El mote de los Chiefs remite a un personaje blanco, Harold Roe Bartle, quien fue adoptado por una tribu; mientras que su estadio, Arrowhead es el más ruidoso de la NFL
En 1959, el empresario Lamar Hunt creó la franquicia de los Texans de Dallas. De hecho creó su propia Liga. Este es el origen del actual campeón de la NFL, los Chiefs de Kansas City y así de peculiar es la historia de su estadio, uno de los más pintorescos de la mejor liga de futbol americano profesional del mundo y su mote, que es un homenaje a las culturas nativas de EEUU y que probablemente tendrá que dejar de utilizar en unos pocos años.
Cuando el público puede acudir a este inmueble, los cánticos de apoyo en favor de los Chiefs son ensordecedores, al grado de contar con el record Guiness por el evento deportivo más ruidoso.
Los aficionados acuden vestidos de rojo, normalmente con algún motivo indio, mientras blanden un tomahawk de plástico o esponja, un tema que ha entrado en desuso. Pero mientras han sido fieles en su forma de apoyar al equipo, incluso en las malas épocas, que han sido muchas.
Actualmente, de la mano de Andy Reid y el que muy probablemente será el mejor quarterback de la Liga en los próximos años, Pat Mahomes, viven la época dorada que tanto deseó Lamar Hunt para sus Texans.
La historia de los Chiefs
Un año antes del nacimiento de la franquicia de los Texans, Hunt intentó ingresar a la antigua NFL con un equipo para su ciudad natal, Dallas. Para ello intentó llevar a los Cardinals de Chicago, actuales Cardinals de Arizona, pero el proyecto no prosperó. Posteriormente quiso fundar su propia franquicia, pero la Liga lo rechazó.
Entonces, se contactó con otros empresarios para desarrollar una nueva liga que compitiera con la NFL. Así surgieron los Texans de Dallas en 1960 y la American Football League (AFL). Como coach, eligió a Hank Stram, un asistente en la Universidad de Miami. El equipo ganó su primer título en 1962, sobre los Oilers de Houston. Pese a eso, la franquicia no pudo competir con los Cowboys de la NFL y debió mudarse.
En 1963 nacieron los Chiefs de Kansas City, un mercado cercano, que atrajo a Hunt. El equipo cambió su nombre, su logo y su mote, pero mantuvo sus colores: rojo, amarillo y blanco, así como su esencia ganadora.
Tres años después, cuando se organizó el primer Super Bowl, los Chiefs se coronaron nuevamente en la AFL, pero perdieron ante los poderosos Packers de Green Bay de Vince Lombardi. En 1969, el equipo de Stram volvió al Super Bowl y esta vez se impuso a los Vikings de Minnesota, para conseguir su primer y único anillo en 50 años.
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Después de eso, no pasó mucho más. Stram dejó a los Chiefs en 1974 y la franquicia solo volvió al juego de Campeonato, de la mano del veterano Joe Montana, en 1993, pero cayeron ante los Bills de Buffalo.
En 2013 llegó el coach Andy Reid, en busca de revancha y consiguió transformar al equipo. Los Chiefs regresaron al campeonato de la Conferencia Americana en 2018, lo han hecho en tres ocasiones consecutivas, todas como local. Perdieron la primera los Patriots de Nueva Inglaterra, vencieron a los Titans de Tennessee el año pasado y este domingo enfrentan a los Bills de Buffalo, en busca de su segundo Super Bowl consecutivo.
Un mote con referencias históricas, que puede causar problemas
El mote de los Chiefs remite a un personaje blanco, Harold Roe Bartle, quien fue adoptado por la tribu Mic-O-Say del pueblo Arapaho y recibió el nombre de Lone Bear (Oso Solitario). Bartle participó en la creación de un programa de Boy Socuts, en honor a la tribu Mic-O-Say y unos 40 años después se convirtió en alcalde de la ciudad de Kansas.
Para ese tiempo, Bartle era conocido como Chief Lone Bear y como alcalde, convenció a Lamar Hunt de traer a sus Texans a Kansas City. Hunt aceptó y se hizo una encuestsa en la ciudad, para elegir el nuevo mote del equipo. La gente escogió “Chiefs”.
Un homenaje que hoy es políticamente incorrecto
Pese a que el mote de los “Chiefs” surgió como un homenaje a los nativos americanos, en la actualidad es políticamente incorrecto, si consideramos el destino de otros equipos que tuvieron que dejar atrás sus motes que hagan referencia a estas antiguas tribus: los Redskins de Washington o los Indios de Cleveland de las Grandes Ligas.
Ambos equipos eligieron cambiar sus motes, debido a la presión social de ciertos grupos en EEUU, que busca reivindicar a sus minorías, entre ellos, los nativos americanos.
En el caso de los Chiefs, hay personas que consideran que el uso de tomahawk o que lleven penachos al estadio puede ser considerado, en esta nueva realidad social, como una forma de estereotipar a las culturas nativas. Por si fuera poco, antes de cada partido, una porrista recorre el campo montada en un caballo, mientras golpea un tambor gigante de estilo nativo adornado con el logo del equipo.
Los grupos defensores de nativos americanos critican que se usen motivos indígenas en la cultura estadounidense, cuando por otra parte, se les da apenas un 0.4% de los personajes que aparecen en la televisión en horario estelar.
Por ello señalan que la mayoría de la población de su país no los conoce o los concibe con visiones estereotipadas y que en las escuelas no se habla de estas culturas después de 1900, cuando prácticamente fueron condenadas al exterminio.
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“Sistemáticamente la cultura estadounidense está borrando a las personas y las experiencias de las culturas nativas”, explicó a la cadena CNN, la directora ejecutiva de la organización civil IllumiNative a principios del año pasado, con motivo de la llegada de los Chiefs al Super Bowl LIV.
“Hoy los estadounidenses creen que los nativos americanos viven en épocas pasadas y desconocen la complejidad que tienen estas culturas en el siglo XXI, por lo que estos estereotipos deshumanizan a los nativos. No pueden vernos como seres humanos multidimensionales y completamente formados”, finalizó.
En 2005, la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), solicitó el retiro de las mascotas del deporte profesional y estudiantil con nativos. “Estas mascotas enseñan imágenes estereotipadas, engañosas y, con demasiada frecuencia, insultantes de los indígenas estadounidenses”, dijo el ex presidente de la APA, Ronald F. Levant.
Por su parte, el Congreso Nacional de Indios Americanos publicó un informe en 2013 donde pidió el fin del racismo en los deportes y las mascotas deportivas nativas y argumenta un impacto negativo en el uso de estas “caricaturas” nativas.
Arrowhead, un estadio que pesa
El estadio de los Chiefs, Arrowhead Stadium se construyó para la temporada de 1972 y sigue en pie hasta nuestros días, por lo que hoy es uno de los estadios más antiguos de la NFL. Fue remodelado en 2010, con una inversión de 375 millones de dólares, para mejorar los palcos VIP e instalar nuevos asientos.
En 1994 el pasto natural fue sustituido por una superficie artificial, debido a que es un estadio al aire libre, al que en algún momento se le pensó colocar domo, pero la propuesta se desestimó por su alto costo. A cambio, el clima gélido en diciembre y enero, es otra arma que usan los Chiefs contra sus rivales.
En su momento, fue el estadio más grande de la Liga, en uno de los mercados más pequeños. Su capacidad es de 76 mil 416 espectadores, actualmente, el sexto más grande de la Liga y en 2014, los fanáticos establecieron el record Guiness, por participar en el evento deportivo más ruidoso, con un escándalo que alcanzó los 142 decibeles.
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El estadio está diseñado para que los gritos de los aficionados tengan una acústica envolvente. El campo está debajo del nivel de la calle, por lo que en algunos partidos, el ruido es tan fuerte que lastima los oídos de los quaterbacks rivales.
Además, el estadio cuenta con un Salón de la Fama inaugurado en el 2010, donde se documentan los momentos más emocionantes de la historia de los Chiefs: desde su paso por la AFL, su victoria en el Super Bowl IV y los recuerdos del Estadio Municipal, donde jugaron antes de contar con Arrowhead. Además hay una reproducción de un vestidor, entre otros atractivos.
Otra tradición en el estadio es llegar muy temprano antes de los partidos para convivir entre aficionados, hacer parrilladas, apoyar al equipo y, finalmente, entrar al partido. Por ello, es una costumbre que abran sus puertas unas 4.5 horas antes.
Este es el entorno que encontrarán los Bills de Buffalo este domingo, cuando ambos equipos disputen un boleto al Super Bowl.