Surgido en Sportivo de 25 de Mayo, la ciudad de la Provincia de Buenos Aires donde nació, aquel niño que siempre soñó con jugar al fútbol de manera profesional hoy ya no cumple esas expectativas, sino que ya las superó. Zurdo, hábil y veloz, ese es Valentín Barco, hoy por hoy, la gran figura de Boca Juniors.

Colo, como lo conocen, desde joven se desempeñaba muy bien en cancha, el lugar donde su madre lo acompañaba porque era donde más feliz lo veía. Jugaba de delantero, era gambeteador y “atrevido” desde pequeño. Con poca altura, pero con mucha destreza para transportar el balón, Valentín era el mejor de sus compañeros.

Ramón Maddoni fue la persona que se interesó por su futuro y el que le consiguió una prueba en el club de La Ribera. En las pruebas le fue muy bien y consiguió permanecer en la institución desde cerca de los 10 años.

Su principal piedra en el camino era la ausencia de un cupo para estar en la pensión del club, aunque él y su familia decidieron hacer un sacrificio enorme: recorrer 450 kilómetros de ida y de vuelta desde 25 de Mayo a la Ciudad de Buenos Aires durante tres largos años al menos tres veces por semana en el Renault 12 de su padre. Su mamá contó cómo fueron aquellos viajes. “Había veces que no teníamos nada de plata. Lo poquito que había era para el gas y el peaje. Valen sabía que era dificil, pero siempre su respuesta era positiva. Nunca se dio por vencido y hasta ha ido con fiebre a entrenar”, expresó Patricia.

Poco a poco fue ganándose su lugar, se iba afianzando en cada categoría que estaba a pura garra y juego, porque Valentín nunca se “olvidó de jugar”. Si había que “meter, se metía”, pero cuando existía la posibilidad de encarar a base de fintas, lo hacía de maravillas.

Con la Albiceleste dio sus primeros pasos en la Sub 13 y Sub 15. Hace poco fue uno de los grandes nombres de Argentina en el Mundial Sub-20.

Pero volviendo a Boca, Valentín se fue acercando al plantel de Primera División desde los juveniles. Su primera aparición fue en el año 2021, bajo las órdenes de Miguel Ángel Russo. El resultado parcial del partido fue 1 a 1 pero Barco estuvo al nivel de las expectativas, ya que se venía hablando de que era uno de los jugadores que sería parte del futuro del club que fue campeón de América 6 veces. “El debut en Boca fue muy importante para mi carrera, era el sueño que tenía desde que empecé”, dijo en su primera entrevista tras finalizar el partido.

Ya en el 2022, el lateral izquierdo arrancó de muy buena manera, pero con participación en reserva. Perdió el rodaje que Russo le había dado ya que Hugo Benjamín Ibarra y Mariano Herrón consideraban que lo estaban apurando. Pero a todo esto, apareció una oferta del Getafe de España y un sondeo de la Juventus.

Con la llegada de Jorge Almirón, Valentín Barco se fue acomodando en el 11 titular. Jugó de lateral por izquierda y también de volante. Su proyección en zonas ofensivas generó la posibilidad de colocar al número 19 como mediocampista/extremo en el sector de su pierna hábil para desequilibrar y fusionarse con el colombiano Frank Fabra.

Con Deportivo Pereira tuvo un gran partido en el que asistió “con un guante” en el pie a Varela para conseguir los 3 puntos. “Es un orgullo enorme todo esto. La gente me banca mucho, me tiene mucho cariño y se nota todos los días. El cariño trato de devolverlo dentro de la cancha”, expresó el nacido en el año 2004.

A pura explosión, Barco es uno de los grandes jugadores que tiene Boca Juniors. Su explosión en el sector izquierdo deslumbra día a día a los hinchas Xeneize y, sin ningún tipo de dudas, es titular indiscutido.

El Colo tiene un contrato hasta el 31 de diciembre de 2024 con una cláusula de salida de 10 millones de dólares, por lo que los hinchas Azul y Oro podrán verlo un tiempo más. Su futuro es muy prometedor, las grandes ligas lo esperan, pero por ahora, los ojos están puestos en la Copa Libertadores. Colorado el 19 como en la ruleta: ahí es azar, pura fortuna; en la cancha, para los bosteros, no es suerte, es Valentín Barco que la rompe.