La identidad de los Bills de Buffalo es de las más especiales en la Liga: es un equipo profundamente querido, sin importar que la mayor parte del tiempo tenga temporadas perdedoras
Los Bills de Buffalo son uno de esos equipos de la NFL que no tienen grandes reflectores y normalmente están en el fondo de su División. A partir del 2016 tuvieron un cambio de propietario que permitió crear uno de los proyectos deportivos más importantes de su historia (que no son muchos), encabezado por el coach Sean McDermott.
Para este año, se comienza a hablar de ellos como contendiente de la Conferencia Americana, luego de ganar la División Este, por primera vez en 25 años y calificar como el sembrado número 2 solo detrás de los Chiefs de Kansas City, el mejor equipo de la Liga.
Pero la identidad del equipo es de las más especiales en la Liga, es profundamente querido, sin importar que la mayor parte del tiempo tenga temporadas perdedoras. Mientras que sus aficionados son de las más coloridas y alocadas.
¿Por qué son tan especiales los Bills de Buffalo?
Solo destellos
Se trata de un equipo considerado como “ya merito”: ha tenido equipos con algunos destellos y grandes figuras en la historia de la Liga, pero también posee el peor registro en la historia del Super Bowl: cuatro derrotas consecutivas entre 1990 y 1993.
Esta franquicia surgió en la extinta American Football League (AFL) en 1960, donde ganaron un bicampeonato en 1964-1965. De hecho, son los dos únicos trofeos que haya obtenido cualquier equipo de esta ciudad.
En los años 70, ya en la NFL, tuvieron a uno de los mejores corredores de todos los tiempos, O.J. Simpson, quien también es tristemente recordado por estar involucrado en el homicidio de su esposa en 1995, del cual fue declarado culpable y por el que pagó una indemnización de 33.5 millones de dólares. Posteriormente fue arrestado por robo y secuestro y pasó nueve años preso.
Para finales de los años 80, surgió una gran generación a partir de jugadores que se quedaron sin empleo tras la desaparición de la United States Football League (USFL). El equipo era dirigido por el coach Marv Levy y su núcleo tenía al quarterback, Jim Kelly, el corredor Thurman Thomas, el receptor Andre Reid y el liniero defensivo Bruce Simth.
Este equipo dominó la Conferencia Americana en la primera mitad de la década de los 90, pero nunca pudo coronarse. En 1990 los Bills perdieron su primer Super Bowl cuando el pateador Scott Norwood falló un intento de gol de campo de 47 yardas, con el reloj en ceros. Eso fue lo más cerca que quedaron de un título.
Lee también: Recorte al tope salarial, el nuevo reto financiero de la NFL para 2021
Un año después, jugaron ante los Redskins de Washington y cayeron 24-37, en el Super Bowl XXVII, en 1992, fueron apaleados por los Cowboys de Dallas 52-17 y al siguiente año, consiguieron el mayor regreso en la historia de los playoffs, luego que perdían 35-7 en el tercer cuarto ante los Oilers de Houston y ganaron 38-41. El partido se conoce como “The Comeback” (El Regreso). No fue suficiente, pues en el Super Bowl cayeron de nuevo ante los Cowboys 30-13.
La malaria continuó. En la ronda de Comodines de 1999, el equipo perdió de una manera increíble ante los Titans de Tennessee, en una jugada conocida como el Milagro de la Ciudad de la Música: Con 16 segundos en el reloj, Buffalo anotó un gol de campo para ponerse al frente 16-15. Pero en el regreso de la patada de salida los Titans devolvieron el balón a las diagonales con una jugada que incluyó un pase lateral que cruzó todo el campo.
La frágil estabilidad del equipo
La franquicia de los Bills de Buffalo surgió por iniciativa del empresario Ralph Wilson, quien comandó al equipo hasta su muerte, 54 años después, algo muy destacado, considerando que el valor de la franquicia es el penúltimo más bajo de la Liga, de 2 mil 50 millones de dólares (a septiembre de 2020, de acuerdo con Forbes).
Sus ingresos son muy limitados, debido a que casi totalmente provienen de un mercado muy local, que no compite con otros equipos como Giants y Jets en el estado de Nueva York.
Como referencia, los ingresos por aficionado en Buffalo son de 102 dólares, en una ciudad de 1.2 millones de personas. Mientras que los Cowboys de Dallas son el equipo más costoso del mundo, con un valor de 5 mil 700 millones de dólares y un ingreso promedio por aficionado de 90 dólares, en un área metropolitana de 7.2 millones de habitantes.
El mercado tan pequeño y los malos resultados del equipo en ocasiones han hecho dudar a los dueños sobre si es costeable mantener a la franquicia en Buffalo o mudarla a unos cuantos kilómetros, a Toronto, Canadá, pero los aficionados han hecho lo posible por generar ingresos suficientes para mantener al equipo.
Gracias a eso, se quintuplicó el valor de la franquicia en solo 18 años: de 458 millones que costaba en 2002 a 805 en 2012. Para 2017, el valor era de mil 600 millones, hasta los actuales 2 mil 500 millones, de acuerdo con el portal Statista.
También puedes leer: Conmociones cerebrales, un tema donde el futbol está en pañales
Las malas noticias son que en este año los Bills perdieron a su principal patrocinador, el fabricante de gorras New Era, que daba su nombre al estadio. Debido a la crisis provocada por el Covid, la marca solicitó romper el convenio que era por siete años, que inició en 2016 y aportaría 35 millones de dólares. La empresa, fincada en Buffalo también despidió a un tercio de su personal.
Además su estadio es de los más viejos de la Liga. Se construyó en 1973 y su valor es menor respecto a otras franquicias, en una Liga que ama estrenar estadios de última tecnología.
El equipo recibe ingresos provenientes del modelo financiero de la Liga, que se reparten equitativamente, permitiéndoles competir en mejores condiciones que los más poderosos. Por ello, el nuevo propietario, Terrence Pegula, pudo mantener se en esta ciudad.
En cuanto a taquilla, Buffalo normalmente decepciona y tiene pocas esperanzas de trascender. Pero esto no implica que el estadio sea de los que tienen altos porcentajes de venta de taquilla o publicidad en televisión generados por televisoras locales, que dan seguimiento al equipo. Básicamente sobreviven del dinero que generan en el mercado local, en una de las ligas más globalizadas del mundo.
Los peculiares fanáticos de Buffalo
La ciudad de Buffalo se encuentra cerca de las cataratas del Niágara, por lo que desde el otoño se sienten intensas nevadas y fuertes vientos, en un estadio al aire libre. Esto no impide a los aficionados de los Bills disfrutar de su equipo. Cada año aparecen fanáticos cubiertos de nieve en la tribuna o los tradicionales descamisados que saltan en las gradas como si hiciera calor.
Eso no es todo: como normalmente el espectáculo en el campo no es agradable, los fanáticos hacen divertidos los partidos a su manera. Por ejemplo, en 2017 un aficionado saltó desnudo al campo, en un duelo donde los Saints de Nueva Orleans aplastaban 47-10 a los Bills.
Otros mostraron su trasero desnudo a los aficionados de los Eagles, después de una derrota 23-20 en el 2015.
Los festejos de los fanáticos han evolucionado. Para este año se basaron en los luchadores de la WWE para crear la llamada: “Breaking Table”. Los fanáticos se lanzan sobre un tablón de plástico para romperlo con la espalda o piernas. De por sí el lance es extremo, pero se ha complicado su grado de dificultad con otros elementos como encender la mesa, antes de saltar sobre ella.
La Bills Mafia
En los últimos años la afición se autodenominó “Bills Mafia”, un distintivo que no gustó a la directiva del equipo ni a la NFL, por hacer referencia al crimen organizado. Sin embargo, para este año se aceptó oficialmente por el equipo y se permitió la producción de mercancía oficial.
El nombre surgió en 2010 cuando un ex receptor, Stevie Johnson, publicó un tuit donde cuestionó a Dios por tirar un pase en la zona de anotación y les costó una victoria. El periodista Adam Schefter criticó el tuit y esto generó una infinidad de comentarios del receptor y fanáticos de Buffalo. Schefter los bloqueó a todos.
Meses después, el fanático Del Reid publicó un tuit mencionando a todos los fanáticos bloqueados y los llamó “Bills Mafia”. El mote se consolidó la temporada siguiente cuando el linebacker, Nick Barnett, salió al campo con un protector bucal con ese sobrenombre.
Originalmente la NFL calificó como Bills Mafia a los aficionados más extremos del equipo, pero en realidad engloba a todos los fans y es un signo de orgullo local, pues también realizan obras caritativas a nombre del equipo, obviamente con su toque de originalidad. Por ejemplo, en 2017, una victoria de los Bengals de Cincinnati en el último partido de la temporada, permitió la calificación de Buffalo a playoffs.
Como agradecimiento, la Bills Mafia donó alrededor de 400 mil dólares a la Fundación del entonces quarterback de los Bengals, Andy Dalton y su esposa Jordan.