En 2015, Newell’s no estaba haciendo un buen torneo. Sumergido en la irregularidad que reinó post Gerardo Martino, navegaba por debajo de la mitad de la tabla. Oscar Ustari, mundialista en Alemania 2006, no estaba pasando por un buen momento futbolístico, y en uno de sus primeros golpes de timón, Lucas Bernardi hizo debutar a Ezequiel Unsain en el arco.

El guardavallas hizo bien su trabajo: durante sus ocho primeros partidos en primera, solo recibió un gol y dejó la valla invicta en seis partidos consecutivos. En 2016, un suceso desafortunado le frenaría la carrera: Carlos Tevez, sin querer, le dio un rodillazo en la mandíbula en un mano a mano y se la fracturó. En el elenco rosarino, no disputó ningún encuentro más y pasó al club ideal para desarrollarse: Defensa y Justicia.

Recién en la fecha 12 de la liga, tras la lesión de un histórico como Gabriel Arias, tuvo sus primeros minutos en el Halcón. Técnico a técnico, el elenco de Florencio Varela siempre buscó la misma idea de juego, con salida desde el fondo. Para eso, es fundamental tener un arquero que sepa manejar bien el juego de pies, a lo que el entrerriano se adaptó perfectamente, pese a tener compañeros que sabían tratar bien a la pelota, como Lisandro Martínez. Primero Juan Pablo Vojvoda y luego Sebastián Beccacece, además de darle la titularidad, lo hicieron evolucionar para llevar a cabo sus ideas.

Su primer momento de exposición en el fútbol argentino coincidió con el de su equipo. Defensa peleó la Superliga 2018/19 con Racing y estuvo invicto durante 19 fechas con un gran nivel colectivo. En la fecha 20, recibió a Boca: el invicto se terminó por un error del arquero luego de un tiro de Tevez, el mismo que le había puesto un freno a su carrera en Newell’s. Finalmente, el Halcón no pudo conseguir su primer título y terminó segundo, en un equipo que luego se desarmó casi por completo, en el que se destacaban Matías Rojas, Uvita Fernández y Leonel Miranda. La única figura que se quedó fue, justamente, Unsain.

Después de ese recambio, se escribiría la primera página dorada del club. Tras la pandemia, Defensa y Justicia se consagró campeón de la Copa Sudamericana 2020 con un equipo totalmente distinto: Walter Bou, Brian Romero y Enzo Fernández eran tres de los destacados, pero el capitán y líder, con buenas actuaciones en el arco, era Unsain. Fue él, junto a Washington Camacho, quien levantó la copa. Meses después, el Halcón daría un golpe sobre la mesa venciendo a Palmeiras en la final de la Recopa en Brasil, partido en el que tapó un penal, que él mismo había cometido, a Gustavo Gómez sobre el final, para mandar la serie a la definición desde los doce pasos.

Casi dos años después de ese momento, le llega la oportunidad de dar el salto a otra liga. En el medio, ha tenido más de un error garrafal y también atajadas increíbles. Con el paso de los años, su madurez aumentó y se lo ve más líder. No le queda grande la cinta de capitán: además de ser uno de los jugadores con más partidos con la camiseta de Defensa y Justicia en primera división, tiene voz de mando y es positivo para el grupo, que cambia mercado a mercado, prácticamente. Si se quiere, y con formas totalmente distintas en lo personal, es un arquero parecido a Nahuel Guzmán, también de cuna leprosa.

Es el combo: las atajadas magistrales y los fallos evitables, con los pies y con las manos. Sin embargo, es parte de un equipo que crea sus ataques a partir de él, y eso lo tiene bien claro. “En la balanza, el error pesa muchísimo más y en Argentina se potencia. Está de moda reírse del que se equivoca, hacer memes de futbolistas que erran goles. Eso atenta contra los sistemas de juego y la confianza de los jugadores”, le confió a Tiempo Argentino en 2020. Por fuera del terreno de juego, luce como alguien muy centrado. Lee antes de ir a entrenar libros relacionados con el liderazgo deportivo y cree que le da fluidez para comunicarse. Para tomarlo o dejarlo, el nuevo arquero de Necaxa es esto.