Nueve scudettos consecutivos. Eso consiguió el clubdurante la década pasada. La primera tanda, con una base firme en defensa de tres centrales como Leonardo Bonucci, Andrea Barzagli y Giorgio Chiellini. La segunda, con Carlos Tevez, Paulo Dybala y Gonzalo Higuaín como figuras. La tercera, con la aparición estelar de, ni más ni menos, Cristiano Ronaldo. Parecía que esa supremacía nunca se acabaría, al menos en Italia. Pero un día se terminó: las figuras se fueron y el imperio de Juventus cayó en lo que parece ser una crisis.

Además de tener a uno de los mejores jugadores del mundo y una racha inigualable, tuvo también un imperio de futbolistas que consistía en ceder juveniles que puedan potenciarse en otros clubes y después venderlos, como los casos de Domenico Berardi y Leonardo Spinazzola, jugadores de Selección, y Cristian “Cuti” Romero, uno de los mejores centrales del mundo actualmente, a quien compró de la Genoa y cedió a Atalanta, sin haberle dado siquiera una chance. De alguna manera, era el dueño de los equipos chicos de Italia, pero ahora ya no.

Si hay un momento cumbre en los últimos tiempos para La Vecchia Signora es la salida de Cristiano Ronaldo. Más allá de que el paso del portugués estuvo lejos del brillo que tuvo en Real Madrid, con él en cancha, el elenco de Turín marcaba su superioridad en Italia y en Europa era, a priori, un cuco, pese a que quedó eliminado ante Ajax en 4tos de final en la temporada 2018/19 y ante Lyon en 8vos de final en la 2019/20.

En Serie A, fue campeón por once puntos en 2019 y en 2020, dos fechas antes, pese a que terminó un solo punto por encima de Inter. En la 2020/21, ya con CR7 en su última temporada, que convirtió 29 tantos en 33 encuentros, terminó cuarto, entró de milagro a Champions League y en la edición de esa temporada de la “Orejona”, quedó eliminado de local ante Porto.  El “Bicho” marcó 101 goles en 134 partidos y tras su ida, todo ese superpoder que tenía ser “el equipo de…” se terminó. Y quienes lo acompañaban, evidentemente eran muy potenciados por él.

Juventus y el inicio de su crisis

Tras el éxodo de su figura, le quedó una defensa ya entrada en edad, con Bonucci y Chiellini. También un mediocampo con futbolistas en un nivel muy bajo, como Adrien Rabiot y Arthur y una delantera con atacantes de la medianía y solo Paulo Dybala como figura. El resultado no fue casualidad: finalizó a 16 puntos del líder Milan, sin pelear la liga y clasificado a la Champions por la ventana.

En este curso, la desvalorización de su plantel se agudizó. Contrató por un año a Ángel Di María, que por más vigente que esté, ya tiene 35 años. Bremer, Filip Kostic y Federico Chiesa, tres buenos jugadores, pero que están lejos de ser de elite, fueron sus refuerzos estrella, al igual que Paul Pogba, que pasó más tiempo en la enfermería que en la cancha.

En contrapartida, se fueron Dybala y Matthijs de Ligt, sus distintos adelante y atrás. Por eso, hoy su escuadra se compone de juveniles y otros futbolistas que no tienen la calidad acorde al conjunto bianconero. Eso se refleja en la temporada. Quedaron fuera de copa, lejos del líder Nápoli y afuera en fase de grupos de Champions, aunque sigue en Europa League.

Juventus, con problemas financieros de por medio, destruyó casi por completo el imperio de jugadores y títulos que había construido. Hoy en día, se encuentra en una etapa de transición con una baja calidad en su plantel, así como les pasó a Inter, después de la era Mourinho y a Milan, a la postre del ciclo Ancelotti. Hoy en día, tiene un equipo mediocre que se refleja en el presente y en el rendimiento. A los dos equipos de la capital de la moda les llevó años recuperarse. ¿Podrá hacerlo más rápido La Vecchia Signora o se vienen épocas de vacas flacas?