El reto tiene un número para la NBA: evitar a toda costa perder 4,000 millones de dólares para la temporada 20-21, de lo contrario se viene el colapso financiero. Otra meta, que la pandemia de la COVID-19 no detenga la acción. Y una más, seguir siendo una liga que explore mercados y caminos de monetización.

No será fácil, lo dijo Adam Silver, comisionado de la NBA, hace unos días. “Estamos preparados para cualquier escenario”. Y eso incluye volver a ‘burbujas’, recortes salariales y “todas las opciones posibles”.

Desde que se detuvo la temporada, la NBA no se quedó parada y de las primeras preguntas que trataron de resolver fue: ¿qué vamos a hacer para mantener el negocio? nuevos contratos comerciales con socios que no tenían, renovaciones de contratos, firma de acuerdos fuera de Estados Unidos, préstamos financieros, todo lo que sea necesario para mantenerse. 

Tan solo entre octubre y diciembre de este año, la liga ha anunciado seis nuevos acuerdos de patrocinio y sociedades que les permitirán ingresos económicos o ahorros, que ahora mismo cualquier ayuda es útil.

Sí, la NBA facturó la temporada pasada 8,300 mdd pese a la pandemia, pero lo cierto es que se ha convertido también en un torneo de costos muy altos. 

Vayamos con los presupuesto para ejemplificar. Para la temporada 2010-11 el tope salarial de los equipos era de 58 mdd, la temporada pasada fue de 109 mdd y muchos decidieron pagar su multa y sobrepasar esa cantidad.

El primer reto será cómo y de dónde obtener recursos para que la falta de aficionados en las arenas o la poca asistencia no sea un golpe definitivo. Según cifras de SportBusiness y FrontOffice, al menos el 40% de los recursos financieros de las franquicias provienen de la venta boletos, consumo al interior de las arenas y los abonos. Esto significa que de cada 10 dólares que ingresan se quedan de entrada sin cuatro.

Antes del inicio de la temporada solo seis instituciones permitirán un número muy limitado de asistentes. 

Así que cada paso que da Adam Silver es importante para incentivar el negocio, incluso la noticia que dio hace unos días de que la NBA pensaba en que la expansión de equipos es posible. Franquicias históricas como la de los Supersónicos de Seattle y algunas nuevas plazas como Las Vegas e incluso la CDMX son opciones, pero más allá de concretarlo o no, la marca NBA estuvo en todos lados.

Pero el comisionado de la NBA no solo ha dado ‘noticias’, también su equipo de comercialización y regionales han logrado cerrar acuerdos.

Los acuerdos económicos previo al inicio de la temporada:

-Renovación con beIN Sports pero la transmisión de los partidos por televisión y ser el sitio oficial de la Liga hasta 2024.

-Hotels.com es el official traver partner de la NBA.

-La NBA firmó con FDJ, el operador de apuestas más grande de Francia, para ser socios comerciales en un contrato multianual.

-YOP firmó como nuevo sponsor de la NBA en Francia

-CarMax, el minorista de autos usados más grande de EU, anunció su acuerdo con la NBA y la WNBA.

-NBA extendió su contrato de datos de apuestas con Sportradar y Genius Sports Group.

Tanto la NBA como sus equipos necesitan plata para operar. Por ejemplo, los Atlanta Hawks invirtieron 107 mdd la temporada pasada solo para salarios y a esa cifra hay que sumarle todo lo administrativo. Todo cuesta.

Según datos de Forbes (como en casi todas las ligas ocurre), los derechos de televisión son lo más importante en el pay de ingresos de los equipos, seguido de venta de boletos y merchandising. 

Así que la NBA ha montado una serie de convenios, acuerdos y nuevas divisiones de negocios o títulos de patrocinio para que pueda monetizar y aspirar a perder menos dinero con la temporada que inicia en la segunda oleada de contagios más importante de COVID-19 en Estados Unidos.

Por ejemplo, la liga no había firmado un socio oficial de viajes y decidieron que era momento con Hotels.com. La marca además tendrá presencia en la parte superior del tablero para juegos televisados a nivel nacional durante toda la temporada en ABC, ESPN y TNT. El acuerdo hace caja para la NBA.

La liga de baloncesto también ha echado un buen lazo a sus equipos. A principios de diciembre anunció que repartiría 30 mdd a cada una de sus franquicias. El dinero proviene, detalló USA Today, de la venta de localidades para las próximas temporadas de colocación privada, un mercado que incluye compañías de seguros e inversionistas institucionales, ingresos valorados en 900 mdd.

Otro de los caminos son la negociación de la publicidad o los parches en los uniformes de los equipos. Esto ha dejado al menos unos 150 mdd desde enero del 2019. Algunos acuerdos, aunque todavía no alcanzan cifras estratosféricas, ya pagan hasta 20 mdd como Rakuten con los Golden State Warriors.

La NBA inicia una de sus temporadas más importantes, no por los temas deportivos, más por circunstancias operativas y financieras. Evitar la quiebra o colapsos financieros de sus equipos es una prioridad. El resto lo tienen en sus manos LeBron, Curry o Durant, estrellas hay, pero las finanzas no entienden de popularidad, tradición… es muy simple ¿es negocio o no? El reto es mayúsculo.

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