Sócrates no solo fue uno de los mejores de su tiempo, también encabezó la Democracia Corinthiana para combatir la dictadura en Brasil

Este sábado se cumple una década de la muerte de Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira, conocido simplemente como el “Dr. Sócrates”, quizá el máximo referente del futbol brasileño entre finales de los años 70 y la primera mitad de los años 80. Pero también fue un profesionista comprometido por su pueblo, porque supo utilizar su fama como futbolista para protestar enérgicamente para la vuelta de la democracia a su país tras dos décadas.

Su exótico nombre fue idea de su padre, un funcionario público, amante de la literatura clásica. El futbolista explicó que antes de su nacimiento, su padre leía “La República” de Platón y de ahí eligió el nombre del primer gran maestro de la filosofía griega, para bautizar a su hijo. Pero no fue el único de la familia en portar un nombre clásico, pues sus hermanos fueron bautizados como Sófocles y Sóstenes.

Además, Sócrates obtuvo un doctorado en medicina por la Universidad de São Paulo en 1977, por lo que sus compañeros le apodaron como el “Dr. Sócrates” y tras su retiro ejerció como médico, a cargo de su propia clínica privada.

Fuera de la cancha, practicó la música, el arte y la filosofía, influido por la vocación autodidacta de su padre. Principalmente, era amante de Nicolás Maquiavelo y Thomas Hobbes.

Sócrates Democracia Corinthiana

En el campo

Sócrates es considerado uno de los futbolistas más talentosos en la historia del futbol brasileño. Así como un referente de la “verde amarelha” en la década de 1980. Era espectacular por su visión de juego, buena distribución de balón y estilo elegante. Sus especialidades eran el regate y el pase con el tobillo para imprimir mayor ritmo. Debutó en 1974 con el Botafogo y cuatro años después, llegó al que sería el equipo de sus amores, el Corinthians, donde se volvió la estrella del equipo.

En 1984 inició un efímero paso por la Fiorentina italiana, donde solo militó una temporada. Volvió a Brasil para jugar con el Flamengo (1985-1987) y se retiró con el Santos de Pelé en 1989.

Con el “Scratch do ouro” disputó dos Mundiales: España 1982 y México 1986. En la primera alcanzó las semifinales. También disputó las Copas América de 1979 y 1983, perdiendo la final de esta última, ante Uruguay.

En la política

Durante su paso por el “Timão”, Sócrates fue uno de los impulsores del movimiento social conocido como la “Democracia Corinthiana”, primero para permitir que todos los integrantes del equipo tuvieran voz y voto y luego extender una protesta social contra la dictadura que imperaba en el país desde hacía 20 años, para reinstaurar la República en Brasil. Las canchas de futbol eran el foro donde los jugadores activistas denunciaban al gobierno autoritario.

Sócrates se convirtió en uno de los principales opositores a la dictadura, aprovechando su fama como futbolista. De hecho, ejerció esa responsabilidad con liderazgo. Incluso, en algunos partidos de selección saltaba al campo con bandas en la cabeza, con leyendas que pedían libertad y democracia para su país.

Tras su retiro, también escribió en varios diarios de São Paulo donde opinó de temas deportivos, políticos y económicos. También fue comentarista de futbol para la televisión brasileña. Cerca de su muerte, escribía una novela sobre el regreso del Mundial de Futbol a Brasil en 2014.

Así nació la Democracia Corinthiana de Sócrates

A inicios de 1982, el Corinthians vivió una mala racha futbolística que provocó la renuncia del presidente del equipo. Este acontecimiento marcó el nacimiento de la democratización en las decisiones del equipo y después para provocar la resistencia civil contra el gobierno. Una protesta única en la historia del futbol brasileño y prácticamente en toda Latinoamérica.

A lado de Sócrates, destacaron compañeros suyos como Wladimir, Walter Casagrande y Zenon. Así como Adílson Monteiro, director de futbol del club y Vicente Matheus, quien fuera un empresario prominente y dueño del equipo entre 1959 y 1981. Su influencia en la filosofía del club incidió en Waldemar Pires, su sucesor. Este contrató a Adílson Monteiro, quien permitió el florecimiento de la utopía del Corinthians, que contagió al resto del país.

Sócrates Democracia Corinthiana

“El país lucha por la democracia. Si lo logra, el futbol quedaría al margen porque en los países democráticos el fútbol aún es conservador. Tenemos que cambiar eso”

Adílson Monteiro

En este equipo, entre 1982 y 1984, los futbolistas lo decidían todo en consenso: método de trabajo, los sistemas de juego, los horarios de entrenamiento, los menús, cuándo hacer concentraciones antes de los partidos, las contrataciones. Así como el reparto de las ganancias por taquillas, patrocinios o derechos de transmisión. Siempre en partes iguales para: directivos, jugadores, utilleros, el conductor del autobús o el personal de intendencia.

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Sócrates Democracia Corinthiana

“Abolimos el proceso que existía en el futbol, donde los dirigentes impedían que los jugadores se hicieran adultos. Al inicio hubo ansiedad en mis compañeros, no estaban acostumbrados a expresarse, a decidir. Pero aprendieron y se prepararon para afrontar su profesión y su vida”

Sócrates

En medio de una sociedad autoritaria, se pensaba que esta utopía futbolística sería un rotundo fracaso. Sin embargo, el “Timão” se convirtió en el mejor espectáculo en las canchas brasileñas y lo coronaron con un bicampeonato en la Liga Paulista, practicando el futbol más hermoso de la época.

Cuando explicaron al país su método de gestión, el Corinthians se convirtió en una inspiración para el pueblo brasileño, desde el funcionamiento al interior del equipo, para impulsar la toma de decisiones democráticas como un estilo de vida. De allí, buscaron democratizar el deporte nacional y crear conciencia social para que los brasileños alzaran la voz contra la dictadura.

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Por ejemplo, se imprimieron en el dorso de sus camisetas frases como: “democracia” y “Día 15 Vote”, para invitar a los ciudadanos a acudir a las urnas las primeras elecciones a gobernador en São Paulo, en aquel año.

La protesta tenía un precepto político claro: “El futbol profesional practica la dictadura”.

Y aunque movimiento duró poco tiempo, porque Sócrates fue enviado a jugar a Italia, la semilla ya estaba plantada.

Sócrates Democracia Corinthiana

La terrible dictadura y el apoyo del gremio del futbol

La noche del 31 de marzo de 1964 las principales ciudades brasileñas fueron tomadas por el ejército. Cuatro días más tarde, el presidente electo, Joao Goulart, debió exiliarse en Uruguay. El 15 de abril, el Congreso, presionado por los militares designó al general Humberto de Alencar Castelo Branco como presidente interino. Así iniciaron dos décadas de régimen autoritario, que generó una gran violencia y muertes, al interior del país.

Mientras que afuera, la Selección Nacional era el embajador de buena voluntad que humanizaba a la dictadura. El principal referente de esta cruel relación fue el mismísimo Pelé, quien se dejó consentir por el gobierno, aunque tampoco tenía muchas opciones para resistirse.

Por ello, al inicio de los años 80, los futbolistas comenzaron a protestar por ser utilizados como instrumentos para distraer al pueblo de la violencia a la que eran sometidos. Sócrates levantó la mano sin dudar. El primer logro del movimiento fue que el gobierno permitiera las elecciones del 15 de noviembre de ese año, para elegir al gobernador de Sao Paulo. Pocos días antes, Sócrates y sus compañeros salieron al campo portando camisetas que en la espalda decían: “Dia 15 Vote”.

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Tras las protestas del Corinthians, surgieron otras voces como la del cantautor Gilberto Gil, quien les dedicó la canción “Andar com fé”, así como activistas que posteriormente se convirtieron en presidentes del Brasil como Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inacio “Lula” da Silva.

Por actos como este, el “Timão” encabezó la lucha por la democracia en Brasil, porque el futbol pasó a segundo plano y los jugadores se atrevieron a influir más allá del deporte para participar en el destino del país.

“Cuando pisábamos el césped. Sabíamos que participábamos de algo más que en un simple partido de fútbol. Luchábamos por recobrar la libertad en nuestro país”

Sócrates

El final feliz del regreso de la democracia a Brasil, permitió a Sócrates vivir sus últimos años en un gobierno democrático. Sin embargo, murió muy joven para ver su consolidación, con apenas 57 años de edad. En ese tiempo, el “Dr. Sócrates” hizo un buen resumen de su vida, recordando especialmente su papel en la búsqueda de la democracia:

“Jugué los mundiales del ’82 y ’86 en una maravillosa selección. Conocí el calcio en la Fiorentina. Fui técnico. Sigo siendo médico. Escribo crónicas para un diario deportivo y poemas que ponemos en canciones con amigos músicos. Pero esa fue la época más exultante de mi vida. Dos años y medio que valen por 40 de felicidad”. Sócrates.