La lucha libre llegó a México, con los soldados franceses que invadieron el país, específicamente en 1863. De ellos aprendió Antonio Pérez de Prián,”Alcides”, el primer luchador mexicano

Si bien Salvador Lutteroth González  es considerado el “Padre de la lucha libre” en México, por su labor como el promotor más importante de este deporte en nuestro país, en realidad la historia del pancracio en nuestro país es mucho más añeja y tiene un origen mucho más extraño.

La verdadera llegada de la lucha a México

De acuerdo con el libro “100 años de lucha libre en México”, de Luis Valero Mere, este deporte llegó a México, con los soldados franceses que invadieron a nuestro país durante la Intervención, específicamente en 1863, cuando avanzaron desde el puerto de Veracruz, hasta la Ciudad de México, para instaurar el Imperio de Maximiliano de Habsburgo.

Una vez controlada la capital del país, los periódicos de la época anunciaron un torneo de lucha grecorromana entre soldados franceses y la Infantería de Marina, para celebrar la boda del mariscal François-Aquille Bazaine, quien se casó con la joven aristócrata Josefa de la Peña.

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El torneo se realizó en el antiguo Palacio de los Condes de Buenavista, actualmente el Museo de San Carlos y asistió la misma pareja imperial, como padrinos del matrimonio. Este torneo es considerado el primer evento de lucha libre celebrado en territorio mexicano.

Palacio de los Condes de Buenavista, Museo de San Carlos
Antiguo Palacio de los Condes de Buenavista, hoy Museo Nacional de San Carlos

Alcides Mexicano

Además, el torneo generó tal impacto entre la población de la Ciudad de México, que de allí surgió el nombre de Antonio Pérez de Prián, el primer luchador mexicano, quien aprendió esta disciplina directamente de un soldado francés, del que se hizo amigo. De hecho, antes de ser luchador, este personaje se convirtió en el primer fanático documentado de la lucha libre en nuestro país.

Inicialmente, Pérez de Prian se presentaba en circos y teatros, donde realizaba ejercicios acrobáticos y de fuerza. Posteriormente debutó profesionalmente contra un luchador estadounidense, Henry Buckel, en la Real Plaza de Toros de San Pablo, en el Centro de la Ciudad. El mexicano ganó la pelea y adoptó el nombre de “Alcides Mexicano”, en alusión al personaje mitológico, hijo de Perseo y Andrómeda.

Este personaje evolucionó como el primer instructor mexicano, pues estuvo a cargo del Gimnasio Higiénico y Medicinal, en las calles de San Agustín (actual República de Guatemala). Se trata de uno de los primeros centros de acondicionamiento en el país y, el primer centro de formación de luchadores.

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Alcides Mexicano continuó realizando funciones de exhibición de lucha libre, hasta que dejó el país para vivir en Europa.

Después de Pérez de Prian, surgieron otros gladiadores en México, como José Espino Barros y Enrique Ugartechea

La instauración definitiva de la lucha libre mexicana

Después de la influencia francesa en la lucha olímpica (grecorromana y libre), EEUU se convirtió en la principal influencia en el pancracio mexicano. Las funciones se realizaban en ciudades fronterizads mexicanas. principalmente en espectáculos en la frontera.

Salvador Lutteroth González, fundador de la EMLL

Hasta allá llegó Salvador Lutteroth y, vio una función en Ciudad Juárez. Quedó tan impresionado que decidió fundar la Empresa Mexicana de Lucha Libre (EMLL) el 21 de septiembre de 1933. Este hecho marca el nacimiento de la era moderna de la lucha libre en México.

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La EMLL, actual Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) fue la casa por excelencia de las máximas figuras del pancracio nacional. En esta empresa brillaron leyendas como: Santo, Blue Demon, Black Shadow, el Cavernario Galindo, entre muchos otros. También trajo al país innovaciones como los personajes enmascarados para identificar personajes buenos y malos (rudos y técnicos), las luchas de parejas y de apuesta.