La Eurocopa es el mejor torneo de selecciones del mundo, pero desde su creación ha sido un torneo duramente afectado por tensiones políticas
Este viernes inicia el mejor torneo de futbol del mundo a nivel selecciones, la Euro 2021, que para este año no tiene una sede única, y por primera vez en la historia reúne a 24 selecciones afiliadas a la Asociación de Federaciones Europeas de Futbol (UEFA, por sus siglas en inglés).
Pero además del excelente nivel futbolístico que despliegan los participantes, la magnificencia de los equipos y el color de las aficiones europeas en las tribunas, en varias ediciones también ha quedado manifiesta la tensión política entre los diferentes países agremiados.
De hecho, para el partido inaugural del día de hoy, el primer ministro italiano, Mario Draghi, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan han intercambiado descalificaciones que calentaron el entorno del encuentro. Y lo que eminentemente debería ser una fiesta política, se convirtió en un escaparate político que tiene reflectores en todo el mundo.
Draghi descalificó a Erdogan al llamarlo “dictador”. Un mensaje bastante descortés para el equipo turco, que visitará la cancha del Estadio Olímpico de Roma. A cambio, su homólogo reviró: “Draghi no ha sido ni siquiera elegido y sus palabras son de una absoluta impertinencia y vulgaridad”. Luego del intercambio, no se espera que alguno de los dos haga acto de presencia en el estadio.
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Pero esta no ha sido la única disputa política, solo la más reciente. Hace tres ediciones, en Polonia-Ucrania 2012, la Unión Europea y el gobierno de Alemania amagaron con un boicot político, luego del encarcelamiento de la exprimera ministra de Ucrania, Yulia Timoshenko. Desde su reclusión la política inició una huelga de hambre y acusó a uno de sus celadores de golpearla.
Antes de la inauguración del torneo se planteó la posibilidad de un boicot político. Al final, Durão Barroso, presidente de la Comisión Europea anunció que no asistiría a ningún partido, igual que Viviane Reding, responsable de Justicia de la UE, además de la canciller alemana, Angela Merkel y Vaclav Klaus, presidente de la República Checa. Incluso se manejó la posibilidad de cambiar la sede a Alemania o aplazar el torneo un año.
“La UEFA ha alertado a la delegación de Ucrania sobre las preocupaciones creadas con motivo de la situación política en el país entre políticos y medios europeos. Aunque como organización deportiva nunca interfiera en asuntos políticos, el máximo organismo del fútbol europeo ha solicitado a la delegación de Ucrania que transmita estas preocupaciones a las autoridades competentes”, informó el organismo europeo del futbol en un comunicado.
Como respuesta, Oleg Volochine, de la cancillería ucraniana advirtió: “No querríamos pensar que los dirigentes políticos alemanes son capaces de reanimar métodos propios de la Guerra Fría, o que están tentados de hacer del deporte un rehén de la política. Pese a las divergencias que haya podido tener Alemania con otros países de nuestra región, ninguno de ellos siquiera ha insinuado la posibilidad de un boicoteo de importantes citas deportivas”.
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Al final la sede se mantuvo en Ucrania, aunque días antes de la inauguración del evento cuatro explosiones dejaron 29 heridos en la ciudad de Dnepropetrovsk, que obligó a la UEFA a exigir al gobierno ucraniano a garantizar la seguridad para aficionados y jugadores asistentes al torneo.
Nueve años después, el uniforme del equipo ucraniano causó gran polémica porque la camiseta incluyó las frases: “Gloria a Ucrania” y “Gloria a los héroes”, que el gobierno ruso consideró una afrenta, así como una silueta de la península de Crimea, territorio ucraniano que fue anexado a Rusia en 2014 y provocó un conflicto bélico entre ambos países. Como consecuencia, la UEFA obligó a la federación ucraniana a eliminar estos elementos de su indumentaria.
El origen de la Eurocopa y la Guerra Fría
Todo indica que la tensión política es inherente a la celebración del torneo, pues desde la primera edición, realizada entre 1958 y 1960, ocurrieron problemas entre los gobiernos de los diferentes países que interfirieron con la fiesta deportiva.
De hecho, los problemas políticos y la Segunda Guerra Mundial retrasaron 30 años la celebración de la primera edición. El francés Henri Delaunay, buscó organizar la Eurocopa desde 1925, inspirado por la Copa América, pero tuvo que cabildear hasta obtener la anuencia de 17 equipos en 1957. Al final, Delaunay murió en 1955 y el torneo nació hasta 1958. El trofeo que se entrega al campeón lleva su nombre.
Debido al formato del torneo, la primera edición duró dos años porque todas las eliminatorias hasta semifinales se disputaban a ida y vuelta y el desenlace se realizaría en Francia. Con una definición sorpresiva, el combinado de la URSS venció a Yugoslavia en el Parc des Princes de París 3-1, es decir, dos países del bloque comunista se disputaron el trofeo en el corazón de la Europa capitalista, algo que no era lo ideal en medio de la tensión provocada por la Guerra Fría.
En dicha edición, las federaciones de Italia, Alemania Federal ni Inglaterra participaron por su falta de confianza en la organización.
El primer partido oficial de la competencia fue en el Estadio Lenin de Moscú, el 29 de septiembre de 1958. Los 100 mil 572 espectadores vieron el triunfo de la selección soviética por 3-1 ante Hungría. La figura fue el arquero soviético, Lev Yashin, “Araña Negra”, quien tuvo dos atajadas decisivas en la Final y cuya figura se considera como el precursor del portero moderno y uno de los mejores en su posición en la historia.
El miedo español al comunismo
Mientras que en España, el régimen de Francisco Franco bajó a “La Roja” a medio torneo, aun cuando ese equipo contaba con Luis Suárez, ganador del Balón de Oro en 1960, acompañado por Alfredo Di Stéfano, Ladislao Kubala o Paco Gento. Era un grupo preparado para el título. El motivo de la salida, ¿por qué no? era político: en Cuartos de Final España debería enfrentar a la URSS a visita recíproca, algo que el dictador español no estaba dispuesto a permitir.
“Estábamos seguros de que podíamos ser campeones de Europa, pero nos dijeron que eran órdenes de arriba y no había nada que hacer”, Luis Suárez.
Era una situación complicada para el gobierno de España, pues una victoria soviética podría representar un triunfo para el comunismo y además, temían que entre el equipo ruso hubiera espías infiltrados. La perspicacia política evitó una gran seria en la cancha, pues la URSS también tenía un equipazo, que había ganado el oro olímpico en 1956.
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El 29 de mayo se jugaría la ida en Moscú y el 9 de junio la revancha en Madrid, con un eventual desempate en Roma o París. La selección española convocó a 20 jugadores pero después, la Federación Española informó que el equipo no viajaría a Moscú.
Las versiones de la época explican que Franco preguntó si su selección podría derrotar a la URSS y la respuesta de sus expertos no fue rotunda. Por ello, decidió cancelar la participación, porque los franquistas “no querían que ningún soviético pisara suelo español”. La UEFA dio el pase por default a la URSS y sancionó a España con 2 mil francos suizos.
La prensa europea no dijo gran cosa sobre el tema. Solo la agencia francesa AFP, que tituló una nota: “El fútbol es víctima de la Guerra Fría”. Mientras que la agencia Reuters explicó que la decisión del gobierno español obedeció a razones políticas. El resumen de los analistas fue: el equipo del proletariado soviético ganó la primera Eurocopa y Franco fue un dictador que temió a los comunistas.
Al final el torneo fue un éxito y abrió la oportunidad para que se integraran las selecciones renuentes en 1964. El torneo paso de 17 a 29 selecciones en una fase clasificatoria, incluidos Italia e Inglaterra. Aunque para este torneo, Grecia y Albania no participaron por estar en guerra. En esta segunda edición, Franco logró su revancha y España ganó el título contiental
El auge del futbol soviético
Entre 1958 y 1990 el futbol soviético participó en siete de nueve Mundiales: ganó la Eurocopa de 1960, fue subcampeón en tres ediciones más y clubes como Dynamo de Kiev y Dinamo de Tbilisi ganaron la Recopa europea. El músculo del gobierno soviético lograba reclutar a los mejores futbolistas de las federaciones que conformaban la URSS y con ello, armaba trabucos.
Esta fue la época dorada del futbol soviético y terminó con la disolución de la Federación en 1991. En ese momento, surgieron 15 nuevos países y se dividió el talento y los recursos. Desde 1992, el equipo ruso sólo pudo calificar a cuatro de siete Mundiales uno como anfitrión (1994, 2002, 2014 y 2018). En tres de ellos quedó en la primera ronda y su mejor puesto en Eurocopa fue un tercer lugar.
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Durante la Guerra Fría, la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) recabó 12 millones de páginas de investigaciones sobre el futbol soviético. Este era el único deporte que atraía de manera masiva a la población y fomentaba el espíritu colectivo. Incluso tenía el mismo peso mediático para la población que la carrera armamentística.
Por ello, el Ejército soviético (CSKA Moscú), la empresa de ferrocarriles estatal (Lokomotiv de Moscú) y la compañía automotriz (Torpedo de Moscú) formaron equipos de futbol. Con la Perestroika estos equipos se privatizaron y el futbol ruso vivió un proceso de reconstrucción. Surgieron otros equipos que recibieron capital privado: Zenit de San Petersburgo (Gazprom), Rubin Kazan (del holding TAIF) y Krasnodar (propiedad de la tienda Magnit).
Hoy, La Liga Premier de Rusia es el sexto torneo mejor pagado a futbolistas. Según el portal Sportsmail, tiene con un promedio anual de 1.1 millones de dólares. Pero de acuerdo con la Federación Internacional de Historia y Estadística, Rusia tiene el torneo número 20 en cuanto a calidad.