Los últimos años de Lionel Messi, por lo menos a nivel individual y de Selección, fueron de los más felices para él pero no en Hong-Kong. Campeón continental, intercontinental y mundial con Argentina y ganador tanto del último premio The Best como del Balón de Oro, el astro rosarino se dispuso a comenzar una nueva temporada junto con el Inter de Miami. Con una gira en la que pasan más tiempo dentro de un avión que jugando, los partidos antes del arranque de la MLS están siendo adversos y la Pulga se vio inmersa en controversias por su casi nula participación.

Luego de dos derrotas en tierra saudí, en los que disputó 97 minutos de 180 regulares por una molestia en el isquiotibial izquierdo, Messi aterrizó en Hong Kong junto a las Garzas para sus enfrentamientos ante un combinado de la máxima categoría del pequeño país y ante el Vissel Kobe, de Japón. El furor fue tal que, en las aguas que bordean a la antigua colonia inglesa en China, se vio un barco con una foto del argentino impresa en la vela.

El Hong Kong Stadium se vistió de gala no solo para el partido sino para un entrenamiento el día anterior, cuando Messi fue aclamado por los fans en cada momento que tenía la pelota en sus pies. Localidades agotadas para el domingo en el que el combinado de estrellas locales le estaría dando pista a un Inter Miami más que candidato a llevarse la MLS y los torneos continentales correspondientes. Sonó el pitazo inicial sin Messi en cancha y comenzó la expectativa: ¿cuándo se uniría al duelo?

En el primer tiempo, Messi no tuvo participación. Llegaron los 50’, 60’, 70’… el mejor jugador del mundo no se sacaba el abrigo. Los murmullos de las gradas se hacían cada vez más fuertes y, para cuando el árbitro dio el final, el argentino nunca atinó a levantarse de su asiento para calentar. El descontento se hizo notar tanto dentro del estadio con gritos y carteles como en redes sociales, ya que los aficionados habían pagado entre 113 y 626 dólares en diciembre para verlo jugar. Se consideraban estafados.

Luego del encuentro, el gobierno de Hong Kong emitió un duro comunicado oficial apuntando directamente a Tatler Asia, la compañía organizadora del partido, porque estaba estipulado en el contrato que Lionel Messi debía jugar a menos que tuviera lesión o se atentara contra su seguridad. También se manifestó que el gobierno desembolsó 16 millones de dólares de Hong Kong por la importancia del evento como subsidio, por lo que se vería reducida la tarifa a pagar a la empresa por la nula participación de Messi. Por su parte, la empresa negó haber tenido información previa por la ausencia tanto del argentino como del uruguayo Luis Suárez, y añadió que “lamenta profundamente el decepcionante final” y ha decidido retirar su solicitud de financiación del gobierno para el evento, por un total de alrededor de US$ 2 millones).

“Lamentablemente, es cosa del fútbol. En cualquier partido puede pasar de tener una lesión. A mí me pasó, no pude estar en el partido de Hong Kong y es una lástima porque siempre quiero participar. Quería estar y más cuando se trata de este tipo de partidos que viajamos tan lejos y que la gente está tan ilusionada por vernos”, manifestó Messi en la previa del amistoso ante el Vissel Kobe. Además agregó que en una resonancia previa al polémico evento se había detectado un edema en un aductor, lo que le ocasionaba molestias. Lo cierto es que el campeón mundial disputó más de media hora ante el conjunto japonés y no tardaron en llegar las repercusiones desde el país que se quedó con las ganas de verlo. Regina Ip Lau Suk Yee, Coordinadora del Consejo Ejecutivo de Hong Kong, miembro del Consejo Legislativo, posteó desde su cuenta de X:

Abucheos, insultos, agravios y hasta un gobierno en contra hacen de este uno de los episodios más contrariados en la carrera de Lionel Messi, uno de los jugadores más globales y más amados alrededor del mundo.