patronato, no ha podido generar recursos suficientes para convertirse en un equipo solvente. 

En su más reciente ascenso a la Liga MX, en el 2014, recibió un préstamo de 600 académicos del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Guadalajara (STAUdeG), por 120 millones de pesos, el cual fue liquidado en enero de 2019, con una utilidad de 14 millones de 222 mil 453 pesos por concepto de intereses. Pese al préstamo, el equipo solo permaneció en la Máxima categoría una temporada.

Correcaminos UAT

Los Correcaminos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) nacieron en agosto de 1980 y ascendieron de manera deportiva en la temporada 1986-87. Este equipo sí recibe financiamiento de instituciones públicas. El equipo, de acuerdo con el periodista Ignacio Suárez, “en 2016 el recibió más de 300 millones de pesos anuales para financiamiento, vía recursos de la propia UAT y del Gobierno del estado”.

Mientras que entre 2013 y 2016, recibió “mil 264 millones de pesos, un promedio de 316 millones anuales”, de acuerdo con información de Transparencia a las finanzas de la UAT. Aunque de acuerdo con su investigación, podría haber corrupción en el manejo de estos recursos, ya que su nómina era considerablemente menor a este presupuesto. Las autoridades, afirman que el resto de los recursos serían para fomentar el deporte al interior de la Universidad.

Sin embargo, el equipo es una Sociedad Civil y no pertenece directamente a la UAT, pero esta le cedió la franquicia, los colores, el mote, el estadio, además de los 46 millones de presupuesto anual.

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Correcaminos UAT, señalado por presunta malversación de fondos públicos

Lobos BUAP

El equipo de futbol de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Lobos BUAP) surgió en 1967 en la Tercera División. Creó su patronato en ese año. El equipo llegó en 1999 a la Primera A. Con pocos recursos, logró ascender en 2016. Un año después el equipo debía descender, pero pagó una multa y continuó un año más en el Máximo Circuito. Tras el segundo año, la BUAP vendió la franquicia y se convirtió en el Bravos FC de Ciudad Juárez.

Potros UAEM

El equipo representativo de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) nació en 1970. Es un equipo que ha operado con recursos limitados. Sin embargo, ha logrado tres títulos de Segunda División y un boleto al Ascenso MX.

En 2016, su entonces rector, Jorge Olvera y como su administrador Javier González Martínez, “declararon que el futbol profesional no es, ni debe ser prioridad… no es un gasto sano para las finanzas universitarias”. Por ello se creó un Patronato similar al de la UNAM.

Luego de la desaparición del AscensoMX, el equipo terminó a la Tercera División, pero eventualmente dejó de participar.

Jaguares de Chiapas

Si bien este equipo no era propiedad del estado de Chiapas, sus propietarios, los hermanos Jesús y Carlos López Chargoy consiguieron financiamiento público para mantenerlo en Tuxtla Gutiérrez. Sin embargo, el equipo solamente agudizó sus problemas financieros y finalmente la Femexfut lo desapareció, para poder liquidar los adeudos que había con los jugadores.

En el 2012, los hermanos lograron trasladar la franquicia de San Luis a Chiapas. Amenazaron al gobierno potosino de aportar recursos o de lo contrario se llevarían al equipo, algo que finalmente ocurrió. En ese año, el gobierno de Manuel Velasco aportó recursos para sostener al equipo, pero al poco tiempo se los retiraron. Esto complicó la situación del equipo y se disolvió en 2017.

Jaguares de Chiapas recibió financiamiento del gobierno del estado

Veracruz FC

La desastrosa gestión de Fidel Kuri al frente del equipo escualo comenzó con el ascenso de la franquicia de La Piedad en 2013. En el 2015 Kuri Grajales fue elegido diputado federal y durante su campaña, el Instituto Nacional Electoral (INE) lo amonestó por usar al equipo para promoverse ilegalmente, utilizando su imagen personal en espectaculares con los integrantes del equipo.

Pero eso no fue todo. De acuerdo con la revista  Proceso en diciembre de 2015, el gobernador Javier Duarte firmó “un contrato de promesa de comodato y usufructo con la Promotora Deportiva del Valle de Orizaba, A. C., administradora del equipo de futbol Tiburones Rojos de Veracruz, que beneficiaba a Fidel Kuri”.

Este contrato le permitía explotar la marca del Veracruz sin costo. Sin embargo, el contrato nunca fue autorizado por el Congreso de Veracruz ni tenía vigencia. Pese a ello, Duarte entregó el equipo y sus bienes a Kuri, aun cuando son considerados patrimonio de los veracruzanos.

El documento señalaba que entre el 6 de junio de 2013 y el 6 de enero de 2014, el gobierno estatal buscaría la autorización del Congreso local, pero desde enero de 2014, Kuri administró al equipo sin sustento legal.

Sin embargo, el equipo entró en severos problemas económicos, que incluyeron varios incumplimientos de pagos a los jugadores, por lo que finalmente el 5 de diciembre de 2019 se  desafilió y desapareció por la Femexfut y Kuri perdió la propiedad del club.