Argentina tiene una estrecha relación con el deporte, eso no se le escapa a nadie, pero se puede llegar a imaginar que ese vínculo tiene ciertos límites, con los políticos no existe siempre. Bueno, no. Cuando uno imagina a un político piensa en una persona sumamente formada y centrada pura y exclusivamente en su rol dentro del estado. En el país del fin del mundo muchos de los que gobiernan tienen un pasado más que cercano con el mundo deportivo. Desde presidir un club de fútbol hasta ser el mejor de la nación en deportes acuáticos, así de fuerte es la relación de los políticos argentinos y el deporte. En medio de unas elecciones más que polémicas, descubrí quienes estuvieron vinculados al deporte en el pasado. 

Javier Milei: 

En Argentina se realizan las PASO, que son unas votaciones que sirven para definir internas dentro del mismo partido político y, a su vez, actúan como una encuesta masiva a nivel nacional. Durante las celebradas en agosto, Javier Milei fue la gran sorpresa al ser el candidato más votado con un 30% del total. De hecho, se espera que sea el próximo presidente del país y él también tiene un pasado dentro del deporte. A los 12 años llegó al club Chacarita como arquero e integró durante su adolescencia la categoría 70’. Quienes trabajaban en el club en esa época, recuerdan a aquel equipo como uno de los mejores que pasaron por las formativas. Lo apodaban como “el Loco Milei”, algo que tiene bastante sentido viendo su forma de ser en la política. Se desconoce el motivo de su retiro. 

Mauricio Macri: 

Los inicios en la política del anteúltimo presidente argentino fueron, justamente, en un club de fútbol. Así es, Mauricio Macri comenzó su camino como dirigente en Boca Juniors. Presidir a uno de los dos clubes más grandes del país es sin duda un desafío, y Macri lo hizo de la mejor manera. El ingeniero fue el mandamás durante la época más gloriosa del Xeneize: asumió en 1995 y estuvo hasta 2007, tiempo en el que ganó 4 Libertadores y 2 Intercontinentales. Durante su gestión, además de éxitos deportivos, tuvo varias polémicas.

No muchos saben, pero el día que Juan Román Riquelme se llevó las manos a las orejas haciendo el famoso “Topo Gigio” fue dedicado a Macri. Durante ese partido de 2001 frente a River, el legendario enganche le reclamaba al presidente un aumento salarial y pasó a la historia. Hoy, Macri es la máxima autoridad en la fundación FIFA y muchos aseguran que va por el trono de Gianni Infantino. 

Daniel Scioli:

A propósito de Macri, su rival en las elecciones de 2015 fue Daniel Scioli, que hoy es el embajador argentino en Brasil y tuvo sus comienzos en el deporte. En 1989 el argentino empezó a competir en carreras de motonáutica, fue subcampeón mundial de su categoría y llegó a ser contratado por un equipo italiano. En 1989 sufrió una accidente que marcaría su vida ya que resultó en la pérdida de su brazo derecho. Años más tarde siguió compitiendo hasta que en 1997 se retiró.

Allí se inició en la política, fue gobernador de Buenos Aires y estuvo muy cerca de ser presidente, pero el deporte le guardaba un capítulo más. Con más de 50 años, decidió empezar a dedicarse al futsal e incluso consiguió un campeonato. Invirtió fuertemente en el crecimiento de Villa La Ñata con la condición de que lo dejen jugar. Y así fue, “El Pichichi” tuvo sus minutos en los cuales dejó más bloopers que highlights. 

Carlos Bilardo: 

Como bonus track está el caso rutilante de Carlos Bilardo, que hizo el camino inverso de alguna forma. Para los distraídos: el Narigón fue el director técnico campeón del mundo en 1986 y es, para muchos, el más importante de la historia argentina. En 2001 su país atravesaba una de las crisis más profundas y él, con todo su carisma, decidió candidatearse para ser presidente en las elecciones del 2003. Incluso soñó con tener a Diego Armando Maradona dentro de su equipo político. Al ser consultado sobre el 10, respondió: “Diego se puede desempeñar en cualquier plano, porque conoce más que nadie a la gente. Cuando él habla, hay que escucharlo”. La falta de recursos lo terminó haciendo desistir, pero sin dudas es una gran anécdota del doctor.