El histórico boxeador estadounidense Mike Tyson volvió del retiro tras 20 años sin subir a un ring y recaudó mucho más de 20 millones de dólares durante su combate contra el YouTuber Jake Paul. A pesar de ser reconocido internacionalmente, el hombre de 58 años tuvo varias quiebras económicas que lo dejaron besando la lona.
Se esperó demasiado de la pelea entre Iron Mike y el influencer después de varios meses de marketing y una postergación de por medio por una úlcera al peleador mayor y la noche del viernes 15, ya pasando a la madrugada del 16 de noviembre, finalmente se cerró: el combate fue a favor del joven de 27 años después de haber disputado los 8 rounds de 2 minutos cada uno.
La pelea, como espectáculo, fue una de las más atractivas de este 2024 ya que había demasiado dinero en disputa y los focos periodísticos ahondaron demasiado en el tema. El evento patrocinado exclusivamente Netflix, generó el regreso de una leyenda: la vuelta del retiro de Iron Mike tras 20 años de inactividad. El súper evento tuvo lugar en el AT&T Stadium de Arlington, Texas, con una capacidad para recibir a más de 80 mil espectadores, entre ellos, varios famosos. La presencia de una de las máximas leyendas del deporte ya supone varios millones de dólares para la bolsa que se acrecentó de forma notoria gracias a la polémica figura del YouTuber. Entre otros estuvo Shaquille O’Neall, Josh Duhamel, Rob Gronkowski y Matt Barnes.
Otro gran dato es que, solo en tickets, juntaron aproximadamente 80 millones de dólares. ¡Y ojo: esperaban más! Si seguimos hablando de números, se estima que el ex boxeador Tyson se habría quedado con 20 millones y Paul, 40. “El dinero es mucho, pero estoy para noquear a una leyenda”, había expresado antes el hermano de Logan.
Pero Tyson supo mover números exuberantes toda su carrera profesional, no sólo ahora: Llegó a ganar hasta 30 millones de dólares por pelea, sumando un total de 400 millones de dólares en premios a lo largo de su fabulosa trayectoria.
Los finales de los años ’80, Mike fue el boom del boxeo profesional por su potencia y velocidad dentro del cuadrilátero. A los 20 años se convirtió en el campeón de los pesos pesados más joven de la historia, un fenómeno. Y como todo viene de la mano, hubo situaciones en la que la riqueza generada, la admiración del público y las “malas juntas” le pasaron factura. Se abstuvo de mantener relaciones sexuales durante cinco años antes de tiempo para centrarse en el boxeo; Ofreció 10.000 dólares para luchar contra un gorila en un zoo porque éste intimidaba a los demás; Fue propietario de tres tigres de Bengala, gastándose 270.000 dólares en su compra y cuidado. Locuras propias de los gajes del oficio. Algunos dirán que era inevitable “descarrilarse”.
En 2003, Tyson se declaró en quiebra y se mencionó a si mismo como “joven, rico y estúpido”. 400 millones de dólares que se transformaron en deudas increíbles: 23 de esos destinados a pleitos, mala gestión y gastos extravagantes e innecesarios.
¿Cómo se reinventó?
La tarea de volver a ser esa mega estrella a la que no le faltaba nada comenzó en 2010 cuando lanzó una serie, un programa de televisión y trabajó como actor de películas. Después lo que hizo crecer su economía fue la producción de cannabis: su empresa tuvo una inversión de aproximadamente 100 millones de dólares, hoy valuada en mucho más, que genera más de un millón de dólares al mes y se está expandiendo por todo el mundo.
Este último evento con Jake Paul le dio aún más respiro de esas deudas que en algún momento lo hicieron besar la lona. El dinero era mucho pero sus gastos lo superaron. Derrochó tanto que terminó en quiebra. Hoy es un hombre nuevo. Tyson es un genio del marketing, sabe como manejar la taquillería en el boxeo y con casi 60 años se volvió un poco más pensante. “Iron Mike está de vuelta y no se acaba hasta que esté muerto”.