Al terminar una función, Abismo Negr encontró una trágica muerte: por un ataque de pánico salió corriendo del autobús donde viajaba y se internó en una barranca donde se le encontró ahogado

Andrés Alejandro Palomeque González, mejor conocido como Abismo Negro, fue uno de los referentes de la AAA, debido a que era considerado un  gladiador de gran técnica, potencia física y carisma.

Pero murió manera trágica el 21 de marzo de 2009, en medio de condiciones sumamente extrañas, que provocaron que su figura se convirtiera en leyenda.

Inició su carrera como: Alex Dinamo, Pequeño Samurái y Furor, pero saltó a la fama como The Winners, ya como parte de la AAA, en 1992.

Perdió su máscara en 1995 y a partir de 1997 adoptó el nombre que lo llevó a la gloria y que defendió durante 12 años, hasta su muerte.

Además de la AAA, trabajó en EEUU para las empresas WWF y TN, además de las empresas japonesas Michinoku Pro Wrestling y Pro Wrestling NOAH.

Inició su carrera como: Alex Dinamo, Pequeño Samurái y Furor, pero saltó a la fama como The Winners, ya como parte de la AAA, en 1992.

Perdió su máscara en 1995 y a partir de 1997 adoptó el nombre que lo llevó a la gloria y que defendió durante 12 años, hasta su muerte.

Además de la AAA, trabajó en EEUU para las empresas WWF y TN, así como en las empresas japonesas Michinoku Pro Wrestling y Pro Wrestling NOAH.

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Como Abismo Negro tuvo grandes rivalidades con luchadores como: Mr. Niebla, Latin Lover, Cibernético, Black Abyss (una especie de versión pirata del personaje) e incluso contra los conductores de televisión “los gemelos Brenan”.

Su muerte

La noche del 21 de marzo de 2009 ocurrió el trágico deceso de Abismo Negro.

Al terminar una función, el luchador viajaba en un autobús después de una función en el puerto de Mazatlán, Sinaloa.

De repente, tuvo un ataque de pánico, empezó a gritar y le exigió al chofer que detuviera el vehículo.

Descendió y se perdió en un paraje oscuro, cerca de una barranca.

A la 01:30 horas del 22 de marzo, le envió un mensaje de texto a su esposa y le dijo que se encontraba extraviado en una colina oscura.

Su esposa, asustada, localizó al promotor de la función, Vicente Martínez, quien organizó un grupo de búsqueda.

Por la mañana, su cuerpo apareció flotando boca abajo en un río, en la parte baja del barranco, desde donde descendió. La causa de su muerte fue ahogamiento.

El luchador de 37 años de edad fue identificado y trasladado a la Ciudad de México, donde recibió un homenaje de cuerpo presente.

Un día después su cuerpo fue enviado a Villahermosa, Tabasco, su ciudad natal, donde fue sepultado.

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Rumores y testimonios

Hay varias versiones sobre qué provocó el ataque de pánico que obligó a Abismo Negro a abandonar el autobús.

Uno de los testimonios fue del doctor Jesús Enrique Castro López, quien afirmó al momento de la desgracia que el ataque pudo ser provocado por el abuso de esteroides.

Sin embargo, nunca se confirmó si Andrés Palomeque acostumbraba consumir estas sustancias.  

El luchador Konan, quien estuvo presente en dicha función celebrada en el puerto de Mazatlán,  explicó que luego de la lucha varios amigos de Abismo Negro lo fueron a buscar y estuvieron de juerga durante varios días.

Aunque asegura que la última vez que lo vio, “estaba en sus cinco sentidos”.  

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Posteriormente, indica Konan que: “se había puesto bien loco” y que era alguien a quien “amaba la fiesta y le gustaba desaparecerse por días”.

El luchador cubano añade que:

“Cuando se le acabó el dinero, fue con el promotor y le pidió para tomar un camión. No tomó el avión porque el promotor pensó que era para seguir la fiesta. Yo vi el video cuando lo encontraron y lo están levantando. Lo reconocieron porque siempre usaba un jersey de los Steelers de Pittsburgh”.

Konan

Por su parte, el cronista de lucha libre, Arturo Rivera, relata en su videoblog, que tenía una relación estrecha con Andrés Palomeque porque se conocieron al reclutarlo como talento local para la AAA.

Asegura que era una persona “de un carácter extremadamente fuerte”.

Afirma que Abismo Negro se acercó con el entonces dueño de AAA, Antonio Peña:

“Le dijo sus temores, que veía al diablo y le daba miedo porque el diablo le aconsejaba que hiciera cosas que él no quería. Por ello, lo metieron a un tratamiento y lo tuvieron encerrado”, dice.

Tuvo estas crisis “cinco o seis veces”.

“La última vez me dijo: ‘Padrino, ahora sí se acabó cualquier vicio, cualquier cosa’ y duró estable buen tiempo gracias a la religión”.

A diferencia de Konan, “El Rudo”, aclara que en el autobús subió un grupo de luchadores, incluido el difunto, con rumbo a Guadalajara, Jalisco:

“En el camino empezó a ver al diablo. Se paró del camión y le dijo al chofer: ‘anda el diablo en el camión’. El resto de los luchadores intentó calmarlo, el chofer se tuvo que orillar y, al detenerse, Andrés se fue corriendo en medio de la oscuridad y no se supo de él, sino hasta que apareció la claridad del día”.

Arturo Rivera

El narrador explicó que la noticia fue muy dolorosa para él porque tenían una relación muy cercana. “Incluso su mamá me lo encargó” y remata: “en el terreno simpático, nunca había visto a tantas viudas llorar a un cadáver”.

La trágica muerte, además provocó un incumplimiento de contrato, por lo que el promotor de dicha función, Renán Martínez, lo sustituyera por otra persona.

Al saber del deceso, la Comisión de Lucha Libre y Boxeo de Benito Juárez, Quintana Roo, suspendió al promotor por dos años.