Se enciende una pelota de madera, que simboliza el sol y se coloca en el centro de una cancha, donde los participantes compiten por que persista la noche eterna o que vuelva a aparecer el sol
“El dios Cúpanzieeri (sol poniente) jugó a la pelota con el dios Achuri Hirepe (Señor de la noche), para decidir si reinaría la luz o la oscuridad en la Tierra. Este último venció y sacrificó a su rival en un pueblo llamado Xacona y su muerte trajo la noche perpetua, donde creció su hijo, Siráta-Tápezi, quien desenterró a su padre y ambos corrieron juntos hacia Xacona, para iluminar de nuevo el cielo”.
Este relato fue retomado de la tradición purhépecha por fray Jerónimo de Alcalá en la Relación de Michoacán, después de la conquista.
Esta cosmovisión de la cultura purhépecha sobre el movimiento del sol en el firmamento, se expresa en el juego de uarhukua, conocido como pelota purhépecha. En él, se enciende una pelota de madera, que simboliza el sol y se coloca en el centro de una cancha, donde los participantes compiten por que persista la noche eterna o que vuelva a aparecer el sol, desde hace unos 3 mil 500 años.
¿Cómo se juega la pelota purhépecha?
Este juego es muy parecido al hockey sobre pasto: los jugadores usan sus bastones, uarhukua, para llevar una pelota de trapo o de madera con fuego, hasta la zona final del equipo contrario, una especie de touchdown, llamado Jatsíraku, con la diferencia es que al capitán del equipo ganador se le sacrificaba, como un homenaje a su fortaleza.
Actualmente, se usa la pelota con fuego para partidos de exhibición y en competencias se opta por una pelota de trapo.
Los uniformes para las competencias importantes, como los mejores equipos del mundo, tienen bellos diseños, que también reflejan una parte de la cultura de cada región. Son de tela de manta, con bellos bordados en las mangas, el pecho, alrededor del cuello o la parte baja de las piernas, también se utiliza una faja de color en la cintura.
Se juega en un espacio de entre 150 y 200 metros de largo y de 8 a 10 metros de ancho. Se juega en pasto, tierra, adoquín, concreto o pavimento. Incluso hay registros de juego sobre nieve o duela, en EEUU. El bastón tiene forma de “L”, debe estar fabricado de madera resistente para que resista los golpes a la pelota.
La pelota de trapo mide unos 15 centímetros de diámetro elaborada con tiras de algodón y atada con un mecate de henequén. La duración del juego la definen los capitanes desde un principio y puede ser por tiempo o por número de goles.
El juego inicia con un “bote a tierra”, disputado por dos jugadores rivales, quienes antes de golpear la pelota por primera vez chocan el bastón en tres ocasiones.
Como en el futbol americano, este juego tiene diferentes faltas:
- Levantar la uarhukua más arriba de la cintura; al golpear la pelota y después del golpe
- Patear o pisar la pelota
- Detener o cubrir intencionalmente la pelota con el cuerpo
- Derribar intencionalmente a otro jugador
- Empujar a otro jugador con el cuerpo o alguna extremidad
- Emplear un lenguaje inapropiado u ofensivo
- Lanzar intencionalmente la uarhukua
- Llegar por la espalda del jugador que trae la bola
- Detener el bastón del contrario
- Patear al rival
Deporte y tradición que se resisten a morir
Nelson Manuel Rodríguez es presidente de la Asociación Nayarita de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales (Anjdat), conoció la pelota purhépecha en Tepic, Nayarit, por un michoacano, originario del pueblo de Paracho, quien les mostró las reglas de este deporte-ritual.
Tuvo la oportunidad de participar en un Encuentro Nacional de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales, en 2002 y ahí se enamoró de la diversidad de manifestaciones deportivas y culturales que comparten las diferentes etnias que habitan el país.
“Creamos esta asociación civil en el 2004, con el aval de la Federación Mexicana de Juegos Autóctonos y su objetivo es enseñar este deporte entre jóvenes y niños en escuelas y en los Juegos tradicionales del estado, para mostrarles la importancia de preservar estas tradiciones”, explica a VAR Deportivo. “En Nayarit hay cuatro grupos étnicos con una vasta cultura y aprovechamos esa coyuntura”.
Sin embargo, estas demostraciones tienen como principal reto vencer la “contaminación cultural” del futbol, el deporte que la gente practica por excelencia en el estado de Nayarit y en gran parte del mundo. “Es lo más fácil, patear una pelota, en lugar de conseguir un bastón y aprender las reglas de este deporte”, señala el entrevistado.
“Les explicamos un poco el significado que tiene este deporte y la importancia que tiene preservar la cultura de nuestro país. Pero de 10 niños que lo conocen, solo tres permanecen. Las personas que más se interesan son las amantes de las tradiciones prehispánicas y la historia del país”, agrega.
La pelota purhépecha se llevó como deporte de exhibición a las Olimpiadas Nacionales de 2005 y 2006, por lo que se emitió una convocatoria nacional. “A nosotros nos tocó llevar jóvenes a participar.
Nivel de competencia y rivalidades
Evidentemente la potencia de la pelota purhépecha es el estado de Michoacán, donde incluso hay equipos organizados y competencias regionales poderosas. Pero además destacan estados como Nayarit, Quintana Roo y la Ciudad de México, incluso la UNAM tiene su propio equipo.
“En Michoacán se practica tanto como el futbol. Acá en Nayarit no hay tanto espacio, pero nos enfocamos en participar en los Encuentros Nacionales, sin embargo en algunas ocasiones les hemos ganado. En 2009 fuimos campeones nacionales”, señala Nelson.
Pero también refiere que en varios estados no conocen este deporte y por eso los Encuentros Nacionales son espacios donde se intercambian estas experiencias de las diferentes manifestaciones culturales que hay en el país.
Finalmente, Nelson indica los Encuentros Nacionales son anuales, pro que antes se organizaba un torneo exclusivo de pelota purhépecha, pero fue eliminado por cuestiones de presupuesto.
“También hay algunos torneos regionales, pero nosotros tenemos que poner una parte de los viáticos para alimentos u hospedaje porque no nos dan todo lo que necesitamos”, pero las diferentes organizaciones que deportes autóctonos están conscientes de la importancia de rescatar estas prácticas, como ejemplo de la riqueza cultural de nuestro país y su presente indígena.
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