La Eredivisie CV, asociación que integran los 18 equipos de la primera división neerlandesa y además da nombre a la misma, anunció que los clubes que son parte de la liga tendrán prohibido jugar en campos hechos por completo de pasto sintético a partir de 2025.
El césped artificial es muy habitual en el país debido a las dificultades climáticas que existen para cultivar del natural. De hecho, la temporada pasada hubo cuatro equipos de la máxima categoría que jugaron en esta superficie: SC Cambuur, FC Emmen, Excelsior y FC Volendam. Y, a pesar de que los dos primeros descendieron, tanto ellos como varios otros equipos de la segunda categoría deberán modificar su cancha en caso de lograr el ascenso a partir de 2025.
La decisión se apoya en estudios sobre el mayor riesgo de lesiones. También, sobre todo, en la posibilidad de desarrollar cáncer que este tipo de campos genera. Esto debido a que el césped está elaborado con caucho reciclado y este puede contener una gran cantidad de cancerígenos. Por su cercanía constante con el suelo y la posibilidad de ingerir o aspirar plástico inconscientemente, los arqueros son, claramente, los que más riesgos corren al jugar sobre césped artificial. Esta medida busca protegerlos también a ellos.
Toda esta situación se remonta a 2016, cuando se empezaba a sospechar lo que hoy está confirmado. A partir de ese año la federación neerlandesa de fútbol empezó a realizar investigaciones en campos de todo el país. Las 60 muestras tomadas tienen, en promedio, seis veces más agentes cancerígenos que los permitidos en los productos autorizados para venta al público.
El comunicado oficial dice que los céspedes deberán ser al menos híbridos, no totalmente naturales. A pesar de haberse confirmado la semana pasada, la reunión en la que la mayoría de los 18 equipos votaron por realizar este cambio fue el 5 de junio.
Equipos como el Roda JC o el ADO Den Haag, ya han hecho su transición a césped real en los últimos años. Igualmente, se estima qué hay más de dos mil clubes amateurs que siguen usando campos cien por ciento artificiales.
El primer club de Países Bajos en instalar las canchas que hoy generan polémica fue el Heracles Almelo, en 2003. En ese momento parecía algo totalmente innovador, con bajos costos de mantenimiento y sin riesgo de que se suspendan los partidos por inundación del campo o congelamiento del césped. Jan Smit, quien era el presidente en aquella época, dijo que la mayoría de las quejas no tenían fundamentos.