En 2014, un club del conurbano bonaerense, acostumbrado a jugar en las categorías de ascenso, subió por primera vez a Primera División en su historia. Defensa y Justicia, con un Christian Bragarnik dando sus primeros pasos, ascendía segundo en una Primera B Nacional en la que estuvieron Independiente y Huracán, formando un proyecto que sigue dando de qué hablar. Hoy, casi nueve años después, no solo se ha mantenido, sino que ha sido campeón y fue clave en la obtención de la tercera estrella mundial de la Selección Argentina.

Bragarnik apenas saltaba a la fama tras el ascenso con su gerenciamiento parcial a Defensa, algo que después hizo en Xolos de Tijuana y Elche. En su primera temporada, mantuvo la base de la B Nacional y sumó algunos experimentados que venían teniendo continuidad en primera. De ese equipo, salieron tres buenos futbolistas. Brian Fernández (ex Racing, Metz, Portland Timbers, Necaxa) que tenía un potencial enorme, pero sus adicciones no lo dejaron nunca en paz, Washington Camacho, que también fue vendido a la Academia y Gabriel Arias, arquero de la selección de Chile y hoy en el conjunto de Avellaneda.

El equipo ha tenido grandes figuras de jóvenes

La segunda temporada fue la primera en la incorporó a préstamo varios descartes de equipos grandes. Lisandro Magallán y Agustín Bouzat, de Boca, Guido Rodríguez y Alexander Barboza, de River, más la llegada de Ariel Holan como entrenador, le dieron grandes resultados y la primera clasificación a la Copa Sudamericana. Pese a que por las ventas posteriores de estos futbolistas, que se fueron tras la finalización de tu contrato al término de la temporada, el Halcón casi no vio un peso, Guido Rodríguez fue vendido por más de dos millones a Tijuana, lo que después le permitió ir al América para terminar en Betis y ser una de las piezas importantes del recambio de la “Scaloneta”. Magallán, que supo consolidarse después de su préstamo en el Xeneize, fue comprado por más de seis millones de euros.

En la tercera temporada, asumió Sebastián Beccacece. Y pese a que no llegó ningún gran jugador a préstamo, otra vez se nutrió de cedidos de otros clubes. En la 2017/18 se reforzó con varios jóvenes que darían que hablar, entre ellos dos campeones del Mundo. Lisandro Martínez, sin lugar en Newell’s, Nahuel Molina, Franco Cristaldo y Andrés Cubas, sin lugar en Boca, arribaron a Varela. Esto para sumarse a la base fuerte del elenco construido por el hoy entrenador de Elche. Otra vez se clasificó a la Sudamericana, y en la de ese año, alcanzó los cuartos de final, en los que perdió ante Junior por gol de visitante.

En la 2018/19, la vuelta de Beccacece, tras los pasos de Nelson Vivas y Juan Pablo Vojvoda, marcaría un quiebre en la historia del club. Con la base pasada, y los préstamos de Domingo Blanco y Matías Rojas, peleó el campeonato con Racing y clasificó a la Libertadores como subcampeón. Todo su plantel fue mirado de reojo por el fútbol argentino y por el mundo. Después de terminado el torneo, hizo uso de la opción de compra de Lisandro Martínez y lo revendió a Ajax, en la operación más cara de la historia del club. Nicolás Fernández, una de las joyas de la cantera, fue comprado por San Lorenzo por casi dos millones de dólares.

Defensa y Justicia siempre resurge como proyecto

Beccacece se fue, y así también la mayoría de los baluartes. Al año siguiente, con Hernán Crespo en el banco, el equipo jugó la Libertadores y bajó a la Sudamericana. Antes y durante la pandemia, firmaron jugadores como Rubén Botta, Nery Cardozo (ambos se fueron durante 2020, antes de la obtención de la Sudamericana) Braian Romero, Walter Bou, Héctor David Martínez, Enzo Fernández (que apenas había debutado en River) y Miguel Merentiel. Algunos venían a ser potenciados, otros necesitaban ser recuperados. Lo cierto es que el ex delantero de la Selección armó un equipazo que se plantaba y salía a ganar en cualquier cancha. Así, ganó el primer título de su historia, la Sudamericana 2020 (que tuvo su final en enero de 2021).

En abril, superó a Palmeiras en la Recopa, ya otra vez con Beccacece. Tras un mal arranque, en el segundo semestre sumó una racha de victorias y terminó segundo detrás de River, que desfiló hacia el título. Otra vez perdería varias piezas. Walter Bou, Carlos Rotondi y Miguel Merentiel, se marcharon a Vélez, Cruz Azul y Palmeiras, respectivamente, y dejaron más de 8 millones de dólares.

2022 fue un año de transición: otra vez, el ex ayudante de Jorge Sampaoli dejó su cargo y de los campeones solo quedaron Ezequiel Unsain y Adonis Frías, surgido de las inferiores, que a fin de año fue vendido a Club León. En la Sudamericana no pasó la fase de grupos; en el plano local, se volvió a clasificar al certamen. Aunque parezca poco, con el equipo desarmado después de junio, lo logrado fue todo un mérito.

A finales del año pasado apostó como entrenador por Julio Vaccari, que había sido interino en Vélez tiempo antes. 2023 lo empezó con todo. 8 victorias, 3 derrotas y 3 empates, tercero en el torneo. Esto con un equipo conformado con jugadores a recuperar como Nicolás Fernández y David Barbona, jóvenes valores como Gastón Togni, Kevin Gutiérrez y Nazareno Colombo y otros bien apuntados a la hora de reforzarse, por ejemplo Agustín Sant’Anna y Santiago Solari. Superó todas las expectativas, aunque esto no sorprenda, porque todos los años se repite una película parecida.

Potenciador de jugadores, con unas inferiores que crecen día a día y un equipo siempre competitivo, que pelea arriba y despliega buen fútbol, Defensa se ha ganado el respeto de todo el fútbol argentino. En el crecimiento de Enzo Fernández, Nahuel Molina, Guido Rodríguez y Lisandro Martínez, ha tenido un papel preponderante. Hoy en día, es visto por los futbolistas como una gran vidriera para salir a préstamo, tener minutos y contender al mejor nivel. Por eso, más allá del desarmado de equipos, los juveniles lo eligen para dar su máximo y regresar a su club con otro rodaje.

El proyecto de Defensa y Justicia, por más nombres que puedan alejarse, siempre se rearma, y logra resultados jugando un fútbol vistoso sin jugadores de gran cartel. Muchas veces se escucha “el club está por encima de cualquier nombre”. En el elenco varelense, la planificación va más allá de cualquier futbolista. Ese es el secreto de su éxito.