Green Bay tiene el estadio más duro para los visitantes, Lambeau Field, y todos sus rivales tendrán que pasar por ahí si quieren llegar al Super Bowl del 7 de febrero

Este fin de semana se juega la Ronda Divisional de los playoffs de la NFL, rumbo al Super Bowl LV. En esta etapa, entran en acción los equipos favoritos de cada Conferencia: los Packers de Green Bay en la Nacional y los Chiefs de Kansas City en la Americana.

Si bien el record y las expectativas están del lado del equipo de Pat Mahomes, Green Bay tiene el estadio más duro para los visitantes y todos sus rivales tendrán que pasar por ahí si quieren llegar a la cita de Tampa Bay el 7 de febrero para disputar el trofeo Vince Lombardi.

Además, la NFL informó la semana pasada que permitirá la asistencia de 6 mil asistentes al partido de la Ronda Divisional, ante los Rams de Los Ángeles, que se juega la tarde de este sábado. Esto ayudará a reducir un poco la altísima demanda de entradas que hay para ingresar al estadio a presenciar un partido de temporada regular en este peculiar estadio, que conserva el ambiente tradicional del futbol americano en una ciudad que literalmente vive alrededor de su Packers.

Lambeau Field, un arma adicional

Lambeau Field se considera el estadio más emblemático de la Liga. Se inauguró en 1957 y se remodeló en 2003 y 2013. Es curioso que tenga una capacidad para 80 mil personas, en una ciudad de 104 mil personas. Sin embargo, para entrar a un partido de los Packers hay una lista de espera de 96 mil personas. Es decir, las personas que están anotadas incluso heredan su lugar para que sus hijos puedan entrar años después.

Jugar en este campo es una ventaja adicional para los “queseros”, que tienen una marca histórica de 17-5 en Playoffs, aunque la última vez que les sirvió para llegar al Super Bowl fue en 1996. Posteriormente perdieron ante los Falcons en 2000, Vikings en 2004, Giants en 2007 y 2011 y Niners en 2013.

La principal complicación de jugar en este estadio al aire libre, al norte de EEUU, es que la temperatura promedio en Green Bay durante el invierno oscila entre los -1 y -12° C. Sin embargo, hay picos de temperaturas gélidas en esta época del año. Ds de los tres partidos más fríos en la historia de la Liga se han jugado en Green Bay: el Ice Bowl, la Final de la antigua NFL en 1967, con una temperatura de -25°C y la Final de Conferencia del 2007, con -18°C.

De acuerdo con testimonios de jugadores que han estado en estas condiciones, el frío intenso y el factor de congelación provocan que se congelen las orejas, la nariz y el cabello. El balón se endurece y se siente más pesado, como si fuera una piedra. Se reduce la sensibilidad en las manos, por lo que es más difícil lanzarlo, atraparlo y patearlo.

Lee también: Browns, un equipo que busca quitarse la bolsa de papel de la cabeza

Hasta la temporada 2018 el campo era de pasto natural, por lo que con una nevada intensa se convertía en lodo congelado o incluso se endurecía como si fura de hielo. Y cuando nieva durante el partido, la visibilidad se reduce considerablemente, además que es más complicado correr en el hielo.  

Para mejorar un poco las condiciones en el campo, en una de las remodelaciones al estadio, se instaló un sistema de calefacción para evitar que se congele. Sin embargo,  el clima gélido no ha sido limitante para que haya aficionados semidesnudos en la tribuna.  

Gren Bay Packer fan

El amor de los habitantes de Green Bay por sus Packers

La ciudad de Green Bay, ubicada en una ribera del lago Michigan es la tercera más importante del estado de Wisconsin y destaca por ser el mercado más pequeño, pero quizás el más fiel de toda la NFL.

Sus principales actividades económicas son la industria papelera, el transporte y la sanidad. En crecimiento, se encuentran la venta de seguros y el turismo. Sin embargo una actividad tradicional es la producción de lácteos, particularmente el queso. De ahí proviene el mote de “Packers”, en homenaje a los empacadores de este producto.

El principal atractivo de la ciudad es la vida alrededor del futbol americano. Esto se debe a que el equipo pertenece a la comunidad. Para ello, los pobladores compran acciones del equipo, que han servido para su mantenimiento durante años. Este es un modelo único en todo el deporte profesional en EEUU.

En 2019, el equipo tenía registrados 361 mil 269 ciudadanos, dueños de 5 millones 9 mil 563 de acciones de la franquicia. Con este modelo, el equipo es considerado el 27 más caro del mundo, con un valor de 2 mil 850 millones de dólares, de acuerdo con la revista Forbes.

Pese a su reducido mercado, la gente que habita la región de Green Bay es tan fiel al equipo que es suficiente para mantener su estabilidad financiera, que de paso, ha evitado cualquier intento de mudanza a un mercado más grande.

Te puede interesar: Bills de Buffalo, el pequeño equipo perdedor, de moda en la NFL

Otro rasgo distintivo de este estadio son las parrilladas que se realizan en los estacionamientos de los estadios, previo a los partidos. Estas reuniones, conocidas como “tailgate”, son famosas fuera de Lambeau Field, ya que los aficionados llegan desde horas antes al estadio y, con un poco de suerte, entran al estadio para ver el partido. De acuerdo con encuestas, este tailgate es el segundo mejor entre las 32 franquicias de la NFL.

Los “cabezas de queso”, como se identifica a los fans de los Packers, también siguen a su equipo por todo el país, debido a que es más fácil verlos jugar fuera de Green Bay.

Incluso han organizado páginas web para informarse de los mejores lugares para ver un juego, donde pueden estar cerca del equipo, como una práctica única en la Liga.

También son inventores del Lambeau Leap, un festejo que se hizo tradicional en las tribunas del estadio, en la que los  jugadores del equipo, tras anotar, saltan hasta la primera fila de la tribuna para dejarse abrazar por los aficionados. El festejo fue inventado por el profundo LeRoy Butler en 1993, luego que devolvió hasta el touchdown un balón suelto. Ahora, el festejo obligado de todos los jugadores de Green Bay en casa es este salto a las tribunas.

Turismo en Lambeau Field

La presencia de los Packers se ha convertido en un atractivo turístico importante para la economía de Green Bay. La ciudad permite, incluso durante la pandemia, visitas guiadas al estadio, siempre con cubrebocas, en grupos de hasta 15 personas, durante 15 minutos, pero solo desde la tribuna, para tomar fotografías y conocer la historia del inmueble. Está prohibido el acceso a los túneles y al campo.

Adicionalmente puedes visitar el Salón de la Fama de los Packers, en el primer piso del estadio. Requieres una reservación previa para recorrer sus dos plantas. Consta de 4 mil 500 metros cuadrados de construcción, divididos en nueve salas permanentes y dos para exhibiciones temporales, que resguardan la rica historia del equipo, uno de los más ganadores en la historia del futbol americano profesional: nueve títulos de la antigua NFL y cuatro Super Bowls.

Este espacio cuenta con salas interactivas y una réplica exacta de la oficina del legendario coach Vince Lombardi.

También hay recorridos gratuitos, a pie o en bicicleta por las ciudades de Green Bay y De Pere, para conocer más estrechamente la relación tan peculiar entre el equipo y su comunidad. La ruta incluye la visita de 25 placas conmemorativas de bronce ubicadas en sitios donde se desarrolló la historia de los Packers.

Gastronomía acorde al intenso frío

Hamburguesa Green Bay

Si eres de los afortunados aficionados que logran entrar al estadio, podrás disfrutar de los diferentes platillos típicos de la comida rápida para ver del partido, pero con una cantidad de grasa y calorías adicionales, para soportar el clima extremo.

Un ejemplo es la Big Game Burger, un monstruo de 1.6 kilogramos, que contiene: 230 gramos de carne de venado, 230 gramos de tocino y 230 gramos de carne Angus certificada. Se baña con salsa de queso  y jalapeño casera, seis tiras de jalapeño ahumado tocino, lechuga, seis rebanadas de tomate, verduras encurtidas y una salsa secreta. Su precio, unos 20 dólares (unos 400 pesos).