La selección de Argentina quedó afuera del Mundial Sub-20 en casa, nada más y nada menos siendo anfitrión del torneo. Antes ya había quedado eliminada y el sueño de los “pibes” eran derrumbados, pero al confirmarse que definitivamente en Argentina se llevaría a cabo, la ilusión volvió y se incrementó hasta el partido con Nigeria, que fue muy superior. ¿Fue un fracaso absoluto el de los dirigidos por Javier Mascherano?

La Albiceleste enfrentó esta tarde, en el estadio Bicentenario de San Juan, a una poderosa Nigeria con hambre de gloria. Un equipo que juega bien al fútbol y plantea partidos inteligentes. Su Director Técnico, Ladan Bosso, es el gran estratega y se reflejan sus indicaciones.

Las Águilas Nigerianas jugaron a las pelotas largas y al orden defensivo. No arriesgaron casi en ningún momento porque sabían que los jugadores rivales tenían gran talento para el 1 vs 1 y buena capacidad de definición.

Mascherano planteó un esquema táctico igual a los dos primeros partidos de la fase de grupos: 4231, aunque no funcionó del todo bien. Con un partido flojo del lateral derecho de San Lorenzo de Almagro, Agustín Giay, los africanos atacaron por ahí. Ese fue el sector elegido para crear oportunidades de riesgo.

Valentín Barco se proyectó durante todo el partido, pero tampoco estuvo del todo fino. En el medio, Redondo y Tanlongo cumplieron, pero no resaltaron por sobre los demás. El trabajo de Véliz fue bastante bueno: luchó contra los fuertes centrales de la visita en un partido donde lo buscaron los 90 minutos prácticamente. Romero, Aguirre y Carboni no estuvieron acertados de cara al arco, pero si participativos con la pelota.

Las estadísticas marcan 26 llegadas de la Selección Argentina frente a 10 de Nigeria. La posesión fue de 66% frente al 34 de la visita. 11 tiros de esquina a favor frente a 5. A veces, los números no denotan nada, pero la fortuna tampoco estuvo del lado del local.

El ex mediocampista central de River Plate, Barcelona, Liverpool, entre otros clubes, declaró con un profundo dolor que los resultados no acompañaron el proceso. “Creo que hicimos un muy buen partido. Sabíamos que los errores defensivos podíamos pagarlos, y los dos descuidos los pagamos caros”, comentó.

Asimismo, al final de la entrevista en el verde césped, felicitó el buen trabajo de Nigeria y agregó: “Un rival muy físico. Hicimos el partido que teníamos que hacer, pero no se pudo dar”.

Argentina quedó con un trago amargo, pero es el inicio para esta camada. Son jugadores muy jóvenes, pero con un talento a explotar. Esto es solo un traspié para lo que queda. Mascherano deberá analizar si sigue o no al frente del plantel, pero el trabajo fue digno.

El error común es conformarse con poco, y eso es lo que no tiene que hacer el cuerpo técnico actual o el nuevo que asuma. El trabajo a futuro debe ser mayor, con ilusión, pero también con sacrificio. Como es costumbre, el pueblo argentino se ilusionó con volver a ser figuras en una Copa del Mundo, pero esta vez, no podrá ser. El sueño de 21 jugadores, un cuerpo técnico y todo un país terminó, pero la Selección Mayor demostró que al final… sí, al final, hay recompensa.