Con el reciente Super Bowl ganado por Tom Brady y el constante debate sobre si Cristiano Ronaldo es el máximo goleador de la historia, es inevitable recordar a Wayne Gretzky.

Probablemente su nombre no se te hace conocido, pero algo bien debió hacer para poder comer en la misma mesa que Brady, Jordan, entre otros. Como los mencionados, Wayne Gretzky dominó la NHL por muchos años y es considerado el mejor en la historia del hockey.

Sus registros fueron impresionantes desde que comenzó, incluso se convirtió en profesional a los 17 años. Previamente fue el clásico niño prodigio. A la edad de 10 años había anotado 378 goles y 139 asistencias en apenas 85 juegos con el Narofsky Steelers.

Es canadiense pero tiene descendencia polaca. Se convirtió en el jugador más joven en competir en el World Junior Championships de 1977 en Montreal a la edad de 16. A pesar de ser el jugador más joven del torneo, acabó con el puntaje más alto del torneo, fue escogido para el equipo All-Star y para el mejor atacante del torneo.

Ya dentro de la NHL, jugó para cuatro equipos pero destacó en los primeros dos: Edmonton Oliers y Los Angeles Kings. Para cerrar su carrera estuvo un corto periodo con Saint Louis Blues y tres años en los Rangers de New York.

Wayne Gretzky fue el prototipo de jugador de hockey perfecto. Contó con un talento nato que demostró desde su infancia pero no se detuvo ahí. Diversos medios confirmaban que el centro entrenaba más de tres horas diarias por su cuenta.

A la fecha, con más de dos décadas en el retiro, puede presumir ser el único jugador con más de 200 puntos en una temporada y, en toda su carrera, sumó más de 3 mil 200 anotaciones.

¿Traición o busca de un mejor futuro?

Como en cualquier historia del deporte, Gretzky no estuvo fuera de la polémica. Esto por, tras casi una década con el equipo de Edmonton, decidir irse a Los Angeles Kings. Su radical cambio evidentemente tuvo que ver con buscar nuevos retos en su carrera pero también recibió un atractivo contrato para cambiarse de equipo.

Desafortunadamente su suerte no fue la misma. Con los engrasadores logró cuatro títulos de la NHL -Stanley Cup- mientras que en Los Angeles solo alcanzó una final en la temporada 1992-93, misma que perdió ante los Montreal Canadiens.

A lo largo de su trayectoria puede presumir el tener o compartir más de 65 récords dentro de la NHL y, con traición o sin traición, nadie puede negar su legado en el deporte.

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