La revista Lucha Libre, fundada por Valente Pérez, fue un espacio para promover a los personajes que creó y se hicieron leyendas
Si bien no fue luchador, Valente Pérez fue un hombre culto, muy cercano a esta industria y que aportó su capacidad de hacer negocios al estilo de EEUU. Con su talento, dio un gran impulso a la lucha libre desde la parte editorial a través de la mítica revista Lucha Libre, desde donde creó importantes personajes desde finales de los años 60 y en los años 70, como Mil Máscaras, Tinieblas, As Charro y Canek, entre muchísimos otros.
El autodidacta de la lucha libre
De padres mexicanos, nació en Wichita, Arkansas, el 21 de mayo de 1921. A los 3 años volvió a la ciudad de León, Guanajuato, donde su familia se dedicó al negocio del calzado. Solo estudió hasta el segundo de Primaria, pero continuó educándose como un autodidacta por naturaleza. A los 8 años comenzó a trabajar. Era aficionado al arte y el dibujo, la filosofía, el estudio de la cultura griega y la fotografía. Visitaba museos, leía sobre ciencia y tecnología.
En Chihuahua tenía una mina y le gustaba acampar en la sierra porque también era un adorador de la naturaleza, donde pasaba largas horas tomando fotografías.
Migró a la Ciudad de México donde tuvo una academia de ballet, la industria restaurantera y una cuadra de caballos de carrera. Sin embargo, como admirador del cuerpo humano, optó por el periodismo deportivo y fundó diferentes publicaciones especializadas en deportes. En 1953 creó la revista Lucha Libre, como competencia de la publicación Ring Universal de José Luis Valero. Posteriormente ambos se reunieron y Valero colaboró también para Box y Lucha y el periódico Ovaciones.
Dos años después nació “Muscle Power” sobre fisiconstructivismo. En ambas mantuvo un gran equipo para dar cobertura a estos deportes. Tuvo una tercera revista sobre Salvador Reyes, ídolo de las Chivas, que en ese tiempo era el Campeonísimo del futbol mexicano.
Después intentó promover la lucha libre en Cuba, con luchadores como “El Médico Asesino”, “Pirata Moreno” y “Orquídea”, pero en ese momento estalló la Revolución Cubana y la caravana debió volver a México. La revista Lucha Libre terminó su primera época a inicio de los años 60 y tras ella surgieron “Beisbol”, “Taurina”, “Futbol” y “Ring Mundial”, así como el resurgimiento de la revista Lucha Libre en 1963.
La fábrica de leyendas de la lucha mexicana
Destacó como una persona sumamente creativa. Se dice que diseñó su propia casa, inventó un cepillo de dientes eléctrico, entre otras cosas. Pero en realidad, canalizó su creatividad hacia sus publicaciones, principalmente en Lucha Libre, donde pensó en tener un luchador símbolo, que con el boom del cine de luchadores, se convertían en súper héroes. Este personaje sería el símbolo de la revista y exaltaría la perfección del cuerpo humano.
En la dupla con José Luis Valero, éste buscaba el talento y juntos decidían cuál era el personaje que le entregaban.
Así creó a Mil Máscaras y se lo entregó al fisicoculturista Jorge Galindo. El nuevo gran personaje apareció en diferentes reportajes de la revista e incluso una fotonovela. Pero el atleta no respetó su anonimato y tuvo diferencias con Valente, por lo que le retiró el personaje y buscó a otra persona que pudiera encarnarlo.
Entonces eligió a otro ex luchador quien ya tenía una carrera como preolímpico de Tokio 1964 y ex Mr. México, originario de San Luis Potosí. El nuevo y definitivo Mil Máscaras debutó en Guadalajara a fines de 1964. Seis meses después llegó a la Ciudad de México, donde se consolidó como un gran personaje, convertido en estandarte de la lucha libre mexicana en el mundo.
Mil Máscaras destacó por su talento luchístico, pero también por ser un personaje multifacético: gran físico, técnica, porte, diseños vistosos, gran cultura general, donde palabra. Mientras que para su personaje surgió la propuesta de crear diseños diferentes, para innovar el concepto de los enmascarados y tener su propio sello como luchador. La revista lanzó una convocatoria sobre los posibles diseños para el personaje y recibieron miles de propuestas.
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En 1969 apareció por primera vez en el cine y realizó su propia carrera fímica hasta los años 90.
Este fue el origen de una larga cadena de personajes, entre los más destacados, algunos más mediáticos, otros más talentosos: Tinieblas, Canek; “los hermanos Máscaras”: Dos Caras y Sicodélico. Así como: As de Oros, Los Invasores, Los Astros, Juan Derecho, Gallo Tapado, Chicano Power, As Charro, El Lince, Cien Caras, Babe Face, TNT, El Broncas, Sangre Fría, Rio Bravo, Los Mojados, Mano Negra y muchos más.
Cada uno de ellos, consolidó su propia carrera aplicando sus características particulares.
Tinieblas surgió en 1968 como antagonista de Mil Máscaras, pero terminó convertido en una figura técnica de gran peso mediático, principalmente en la televisión. Su personaje es uno de los más emblemáticos, precisamente por el diseño de su máscara y el personaje construido a su alrededor.
También participó en el surgimiento de Canek en 1973. Originalmente el luchador quería llamarse Príncipe Azul. Pero Valente lo desestimó por ser poco original. A cambio le sugirió Chilam Balam y entonces al gladiador tabasqueño se le ocurrió Canek, inspirado en el indígena maya que inició una revuelta contra la corona española en la colonia, Jacinto Canek y el editor le prestó el equipo.
El resto es historia, el “Príncipe Maya” se volvió el otro gran embajador de la lucha mexicana por el mundo, gracias a sus conocimientos de artes marciales mixtas y su físico impresionante. Ha desarrollado una carrera longeva con momentos brillantes, como levantar a André “El Gigante”.
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Cien Caras encabezó una nueva generación de rudos, considerados entre los mejores de la historia, entre otras muchas historias de éxito.
Para los años 70, Valente Pérez fue un gran promotor del circuito independiente del Toreo de Cuatro Caminos, donde muchos de los personajes que él ideó, triunfaron rotundamente.
En esta década, Héctor Valero, hermano de José Luis, se independizó para fundar su propia revista y personaje: “El Halcón”, desarrollando una rivalidad con Lucha Libre donde JOsé Luis continuaba colaborando. El pique pasó de las revistas al ring donde derivó en una lucha de apuestas, ganada por “Mr. Personalidad”.
Esta situación continuó hasta 1986 cuando Valente regresó a EEUU y cerró la revista, una de las señales del fin de la era dorada de la lucha libre que terminó con el cierre del Toreo. Se trató de una época donde se conjuntaron grandes figuras de la época clásica, con esta nueva gran camada de figuras de las dos empresas principales de la lucha libre mexicana.