Pocos son los futbolistas que presumen el convertirse en convocado referente de su propia selección y termina incluso entrenando en cuarta división. Este es el caso de Mario Balotelli, quien tiene una historia digna de recordar gracias a lo que superó en su trayectoria pero también por su alto índice de indisciplina.

Se recuerda al futbolista italiano por comandar la ofensiva de la Azzurri en la Eurocopa del 2012, misma en la que terminaron subcampeones. Estuvo en equipos de gran renombre como Inter, Milan y en los primeros años del ‘nuevo’ Manchester City que se encaminaba al éxito.

Desde sus primeros pasos en el futbol demostró su enorme valía pero no pasó mucho para que también diera de qué hablar por algo más. Lo han acusado de falta de compromiso y no tiene inconveniente en decir lo que piensa, así como hacer ‘locuras’ dentro y fuera del campo. Roberto Mancini lo tenía claro: “Mario podría ser de los mejores jugadores en el mundo… si se dedicara a jugar”.

Mario Balotelli: de la adopción por enfermedad al racismo en la cancha

El futbolista es hijo biológico de padres ghaneses y a los tres años de edad fue dado en adopción. Esto debido a que sus padres no podían costear una dura enfermedad intestinal que lo aquejaba. Jugó desde los 11 años y fue considerado un prodigio muy pronto, desafortunadamente no supo lidiar bien con la fama y también con la -injustificada- pasión por el futbol.

Fue víctima de racismo cuando jugaba en el Inter por ponerse una camiseta del Milan en un programa de televisión. Los ataques lo rebasaron al nivel de hacerlo llorar. Por si esto fuera poco, en su momento dejó la playera del equipo nerazzurri sobre el césped ante el constante acoso.

Su declive fue impactante, pues en equipos como Liverpool y Olympique de Marsella no tuvo más que destellos. Fue recibido con honores y lo eligieron capitán del Brescia, su ciudad natal, sin embargo después comenzó a faltar a entrenamientos y le rescindieron el contrato, incluso lo acusaron de tener exceso de peso. Ahora el jugador estaría cerca de llegar al futbol de Suiza tras una buena campaña con el Adana Demirspor (19 goles y seis asistencias en 33 partidos). Con 32 años, su prime ya habría pasado, ¿hubiera sido diferente con un mejor manejo de su persona?