En las últimas horas, ha circulado la información de que Mario Balotelli ha sido ofrecido a la Liga MX. Tigres, América, Cruz Azul y Rayados son algunos de los que mostraron interés en él, que está a punto de culminar su contrato con Sion de Suiza. El delantero, ha tenido una carrera desopilante, con tantos goles como polémicas. A día de hoy, sigue manteniendo un curioso récord: es el único jugador italiano en ser campeón de la Premier League.

El goleador nacido en Palermo saltó a la fama tras debutar en Inter en 2007. En un plantel con riqueza en la delantera, con jugadores como Hernán Crespo, Zlatan Ibrahimovic y Julio Cruz, se hizo lugar como promesa y marcó tres goles importantes para la consagración en Serie A.

Con Lionel Messi y Cristiano Ronaldo comenzando a dominar el fútbol, Balotelli se proyectaba como un killer de época, pero actos de indisciplina, como no festejar un gol de un compañero de penal porque quería tirarlo él, haberse bajado del micro antes de jugar por tras una pelea con Mourinho o posar con la camiseta del Milan con contrato vigente en el Neroazzurro, terminaron sellando su salida del club tras haber conseguido el triplete en la 2009/10, como suplente de la delantera en la que alternaban Diego Milito, Goran Pandev y el camerunés Samuel Etoo. En la temporada en la que fue campeón de la Champions League, Serie A y Coppa Italia aportó 11 tantos en 39 partidos.

Por casi 30 millones de euros, pasó a jugar al Manchester City, equipo que recientemente había sido adquirido y comenzaba a hacer sus primeras incorporaciones rutilantes. En su estadía, no la tuvo fácil para jugar: Edin Dzeko, Sergio Agüero y Carlos Tévez compitieron con él. En su segunda temporada, fue importante para la obtención de la primera Premier League del conjunto Citizen: 13 goles en 23 partidos y la asistencia para el gol de Sergio Agüero al QPR que sentenció la Premier League para los de Roberto Mancini en el último minuto, exponían la calidad que poseía.

No obstante, siempre fueron más los escándalos que los hitos: mujeres, alcohol, fiestas, peleas internas y poco profesionalismo fue el combo que decantó en su salida. En la pretemporada de 2011, en un amistoso frente a Los Ángeles Galaxy, erró un gol insólito intentando definir de pisadita. Para el entrenador italiano, esta subestimación al rival fue imperdonable y comenzó a desgastarse la relación. En el invierno de 2013, una pelea entre ellos en un entrenamiento desembocó en la ida del atacante a mitad de temporada.

Milan, el club de sus amores, fue su nuevo destino, a cambio de 20 millones de euros. El arranque fue a la altura de las expectativas: 12 goles en 13 juegos. El segundo curso también fue bueno dentro del campo: completó 18 anotaciones en 41 juegos. Sin embargo, nuevamente lo extra futbolístico lo mantuvo bajo el ojo de la tormenta: un accidente con su auto, la mala performance del equipo y su alto perfil causaron una nueva salida. “Lo mejor que puede hacer es jugar bien, algo que no está haciendo”, había dicho Massimiliano Allegri luego de una derrota. La historia se repetía.

Mario Balotelli tuvo poco tiempo ‘prime’ y ahora podría jugar en la Liga MX

Tras esa salida, nunca más fue un habitual convocado a la Selección Italiana. El proceso que inició post Sudáfrica 2010, que tuvo su momento de gloria en la Eurocopa 2012, con la semifinal ante Alemania en la que marcó dos goles para el triunfo, finalizó abruptamente tras Brasil 2014, con una participación de Italia que duró solo por la fase de grupos, luego de perder con Costa Rica y Uruguay y triunfar ante Inglaterra, con un tanto de SuperMario. Cuatro años después, fue convocado nuevamente, pero solo jugó dos amistosos y un encuentro de Nations League, prácticamente nada para un futbolista que previamente había anotado 14 tantos en 33 juegos.

Su paso por el Liverpool en la 2014/15, equipo al que llegó a reemplazar a Luis Suárez, fue tan flojo que a la siguiente temporada regresó al Milan. En el Rossonero, convirtió un solo gol en todo el año en Serie A. Era la hora de salir de las luces: la Ligue 1 fue su nuevo destino. En Niza convirtió 43 goles en 76 juegos y mostró que estaba para jugar nuevamente en la elite. A continuación, tuvo la chance en Olympique de Marsella: 8 goles en 15 partidos completaron un trienio productivo en Francia. Sin embargo, tras un escándalo en Nápoles con un camarero al que le ofreció plata por tirarse al agua desnudo en una moto, fue denunciado por incitación al crimen y el club dueño de su ficha decidió que no continúe.

Brescia, recién ascendido a la Serie A, fue el séptimo club de su carrera. En el curso, solo aportó 5 goles en 19 partidos y su equipo descendió con anticipación. A SuperMario, que había firmado para estar cerca de su madre, le rescindieron el contrato cuando todavía restaban 12 partidos para la finalización de la temporada, por reiteradas ausencias a entrenar. Monza, equipo de Silvio Berlusconi, fue su nuevo destino: se iba a jugar a la segunda división. El millonario italiano los contrató a él y a Kevin Prince Boateng, dos cracks indisciplinados, con el objetivo de ascender, pero al no conseguirlo, el atacante tomó otro rumbo extraño.

La Liga Turca les permite a los futbolistas salir de la exigencia TOP en Europa, pero seguir percibiendo un sueldo similar. Allí fue Balotelli, más precisamente a Adana Demirspor, un club que está lejos de ser de los grandes, pero avanza en franco crecimiento. Después de dos decepcionantes temporadas en Italia, su experiencia en Turquía demostró toda su jerarquía: jugó 33 partidos, anotó 18 goles, uno de ellos, con siete bicicletas y definición de rabona. Su salida, otra vez, sería forzada por una pelea con su propio entrenador: esta vez con Vincenzo Montella, dentro del campo de juego. La última temporada la disputó en el ignoto Sion de Suiza, en el que marcó solo seis goles y descendió. La gota que rebalsó el vaso fue que, según Blick, le habría dado golpes de puño al director deportivo en una fiesta y deberá buscar nuevo club.

En medio de todos los escándalos que tuvo y los actos de indisciplina. Mario Balotelli ha demostrado siempre su calidad futbolística. Si bien hace cuatro temporadas que se alejó de las mejores ligas, en su paso por Turquía afirmó que está intacto y que le sobra para el resto del mundo. Es imposible saber qué hubiese sido de su carrera sin su temperamento y su poco profesionalismo. Sin embargo, son esas actitudes las que lo mantienen hoy en día por fuera de las luces y con el objetivo de alguna aventura lejos de Europa, como puede ser la de la Liga MX.