El apellido Maldini y el AC Milan son prácticamente sinónimos. Durante el tiempo reciente del Rossonero, Césare, Paolo y, más recientemente, Daniel han dejado su huella con grandes actuaciones y campeonatos. Sin embargo, esa historia parece estar llegando a su final tras la destitución de Paolo como mánager del club y la posible salida de su hijo.

Césare fue quien inició el legado: si bien vistió también las camisetas de Triestina y Torino, sus 12 años en el Milan, desde 1954 hasta 1966, le permitieron ser parte del primer equipo histórico del club. Cuatro veces campeón del Scudetto y de la primera Copa de Europa de la institución en 1962-1963. El defensor, que jugó casi 400 partidos, tuvo dos ciclos como entrenador en la década del 70, en los que dirigió 69 juegos.

Paolo fue uno de los futbolistas más influyentes en la historia del club. Solamente vistió la maglia del Milan, aparte de la del seleccionado italiano. Jugó casi 900 partidos oficiales en tres décadas distintas y fue campeón de siete Scudettos, tres veces de la Champions League y tres veces del mundo a nivel clubes. Es el que más presencias tuvo con la casaca rossonera y desde 1985 a 2009, no interrumpió su amor por el equipo de su vida.

Como si fuera poco, en 2018 se convirtió en el director deportivo: bajo su gestión, Milan recuperó algo de memoria. Acertó con varios fichajes, como Rafael Leao, Ismaël Bennacer y Theo Hernandez, y conformó el equipo que supo ganar la Serie A en la 2021/22. Tras una temporada en la que el equipo llegó a semifinales de Champions League y terminó cuarto en la liga, los tifosi pidieron dar un salto de calidad con el plantel: Paolo, notificado de esto, le solicitó invertir a los dueños y ante la negativa, el cortocircuito provocó su despido.

El tercero de la dinastía fue Daniel, que estuvo en el club desde 2009, debutó en 2020 y fue parte del plantel campeón del Scudetto el año pasado. Durante ese período, jugó 23 partidos y solo convirtió un tanto. Esta temporada pasó a préstamo a La Spezia y se alejó de la institución en la que nació futbolísticamente.

Con la salida de su padre como mánager, pinta para que vuelva a ser cedido o traspasado definitivamente en el próximo curso. Así como existen los años antes y después de Cristo, en el Rossonero habrá un antes y después de los Maldini. Tras la salida, es la primera vez desde 1978 que no hay ningún Maldini en el Milán: ni Cesare, ni Paolo, ni Daniel. 45 años después, el club buscará un rumbo sin ellos.